Capítulo 18

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Devastador.

¿Alguna vez habéis visto un edificio totalmente calcinado? Porque eso no se lo podía llamar ni incendio... No quedaba nada en pie.

Escombros, todo negro, bomberos, policía... 

La calle estaba plagada de cotillas y nuestra guarida o como lo queráis llamar estaba totalmente destruida. Si eso hubiese sido lo peor... 

Cualquier tipo de información había sido quemada, pero eso seguía sin ser lo peor...

Xavier. Le habían matado. Le habían quemado vivo, no pudo salir de la casa. 

Esos hijos de puta habían ido a por un crío de quince años. Que viniesen a por mí no a por el miembro más débil. Me hervía la sangre en estos momentos y cada poro de mi cuerpo pedía venganza. 

La venganza es un plato que se sirve bien frío. Y el mío lo iba a cocinar en el polo norte. Si es que eso tiene algún sentido.

Me encendí un cigarrillo mientras veía la escena que habían dejado. Mi humo se mezclaba con la bruma gris del ambiente. Aún olía a quemado. Solté una gran bocanada y hablé por fin:

- Nos quedaremos en mi casa hasta que encuentre otro lugar.

Los gemelos asintieron. Y pensar que ya solo los tenía a ellos... Elena no podía hacer mucho, Thomas seguía convaleciente. Y yo... Bueno iba mejorando, pero no podía correr maratones. 

Nos encaminamos de nuevo hacia el coche. Todo se estaba liando más de la cuenta. Yo entré en este mundo en busca de mi madre y mirarme aquí haciendo que los ilusos que me siguen mueran día a día. Pero no se iba a quedar así. Éramos pocos sí, pero también éramos los mejores.

- Descripción - pedí cuando estábamos conduciendo de vuelta a casa. 

- ¿Qué? - preguntó Allen, vamos creo que era él por lo serio que estaba comparado al otro gemelo. 

- Gale - comenté mientras miraba por la ventana - Dylan me habló de él, dijo algo sobre que estaba loco y que era uno de los líderes más inestables y peligrosos. Obviamente lo hizo él, por la prueba...

- Tampoco hay que exagerar - dijo el otro gemelo, supongamos que Christian. 

- Inestable sí es... Cuentan que mató a su novia por verla hablar cariñosamente con un miembro de su grupo.

- ¿Y a él qué le hizo? - pregunté ya curiosa.

- Le torturó, según dicen... Pero no se supo nada de ese chico nunca más.

- ¿Y cómo es?

- ¿Físicamente? - me preguntó el supuesto Christian.

Yo asentí a la nada, ya que iba detrás y no me veían, pero aún así me lo describió. 

- Alto, pelo castaño, no muy moreno, ojos... - se quedó callado y preguntó a su hermano - ¿Cómo son sus ojos?

- No me fijo en los ojos de la gente peligrosa Chris - mentalmente aplaudí, les había diferenciado bien, por primera vez.

- ¿Edad? - pregunté de nuevo obviando el tema de sus ojos.

- Veinticinco creo.

- Sí o veinticuatro - respondió el otro.

- ¿Debilidades? ¿Familia? 

- Nada que sepamos, él mismo mata a miembros de su grupo, no parece que tenga cariño por nadie en concreto.

Resoplé, pues anda que íbamos bien. Tenía que tener algo, aunque fuese pequeño. Un mísero pez de mascota aunque sea. No jodas, nadie está solo totalmente. Encontraría su debilidad... Y oh sí me divertiría haciéndole sufrir.

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora