Capítulo 35

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Al bajar los últimos escalones dejo a Sophie de pie. Ella camina despacio mientras que intenta controlar sus piernas flaqueantes.


—Te voy a matar.
–murmura mirándome mientras que intenta andar con normalidad.


Rio y camino hacia delante, hacia el comedor, y justamente en el comedor aparece Nick, tal y como pensaba. Frunzo el ceño. ¿Qué hace aquí? ¿Cómo coño ha entrado?



—¿Qué cojones haces aquí?
–espeto molesto, mirándole con el ceño fruncido.


—Hola a ti también, ¿eh? –ríe–. Te he estado llamando y no me cogías las llamadas.


—Estaba ocupado.
–digo caminando por un lado suyo para ir a la cocina.


—Ya. Ya he escuchado como de "ocupado" estabas. Se han escuchado los gemidos desde aquí abajo. Suerte que no hay vecinos pegados a tu pared, porque sino les hubieras despertado. Y, ¿qué haces follándote a alguna zorra a estas horas? Es demasiado temprano para estar en esas.




Agarro mi paquete de tabaco, el cual estaba en la isla de la cocina, y saco un cigarro posicionándolo entre mis labios; lo prendo con el mechero el cual tiro después sobre la isleta junto al paquete, y doy una calada en seguida.

Miro detrás de él, por donde aparece Sophie intentando disimular que le cuesta andar.

Nick se da la vuelta siguiendo mi mirada, y al encontrase con ella, veo cómo traga saliva, incómodo.
Sophie le mira y se sorprende al ver a Nick, pero le dedica una sonrisa algo tímida.


—Hola, Nick.
–le saluda.

—Hola Sophie. ¿Cómo estás?


—Mejor. Me duele un poco el pómulo, pero estoy bien.




Nick asiente con la cabeza y mira ahora hacia mi, incómodo. Traga saliva de nuevo.

Me apoyo contra la encimera y me cruzo de brazos mientras que fumo y les observo.



—No sabía que eras tú la que estaba con él. Quiero decir, sabía que te quedaste a dormir pero no esperaba que estuvierais... da igual.


—¿Has escuchado algo?
–pregunta ella sorprendida y con miedo de saber su respuesta.


—Un poco. No era mi intención, pero se escuchaban los gemidos y los ruidos de la cama sonar desde aquí abajo.
–responde incómodo.



Las mejillas de Sophie se tornan de nuevo rojizas y desvía la mirada de él, hacia mi. Yo estoy tan tranquilo, fumando y sin darle importancia a que Nick nos haya escuchado.
La verdad, es que me importa bien poco. Tampoco es la primera vez que esto ocurre.

Sophie avergonzada, se sienta en una de las sillas del taburete.



—¿Para qué has venido? ¿Cómo coño has entrado?
–hablo ahora yo, refiriéndome a Nick.


—No me contestabas las llamadas y me he preocupado. Siempre atiendes mis llamadas. Tengo una copia de tu llave, así que bueno, he entrado para ver si estabas en casa.


—Si no cojo tu llamada es porque estoy haciendo algo importante –digo serio, dándole otra calada al cigarro–. Además, no me he enterado. Aunque tampoco iba a cogerte la llamada si la hubiera visto.


—Claro. Es más importante follar.
–dice con sarcasmo.


—¿Qué mierda querías?
–digo ignorando el hecho de que acaba de vacilarme.


¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora