Capítulo 7

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Me quedo embobada mirando la casa que hay frente a mí. ¿Qué digo de casa? Un chalet. ¿Qué digo de chalet? Una mansión. Una mansión enorme, de esas que solo se ven en películas.
Lo más cercano que he estado a una casa así, ha sido en mis sueños, porque nunca he visto algo igual.

La puerta de entrada es enorme, de madera maciza, y está abierta mientras la gente va entrando.
El recinto es privado, así que solo entra gente que esté invitada. No puede entrar cualquiera. Aún así, tiene la puerta abierta. Imagino que para que no estén abriéndola cada dos por tres y molestándose en acercarse y abrir la puerta todo el rato.


—Dime que estás alucinando tanto como yo.
–habla Alice a mi lado, sorprendida también.

—Y tanto. Esta casa es un sueño hecho realidad.

—No sabía que era rico. Ahora me gusta todavía el doble. –dice Alice de broma.


Ambas reímos y juntas, entramos a la gran casa.
Para nuestra sorpresa, de dentro salen dos guardias vestidos de negro con pinganillo en sus orejas y caras serias. Dan miedo. Son dos muebles andantes enormes, además.



—¿Nombre?
–pregunta uno de ellos mientras que en su mano tiene una tablet.


—Alice Henson. Soy la... amiga de Tony. Ella es mi amiga, invitada por mi, Sophie.


Ni si quiera nos mira. Mantiene la mirada puesta en la pantalla de la tablet, buscando el nombre de Alice. Cuando parece que lo encuentra, se echan hacia un lado y nos dejan el paso libre.

Ambas pasamos por en medio de ellos dos, y al entrar, flipamos fon la casa y con la gente. Hay muchísima, mucha más que el otro día en aquella fiesta "privada".
Van vestidos arreglados, algunos más, otros menos y otros se han pasado de elegantes. Pero al menos hoy no me encuentro fuera de lugar.
Hay mucha gente joven, aunque parecen gente de dinero. Al menos, por la forma en la que van vestidos. Esas telas se ven caras.
También hay hombres adultos y gente de más de veinticinco y treinta años, hay un popurrí de todo.


—Hola chicas. ¿Queréis?



Un chico joven se acerca a nosotras con una bandeja con copas de lo que parece ser champán, Alice sonríe y siente con la cabeza y agarra una copa para entregármela y otra se la queda ella. El camarero nos sonríe y le damos las gracias, este se marcha a seguir entregando copas a la gente.

Hay demasiado glamour en esta fiesta. No esperaba que hubiera camareros, ni champán, porque este champán tiene pinta de ser de esos que valen medio riñón. Estoy segura.


—¿Dónde estará Tony?
–pregunta Alice nerviosa, mientras mira por todos lados.



Caminamos en medio de la gente, buscando algún lugar donde estar y buscando también aparte a Tony con la mirada.


—Ahí está mi chica preferida.


Una voz masculina habla cerca nuestra.
Me giro, y veo a Tony abrazando por detrás a Alice. Quien se gira hacia él y le sonríe, para después rodear su cuello con sus brazos y besarle.

Sonrío y desvío la mirada de ellos ligeramente incómoda. No me molesta que la gente se bese cerca mío, pero me incómoda por la parte de ellos. A mi tampoco me gustaría que me observen fijamente mientras me beso con mi chico.


—Oh hola, Sophie. Me alegro de que al final hayas podido venir.


Miro hacia él, va en traje, uno de color beige y una camisa blanca. Está guapo. La verdad que es bastante atractivo y entiendo el hecho de que a Alice le guste.



¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora