Capítulo 9

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Me levanto de la cama con desgana y pereza, arrastro mis pies descalzos por el suelo hasta que llego a la puerta de mi habitación, la cual abro y después camino por el pasillo. Escucho las voces de la televisión, Chris ya está despierto y está en el comedor muy seguramente tirado en el sofá.
Sigo mi camino hacia la cocina.

Lo que pasó ayer fue muy extraño. Apenas he podido dormir pensando en ello, mi mente estaba dando vueltas a todo, pensando en Grayson, en las conversaciones de esos hombres extraños y en sobre quiénes eran, a qué se dedicaban, por qué tenían tanto misterio y por qué Tony tendría una habitación en su casa (o mejor dicho, mansión) con una mesa enorme con muchísimas sillas, y por qué nadie puede ir a ese pasillo.


—Anda, no sabía que habías despertado, bella durmiente. Son casi las doce.



Escucho la voz de mi hermano detrás de mi, pero no me inmuto ni digo nada, sigo en lo mío.
Pongo otra cucharada pequeña de azúcar en la taza de café y le doy vueltas. Lo agarro y doy un sorbo, para después girarme hacia atrás.
Chris está apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y su mirada puesta en mi.


—¿Qué pasa?

—Nada. ¿Qué te pasa a ti?

—Nada. Me acabo de despertar.
–respondo encogiéndome de hombros.




Él me mira sospechoso. Y sin decir nada, se da la vuelta después de coger de la barra americana una manzana verde y sale de la cocina sin decir nada más.
Me quedo sola en la cocina desayunando tranquila y en silencio. Cuando termino de desayunar lavo la taza, agarro mi móvil y me dirijo hacia el comedor. Me siento en el sofá al lado de Chris, quien ni si quiera se inmuta cuando llego a su lado. Solo me mira de reojo y sigue a su rollo con su móvil.


—¿A qué hora viniste ayer?
–pregunta sin mirarme.

—Sobre las cuatro. ¿Por qué?

—No te escuché llegar. ¿Te trajo Alice?

—Sí.



Él asiente con la cabeza sin decir nada más y yo me centro en la televisión por la cual están pasando un documental.



—¿Ayer a qué hora viniste tú?
–pregunto ahora yo de vuelta.


—A las doce y media. Fui con los chicos a casa de Gerard.



Asiento con la cabeza yo también y no vuelvo a decir nada más. Miro mi móvil y reviso las notificaciones y contesto a algunos mensajes.

Grayson aparece en mi mente y la duda sobre si mi hermano le conoce, aparece. Quizá le conozca, mi hermano no está metido en ningún mundillo raro, pero quizá si es conocido, él le conozca o le suene el nombre de algo. ¿Debería preguntarle?

No, no creo.
Pero me da curiosidad saber si le conoce. Y, si sí lo hace, quizá pueda decirme quién es y a qué se dedica. Sé que seguramente a algo ilegal, pero quiero saber si es así o son paranoias mías.

Le doy vueltas varias veces, hasta que lo suelto de golpe;



—¿Conoces a un tal Crawford?
–suelto rápido y conciso.



¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora