¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•

Capítulo 11

Lo último que recuerdo de ayer es haber llegado al coche de Grayson y haberme quedado dormida en el momento en el que pisé el interior de su coche. Después de eso, todo está negro y no recuerdo absolutamente nada más.
Mi cabeza bombardea y da vueltas, y siento que me va a explotar en cualquier momento.
Sin ganas abro los ojos y pestañeo un par de veces al notar la luz de la habitación deslumbrarme los ojos y molestarme. Frunzo el ceño y me inclino quedando sentada en el colchón, bostezo y me froto los ojos hasta que los abro y veo sábanas negras. Estoy tapada con sábanas negras de raso.

Espera un momento, esta no es mi cama.
Yo no tengo sábanas negras. ¿Dónde estoy?

Miro a mi alrededor y me encuentro con una habitación grande y amplia, de colores neutros: negro, gris y blanco. Todo está decorado con esos colores aunque tampoco hay demasiada decoración. Frente a la cama en la pared hay una televisión, debajo de esta un mueble y nada más.

Levanto la sábana con miedo, pero al hacerlo veo que estoy vestida, tengo mi vestido puesto. Suspiro de alivio, aunque todavía estoy nerviosa por qué no sé dónde coño estoy, y me levanto de la cama con nerviosismo. Agarro mis tacones los cuales están tirados en el suelo y noto como mi cabeza sigue bombardeando.

¿Qué hago aquí y de quién es esta habitación?
No recuerdo absolutamente nada menos lo de anoche, y estoy empezando a tener miedo.
Necesito salir de aquí, espero que no haya nadie en la casa.

Camino hacia fuera de la habitación, pero al abrir la puerta me doy cuenta de que es la puerta del baño. Un baño enorme, y decido asomarme para mirarme al espejo y ver mis pintas, y al hacerlo, veo lo horrible que esto: tengo todo el pelo revuelto, el maquillaje escurrido por la cara y la máscara de pestañas en dos manchas negras debajo de mis ojos haciendo que parezca un panda. Joder, vaya pintas llevo.

Agarro papel del baño, abro el grifo poniendo agua caliente y mojo el papel bajo el chorro de agua, y una vez mojado, lo paso lentamente por mis párpados, debajo de mis ojos y por último por mis labios quitando el exceso de maquillaje que está escurrido.
No es la mejor forma de desmaquillarme, es más, el papel no ha quitado la mitad del exceso del maquillaje y se ha roto y arrugado. Pero no tengo otra cosa para hacerlo y dudo que aquí haya algo para desmaquillarme. Este baño está vacío prácticamente, solo hay en el lavamanos un jabón y un cepillo de dientes negro, para variar.

El maquillaje no se me ha quitado demasiado bien, pero al menos ya no parezco un panda.
Tiro el papel en la papelera y me doy la vuelta caminando hacia la puerta, caminando hacia la otra puerta para ahora sí, salir de la habitación.
Al hacerlo, veo que hay dos enormes pasillos que están a cada uno de mis costados y enfrente una escalera que parece ser demasiado grande.

¿Dónde estoy? ¿En una mansión o algo parecido? Esta casa parece ser enorme.

Cada pisada que doy y cada escalón que bajo, retumba en mi cabeza consiguiendo que me duela cada vez más. Nunca más voy a volver a beber como esta vez, me duele demasiado la cabeza, el cuerpo y para el colmo, no recuerdo nada, ni se donde estoy ni con quien. Y eso me tiene muy asustada, no sé a quien voy a encontrarme. Solo espero que no haya nadie.

Al llegar a la planta baja, camino hacia lo que parece ser el enorme salón. Así que me doy la vuelta y camino hacia otro lado y llego a la cocina. Me paro en seco en la entrada de la cocina al ver que hay alguien, la enorme nevera de color plata está abierta y por el hueco que queda debajo de ésta se ven unos pies descalzos.

El miedo se apodera de mi. ¿Debería darme la vuelta y marcharme corriendo? ¿Debería de acercarme y ver de quién se trata?

¿Con quién podría estar ahora mismo en cuatro enormes, pero malditas paredes de una jodida mansión? La nevera se cierra y aparece el cuerpo de la persona con la que estoy, unos brazos tatuados aparecen ante mis ojos y abro la boca sorprendida cuando descubro que se trata de Grayson.