Capítulo 20

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Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse de golpe haciendo un estruendo, lo que indicó que Grayson se había ido sin avisarme y sin decirme que se iba. Y cuando he bajado, le he buscado y he estado llamándole, pero no ha dado señales de vida. Así que sí, se había marchado.

¿Y qué he hecho?
He llamado a un taxi el cuál ha venido a por mi y me ha traído a mi casa. No pienso estar allí hasta que a él le plazca de volver, ni de coña.

Por fin estoy en mi casa, en mi lugar seguro.
Parece ser que no hay nadie, así que eso me deja más tranquila.
Me quito los tacones dejándolos tirados en el suelo del comedor y me dirijo hacia la cocina para servirme agua. Necesito beber algo saludable y fresco para reponer energías.

Camino hacia el baño para darme una larga ducha para relajarme. Después de media hora o más, salgo de la ducha, me visto, seco mi pelo y voy a la cocina para hacerme unas tostadas y comer algo. No he desayunado y tengo mi estómago rugiendo.
Voy con mis tostadas al comedor, sentándome en mi sofá cómoda, y enciendo la televisión.

Mi móvil comienza vibrar en la mesa de centro.
Decido en si cogerlo o no. ¿Y si es Grayson? Joder. No quiero volver a hablar con él, solo quiero que me deje en paz.
Decido cogerlo y tomo el móvil, mirando las notificaciones: hay un mensaje de Zac y dos de Grayson. Parece ser que se ha dado cuenta de que ya no estoy en su casa. Joder.

Veo los mensajes del mafioso pero no entro a ellos, simplemente los borro, no quiero tener contacto ni nada con él. Y doy con el dedo en el nombre de Zac, y su mensaje aparece en pantalla:


'Tenemos que hablar, tengo que contarte algo'
Zac a las 11:20 pm.

'Ven a casa. Estoy aquí sola'
Enviado a las 11:21 pm.





Zac tarda en contestar, asi que, bloqueo el móvil y sigo viendo la televisión tranquila mientras desayuno.

A los veinte minutos exactos, el timbre suena, así que me levanto del sofá caminando hacia la puerta para recibir a mi mejor amigo. Pero al abrirla, mi rostro de felicidad por ver a mi amigo se desvanece y frunzo el ceño. Aunque por dentro, empiezo a temblar del miedo. Pero intento no mostrarlo.

¿Qué hace él aquí y como ha a averiguado en que piso y número exacto vivo? Solo sabía mi dirección.

Intento cerrar la puerta en sus narices antes de que pueda entrar, pero él coloca su pie en medio y con su mano empuja la puerta consiguiendo entrar.


—¿Por qué te has ido esta mañana?
–dice entrando al interior de mi casa, con su mirada fija puesta en mi.


—¿Por qué has venido aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo?
–pregunto evitando su pregunta.


—Responde.
–dice evitando mi pregunta.


—Porque quería irme a mi casa y tú te fuiste sin si quiera decir que te ibas. ¿Pensabas que me iba a quedar allí esperando a que vuelvas a saber q qué hora? Estás muy equivocado.



Grayson aprieta la mandíbula y frunce el ceño.
Este hombre vive siempre con el ceño fruncido.




—Ahora todo los putos mafiosos de esta ciudad saben quién eres y que tienes contacto conmigo. Saben que de una u otra manera, tienes un lazo conmigo y te van a tener controlada, Sophie.




Normalmente suele llamarme Barbie, menos cuando algo no le gusta, entonces me llama por mi nombre y no por ese mote absurdo.


—¿Y yo tengo la culpa de eso? No. Eso es culpa tuya. Tu insististe en que te acompañara a ese lugar. Tú me has unido a ti.
–sigo enfadada.



¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora