Él se acerca hacia mi con el ceño aún fruncido, con cara de pocos amigos, y mi corazón empieza a latir con fuerza sobre mi pecho.

No me fío de él y tengo miedo, aunque este plantándole cara. No sé qué puede hacerme.



—Nadie te va hacer nada.
–murmura serio, cerca de mis labios.



Sus labios rozan los míos al hablar y su mirada se centra en ellos.
Se separa de golpe dejándome confundida y casi con la respiración agitada, y se da la vuelta para marcharse, cuando repente aparece Zac con una sonrisa, pero se le borra al momento en que Grayson sale por su lado.

Zac entra con una bolsa en la mano en la que se asoma un par de botellas de gaseosa y algo de comida salada, unos snacks. Mira hacia Grayson siguiéndole la pista por el pasillo y después mira hacia mí mientras que cierra la puerta de mi casa y me mira con el ceño fruncido y con un rostro lleno de confusión.

—¿Me he perdido algo?
–pregunta confuso.

Zac me mira con aire confundido.


—Eh... no. ¿Por qué?


Zac me mira no muy satisfecho con mi respuesta y caminamos hacia el comedor, sentándonos en el sofá.


—Solo por curiosidad... ¿quién era ese tipo tan chungo y qué hacía saliendo de aquí?


—Es Grayson. Aquel chico que te conté que Alice y yo tuvimos un pequeño inconveniente en aquel bar. Y con el que me he encontrado alguna que otra vez.


—¿El tipo del que desconfiabas y decías que sospechabas que sería alguien chungo? ¿Qué cojones haces ahora con él? ¿Estás liada con él?
–pregunta sorprendido y alterado.



—¡¿Qué?! No, no, no, no. Ha venido aquí porque... porque... bueno, ha venido para darme mi bolso. El otro día se me olvidó. El novio de Alice le debió de dar mi dirección, son amigos.
–me encojo de hombros restándole importancia.


Madre mía.
Soy muy mala mintiendo. Ni si quiera puedo mirarle fijamente a los ojos a mi mejor amigo.

Zac me mira con el ceño fruncido y una cara seria. Como si estuviera intentando analizarme y ver si estoy siendo sincera o no.


—Deberías de tener cuidado. Parecía bastante chungo.

—No te preocupes, tengo todo controlado. No ha pasado nada que debas preocuparte.


Zac asiente con la cabeza no muy convencido.

[...]

Estoy tan asumida en mis pensamientos, que apenas he escuchado todo lo último que Zac ha estado contándome. Pero no lo he hecho a malas, si no, que no tengo cabeza para nada más. Estoy confundida y tengo demasiados pensamientos pasando por mi mente liándose uno con otro y haciéndose un ovillo gigante.

¿Por qué Grayson ha venido hasta mi casa? ¿Cómo se ha enterado de mi dirección exacta?
¿Por qué se me ha puesto los pelos de punta cuando sus labios han rozado los míos, si me cae mal y no le soporto?

Joder.
No entiendo nada.
No me entiendo yo misma.



—...creo que esa va a ser la última vez que pienso volver a ver esa película. Era malísima y el guión... ¿Sophie? –pasa su mano por delante de mi rostro y vuelvo a la realidad–, ¿Has escuchado algo de lo que te he contado?
–pregunta alzando una ceja y frunce el ceño.



Le miro y niego con vergüenza la cabeza un par de veces. Él frunce el ceño y se cruza de brazos haciendose el enfadado.


—Lo siento. Estaba asumida en mis pensamientos, no lo he hecho queriendo. Lo siento, Zac.


Zac me mira con el ceño fruncido y cara de enfado. Aunque es todo fachada y está haciendo el dramático, en realidad ni si quiera está molesto.

Le hago ojitos y hago puchero para que me perdone. Él acaba riendo y yo también.


—¿Por qué no sóis novios ya?


Al oír la voz de Chris, miramos hacia su dirección.


—Eres muy pesado. Zac ya tiene novia, y solo somos amigos. ¿Por cierto, cuando te vas de casa?


No es que quiera echarlo, pero quiero saber cuando se va. Chris va a mudarse con su novia dentro de poco, y sinceramente, aunque me guste vivir con él estoy deseando que se marche y vivir sola.

Chris se gira hacia a mi. Se pasa las manos por su pelo rubio y me mira.


—Dentro de dos semanas. Ya tenemos piso.


—Tendré que rezar para que todo salga bien y no vuelvas aquí.
–digo riendo.


Chris entrecierra los ojos;


—Me echarás de menos cuando me vaya.


—Tal vez si... o tal vez no. Ya te lo diré cuando tenga la casa para mi sola y haga lo que me apetezca.
–rio.


Chris alza las cejas y una sonrisa malévola se forma en sus labios.


—No. No lo que tu piensas Christian Collins, no seas guarro.


Chris comienza a reír sin parar y después me mira;

—A ver cuando te echas novio y te quita la amargura.



Entre abro la boca y le doy un leve golpe en el hombro. Chris ríe y me saca la lengua.


—¡Oye! No te pases.


—Solo digo que te vendría bien echarte novio. Quiero un cuñado.


—¿Desde cuándo? Llevas diciéndome toda la vida que no tenga novio hasta los treinta, ¿y ahora quieres que tenga novio con dieciocho años?


—Ya, pero los pensamientos cambian. Ahora quiero tener un cuñado.


—La llevas clara. Porque no va a pasar por ahora.


—Esas cosas ocurren cuando uno menos se lo espera y cuando no lo busca –habla Zac–. Míranos a Lauren y a mí, no sabíamos que íbamos a acabar así. –dice sonriente.


—Eso es verdad.
–responde Chris.














¡Holaaa!

Nuevo día y nuevo capítulo! :)

¿Os esta gustando la historia? ¡espero que sí!

¿Como habrá averiguado la dirección de Sophie? Bueno, es mafioso... sabe cómo buscárselas para encontrar lo que él quiera.

Dejadme comentarios, luego me estaré pasando por ellos ↓↓↓

¡Nos leemos!
❤❤❤❤❤

Instagram: @Neferkktiti
(Solo uso esa red social)


Capítulo modificado y editado.

¿Un mafioso enamorado? •EDITANDO•Where stories live. Discover now