37.Tu primera vez

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Summer

Jamás había visto esas marcas antes. Me causan escalofríos con tan solo mirarlas, y no porque me den repulsión o alguna sensación extraña por ver heridas, sino que me hace sentirme realmente mal y preocupada, ya que lucen terribles, y así como lucen, seguramente duelen.

-Puedo explicarlo...-Alex luce nervioso, y yo completamente a punto de explotar.-Es... ¿Recuerdas el desorden de herramientas en el garaje de mi padre?, bueno, digamos que no soy demasiado cuidadoso, y tuve un accidente.

-¿Hay una herramienta con más de tres navajas?-Mi pregunta parece tonta, pues no sé nada de herramientas, pero es algo absurda su explicación, aunque sin duda, no creo capaz a Alex de dañarse a sí mismo.

-Amm.. Sí... Una.. Que es con ganchos y muy filosa..-Parece nervioso, pero creo que debo restarle importancia a eso. Confío en él.

-De acuerdo...-Digo tratando de sacar una sonrisa.

****
Me encuentro en la clase de la mitad del día, y siento que voy a reventar de alguna forma. En llanto por las hormonas alocadas que traigo en estos momentos, de dolor por la inflamación de vientre y pechos, o de maldita aburrición. Siento como mis párpados comienzan a pesar, hasta que un sonido del teléfono, hace que me exalte un poco. Lo tomo entre mis manos y parpadeo varias veces para recuperar mi borrosa visión, a causa de la resequedad de mis ojos y los lentes de contacto.

Era un mensaje de Alex. Lo abrí y froté mis ojos, ignorando la aburrida clase de... <<Bueno, a estás alturas ni siquiera tengo idea en qué clase me encuentro>>. Miro el mensaje confundida, y lo leo una y otra vez.

<<Echa un vistazo al escritorio de tu profesora>>.

<<¿Se supone que está demente?>>, no le encuentro sentido a todo esto. Si me acerco a ese escritorio a mitad de la clase, mi profesora se llame como se llame, va a querer reprenderme por hacerlo y no poner atención, cosa que no quiero, pues ya es suficiente con no prestarle atención, y no tener idea lo que vendrá en mis exámenes.

"¿Acaso te asusta?"

Él si que sabe provocarme. Suspiro algo frustrada, pues sabe como tocar mi ego y animarme a hacer las cosas, así que me paro con mucha cautela para no llamar la atención de toda la clase, y a paso lento me dirijo hasta el escritorio de mi profesora, donde tiene un reguero de libros, entonces me doy cuenta que estamos en clase de literatura. Ni siquiera tenía idea de que llevaba esa clase. Creo que estoy perdida. Observo por todo el escritorio, sintiendo enseguida la mirada de mi profesora, la cual puedo ver con mi vista periférica, se cruza de brazos y hace que el resto del salón me mire.

Comienza a mover el pie para llamar mi atención, pero sin embargo, yo sigo recorriendo con la vista todo el escritorio, hasta que mi mirada se detiene en algo que llama mi atención. Un botón de rosa, recién cortado de algún sitio. Por lo que veo, esta florecerá tan hermosa, que no habrá belleza que pueda igualarla. La tomo entre mis dedos, y la examino, para luego darme cuenta que cuelga del tallo un pequeño papel con un cordel color dorado. Sonrío ampliamente, ignorando la desesperación que comienza a emanar de la cara de mi profesora.

-Debo irme.-Digo alzando la vista hacia ella, la cual enarca ambas cejas.

-¿Ah sí?, y me imagino que lo deduce por una rosa que no es suya.

-Se equivoca, esta flor es por completo mía.-<<Summer, explícame el motivo de tu rebeldía. ¿Cuando en tu sano juicio, habías contradecido a un profesor?>>

-¿Disculpe?-Parece tan sorprendida como yo.- Lamento decirle que no tiene permitido salir.

-Y yo lamento decirle, que ya no estamos en la primaria, y que la decisión es mía. Con todo respeto, la única perjudicada seré yo, ¿no lo cree así?-<<Summer, ¡¿qué demonios pasó con tu filtro?!>>. La profesora se quedó estática y casi con la boca abierta, mientras simplemente era acompañada con mi vergüenza y cinismo hasta la puerta del auditorio, escuchando algunos aplausos y porras de mis compañeros.

Inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora