29. "Era obvio.."

902 70 4
                                    

Summer

Es la hora en la que no encuentro a nadie. Ni a mi hermano, ni a Jade, ni siquiera a Alex que debió haber llegado a la clase de inglés, tan puntual como siempre, pero ésta vez parece habersela saltado. Caminé por los pasillos sin rumbo, hasta llegar al campo de futbol. Ni ahí se encontraban Alex y Jason, aunque una voz sensual me llamaba a lo lejos.

Tomé algo de aire y me acerqué a mi novio con una sonrisa que inundaba y daba color a mi rostro. Él extrañamente me estrechó contra él, llamando la atención de los chicos que estaban calentando, y de algunas de las porristas que sacudían sus horrendos pompones de un lado a otro. Era como si quisiera demostrar, que era su novia, y de cierta forma ya tenía dueña. O al menos eso sentí, pues jamás me había abrazado de esa forma tan necesitada en público.

De un momento a otro, alcancé a ver a Alex llegando a la cancha, algo nervioso tronandose los dedos. Simplemente alcé mi mano para saludarlo desde lejos, haciendo que Alex sonriera forzado, e Ian Se volteara hacia su dirección.

-Amor... debemos hablar sobre Alexander.-Mi cara enseguida fue de desconcierto, pues evidentemente, no me esperaba algo así.

-¿De Alex? No entiendo.-Era obvio que mi cara reflejaba demasiada confusión.

-Tu amigo me amenazó con ponerte en mi contra si no te dejaba.- De acuerdo, siento que estoy dentro de una película de drama.- Sabes lo mucho que las chicas me persiguen, así que él piensa usar algo de eso en contra mía. Ya sabes, como decirte que te soy infiel o alguna estúpidez de esas.- Creo que saldrá de mi boca algo sin pensarlo antes.

-¿Por eso me abrazaste enfrente de todos?, ¿Para probar algo?

-Es exactamente eso. Quiero que todos se den cuenta de quién tiene mi corazón por completo. Así nadie se hace ideas, y Alex no crea rumores.

-Pero...él sería incapaz de decirme algo malo sobre ti. Menos me diría que termine contigo, a menos que...

Mis ojos se abrieron como platos, al considerar la idea más absurda de todos los tiempos. <<Summer, elimina ese pensamiento de tu linda cabecita ahora mismo>>. Gracias a mis vacaciones fuera de casa, me quedó claro que lo que creía sentir por mi mejor amigo, tan sólo era un tonto capricho, y el que esté pensando en algo respecto a lo que dice Ian, enciende mis alarmas internas, y no tengo idea de qué forma tomármelo todo.

-Sí.. a menos que él sienta algo por ti.

Alexander

Llevo la mayor parte del día, intentando pensar en lo que voy a hacer respecto a lo que vi en los vestidores, y por más que intente poner las cosas de mi parte, lo único que quiero es abrir mi boca y confesarle a Summer la clase de basura que es el chico con el que sale. Ella sabe perfecto que sería incapaz de mentirle, así que eso es un punto a mi favor, ¿no es así?.

Decido salir de mi encierro en los vestidores, dónde llevo caminando de un lado a otro, pensando con nerviosismo, y me dirijo por fin a relajarme un poco a mi entrenamiento del día. Todo parecía ir más tranquilo, hasta que observé a Summer enrollada por los brazos infieles de Ian Parker. Me da repulsión de tan sólo pensar, que un par de horas antes, esos brazos sostenían el cuerpo de una chica agitada, contra los casilleros de los chicos del equipo.

Por varios mínutos, observo como Summer e Ian, hablan acerca de algo. Y algo me dice, que ese tema de converación suyo, quizás sea yo. <<No seas tonto, Alex, es obvio que Ian no pudo haberle dicho algo, o no te habría saludado con la mano a penas te vio. Sí, de acuerdo, no debo ser tan paranóico, o por eso se crean torturas mentales>>.

Me pongo en marcha para correr las veinte vueltas de calentamiento, cuando veo que Summer se despide de Ian algo cortante, y se da la vuelta para salir del campo.

Jason

Después de nuestra evidente reconciliación, Jade y yo llegamos a mi casa. Para mi suerte, o quizás la de ambos, se encontraba vacía. No perdí mi tiempo, y comencé a besar a Jade con suavidad, pero repentina desesperación. Ésta vez no voy a permitir que tengan ese concepto de que puedo ser virgen, y todo este tiempo he estado alardeando de cosas que jamás han pasado. Les juro que puedo hacer enloquecer a una chica si eso es lo que deseo, y eso precisamente, haré con mi novia.

La tomo por sus muslos, y la cargo para que enrolle sus piernas en mi cadera, haciéndome más fácil el poderla llevar hasta mi habitación. Todo va corriendo a la perfección. La coloco sobre la cama, y yo por encima de ella. Continuamos basándonos, pero ésta vez podía sentir su lengua acariciando la mía, en una danza rítmica y deliciosa. A ella le gustaba jugar, así que de una vuelta nos hizo cambiar de posición. Ella encima de mí, sacando mi playera por la cabeza, y besando desde mi mandíbula hasta recorrer cada centímetro de mi cuello.

Admito que si en algún momento me faltaban motivos para prenderme y querer meterme en lo más profundo de su cuerpo, cuando introdujo su delicada mano por debajo de mi pantalón, sentí la necesidad de tirarla por debajo de mí, y hacerla mía por completo. Como lo atento y buen caballero que soy, no la dejé privada de mis dulces encantos, así que bajé su pantalón acompañado de su ropa interior, e introduje mi mano para poder acariciarla y prepararla para mí.

En segundos, ella ya me exigía lo que era suyo, así que sin pensarlo dos veces, Jade se sentó sobre mí, para luego comenzar a moverse con ritmo. Ambos comenzabamos a enloquecer, cuando la voz de mi madre interrumpió en un suspiro el momento.

-Jason, hijo; Necesito ayuda con algunas cosas del auto ¿podrías bajar?

Pude sentir como mi fiel compañero, se derretía aún dentro de Jade, haciéndome quitarla de golpe de encima, pero no precisamente por mi madre, sino porque odiaría que ella notara que el encanto se había roto de golpe. O en pocas palabras, el mastil no se encontraba erguido.

Inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora