36. Besable distracción

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Summer

Hace tanto tiempo no me sentía tan incapaz de hablar o decir algo. Al menos no desde que tuve que salir en esa obra del jardín de niños, pero era algo entendible, pues tan sólo era una pequeña que le tenía pánico a las personas. Bien, en primer lugar, lo que debo hacer es respirar, o voy a desmayarme por falta de oxígeno. Lo segundo que debo hacer, es simplemente decir lo que salga de mi corazón, es decir, hablar sin pensar.

-Sí, claro que la tienes.-Bueno... Al menos mi corazón no es estúpido. Muevo mi cabeza en forma de negación, y hago que Alex pase de tener una sonrisa, a una cara confundida.

-Dices sí, y tu cuerpo dice no.

-Estoy temblando, Alexander. Estoy nerviosa, ¿qué esperabas?

Simplemente sonríe y termina de apresar mi cuerpo entre el suyo. No me ha pedido que sea su novia, pero igual siento como si así fuera. Él sella lo que acaba de pedirme, con un tierno y suave beso, el cual poco a poco se convierte en uno más intenso y con ritmo. De repente sentí sus manos en mi cadera, y luego en mi espalda baja, impulsándome hacia atrás, para quedar sentada en el cofre del auto, al tiempo que rodeo sus caderas con mis piernas, y acaricio su cabello dándole pequeños tirones.

Recuerdo el miedo que llegó a producirme la idea de sentir algo por mi mejor amigo. De pensar que podría rechazarme y tirarme a loca, pero esto simplemente desaparece todo eso que pensaba patético e imposible.

Llegó la noche. Una linda y despejada noche, donde casi podía estirar el brazo y tocar las estrellas. A,nos nos quedamos mirando hacia el cielo nocturno, envueltos en un par de frazadas, que por extraño que parezca, se encontraban en la parte trasera del auto. Ni siquiera quiero pensar para que han sido usadas en manos de mi hermano, pero hace tanto frío, que prefiero no hechar a volar mi imaginación.

Jade

Hoy como muchos días de la semana, no comprendo a mi novio. A veces comienzo a creer, que estoy saliendo con una mujer, y no verdaderamente con un chico. Mis motivos, no van referidos a que sea amanerado o que actúe como chica, sino más al sentido emocional. Siempre que tenemos una discusión, es el que se tira los dramas más grandes de los dos. A veces me siento la más madura de la relación. Corrección, soy la más madura de los cuatro. Sí, de Summer, Jason, Alex y yo.

En serio no comprendo porqué tienen que ser tan tontos los tres. De acuerdo, no es como que sea perfecta, pero simplemente a veces... <<¡Ah!, malditos pensamientos>>.

-¡Bebé!-Grita Jason escandalosamente saliendo del baño. Se acerca a las bocinas en donde tiene colocado su teléfono, y pone una música bastante movida.

Cuando identifico la canción, comienzo a cubrirme la cara de lo roja que siento que se me pone. Jason comienza a abrirse la camisa, y a bailar al ritmo de la música. <<Ice ice baby>> dice una y otra vez siguiendo la canción, al tiempo en que comienza a moverse ridículamente y sacarse la ropa de manera <<sexy>>. Moriría de risa, pero por increíble parezca, me causa un calor, que no es precisamente por estar encerrados en la habitación.

Alexander

Dejo pasar primero a Summer a su casa, y escuchamos música a cierto volumen, que es audible apenas ponemos un pie en el recibidor. Tanto ella como yo, nos quedamos mirándonos con el ceño fruncido, esperando reconocer de dónde proviene el sonido, y enseguida notamos que no podría venir más que de dos sitios. El cuarto de juegos, o la habitación de Jason.

Ya no sé quien pone la cara de espanto antes, pero Summer toma la delantera, corriendo hacia las escaleras y subiendo a toda prisa por ellas. Yo voy detrás, y mi paso comienza a desacelerarse, porque ahora comienzo a creer, que no será tan buena idea abrir la puerta de donde provenga la música, y encontrarnos con una escena bastante desagradable.

Inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora