34."No es la primera vez"

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Alexander

Todo había vuelto a la "normalidad" de siempre. Esa vida en la que oculto que me auto lesiono, y que soy un chico feliz, con amigos e increíblemente atractivo para las chicas. He vuelto por un par de días más para acompañar a Summer a su muy dramática "soledad", pero el momento de dormir cada quien en su casa, ha llegado. No es como que vaya a mudarme a su habitación, aunque no suene tan mala idea para mí.

Todo regresa a su rutina de siempre. Yo soportando a Dylan hablando de chicas que ni siquiera voltearían a verlo, Summer en clase de inglés volteando a verme de vez en cuando, chicas mirándome como si fuese un fenómeno, Ian intentando recuperar su dignidad, entrenamiento en exceso, gritos de mi padre, Jade vomitando flores, Jason igual de fastidioso que siempre, y bueno, yo tan encantador como lo he sido desde siempre. Bien, cualquier que pudiese escuchar mis pensamientos, estaría en este momento tirado en el suelo riendo.

Salgo de mi última clase del día, y busco una forma de relajarme. Quizás llegue a casa y haga algo de ejercicio, aún no estoy muy seguro de lo que quiero hacer el día de hoy. Voy caminando por el pasillo con mi mochila bien colocada en mis hombros, cuando una voz dulce, pero fingiendo estar enojada, interrumpe mi paso.

-¡Hey!, ¡Dankworth!-Summer, yo me pregunto cuando dejarás de provocarme cosas en mi estómago. Ella corrió hasta mí, con cierto aire molesto. Sé perfectamente que finge su enojo, pero igual la idea de que ella pueda enojarse, me aterra.-¿Pensabas irte sin mí?-Y he ahí esa sonrisa tan hermosa que tiene siempre.

-No tenía idea que querrías que te esperara.-Dije cruzando mis brazos sonriendo.

-Vamos Dankworth, eso ya deberías de saberlo.

-¿Ahora me hablarás por mi apellido?-Ella sacudió la cabeza en forma de negación, mientras una tierna risa se escapaba de sus labios.-No sabía que tendrías planes de algo.

-Pues ya ves.-Se encoge de hombros y alza sus manos restándole importancia.-Varios chicos irán a una fiesta en...

-Sabes que no me gusta mucho ir a un antro. Menos con personas que no conozco y...-Al ver su carita de suplica formando un lindo puchero, no me quedó de otra más que rendirme enseguida, a pesar de querer hacerme del rogar un poco.-Bien, tu ganas. Paso por ti a las siete. Y por favor: Sé puntual, Summer. Odio tener que estar esperando tanto.-Simplemente sonrió amplio y corrió a besar mi mejilla, para luego irse dando saltitos. <<Bueno, al menos vale la pena tener recompensas como esas>>.

Summer

En verdad que hago mi mayor esfuerzo por darme prisa, pero por más que lo intento, ya he cambiado el barniz de mis uñas mínimo unas tres veces. Sigo envuelta en una toalla de baño, con el cabello empapado y sin la remota idea de lo que voy a ponerme, y ya falta media hora para que Alex venga a recogerme. Estoy en graves aprietos.

-Sabes que no estarás lista, ¿cierto?-Vaya que mi hermano no sabe tocar la puerta.

-Adiós, tu hermana está en paños menores.-Dije mientras intento encontrar las sombras de ojos perfectas.

-Summer, puedo jurarte, que estar envuelta en una toalla, no es estar en paños menores.-Y acaba de sacar su asqueroso lado pervertido, al tiempo que guiña el ojo.-Hagamos una apuesta.-No puedo negarme a sus apuestas, o siempre molestará con que me da miedo perder, además de que eso me va a motivar para terminar en veintisiete minutos.

-Suena interesante... Habla.

-Si no estás lista para cuando Alexander llegue, limpiarás mi habitación durante un mes.-Sí que tengo que ganar. ¿Alguna vez han visto el programa ese de los que almacenan compulsivamente?, bueno, esa es una pequeña idea para que imaginen la habitación de Jason por las mañanas.

Inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora