13. "Como si estuviera soñando"

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Alexander

Si hay algo que debo hacer, es olvidarme de la estúpida idea que de repente surge en mi cabeza. Quizás sea bueno encontrar a alguna chica que me guste, e intentar algo con ella, aunque algo me dice que sería una mala idea, pero tal vez me ayude a no considerar el tener algo con mi mejor amiga.

Cada vez que miro a Summer frente a mí, a lado de su hermano, noto el disgusto que tiene en esos momentos. Venimos a tomar un café los tres, pero no parece agradarle el tema de conversación; o quizás sólo el estar aquí.

-Créeme, todas las chicas eran hermosas. Lástima que mi internado era de puros chicos o hubiese habido fiesta en mi cuarto todos los días.- dijo riendo Jason. Sólo que ahora siento que no solo Summer lo ignora, sino que yo también.

-Ah...- eso fue lo único que salió de mi boca.- y... ¿No has pensado en hacer una fiesta de bienvenida? Sería buena idea, ¿no crees, Summer?- dije para despertarla de su distracción.

-¡Buena idea!- exclamó Jason, con una gran sonrisa.-¿ustedes se encargan?, no creo que les moleste a mis padres que ponga mi casa.

-Bien... Haré algunas llamadas.- dijo Summer, levantándose y sacando su teléfono. Está demasiado rara.

-Invitaré a todos los chicos del equipo; seguro se acuerdan de ti todavía.- dije tratando de ocultar mi preocupación, ante la actitud de Summer ésta mañana.

-Se siente excluida.

-¿Qué?

-Estoy seguro de que te preguntas que le ocurre a mi hermana.-maldito adivino.- Ella piensa que ahora que volví, la atención de todos regresará a mí. Tiene miedo de que la tire del trono.- dijo algo divertido. Si que se ha vuelto aún más engreído.

-No tiene porque temer. Sólo que teníamos mucho sin hablar.

-Bien. Habrá casa llena, me encargué de que se pase la voz. Deberíamos ir a hacer algunas compras.-dijo Summer volviendo a tomar su lugar.

Pasamos un par de horas en el súper buscando varias cosas para la fiesta de hoy, lo cual para mí y Jason, era algo en exceso desesperante; en especial por la mujer tan controladora que llevábamos con nosotros. No dejaba de mandarnos por cosas, regañarnos si algo no era exactamente lo que ella deseaba o le gustaba, hasta que por fin decidió llegar a la caja para que pagáramos todo. Pero ese fue otro problema. Comenzó a pelear con la cajera, luego con el chico que se encargaba de empacar las cosas y finalmente, terminó haciendo una discusión con el señor que se encarga de cuidar los autos en el estacionamiento, y a ayudarte para que puedas salir de reversa. Si esto pasa cada vez que ella viene para hacer las compras; créanme que sería la primera y última vez que venga con ella a hacer algo así.

Llegamos a su casa, y cómo era de esperarse, nos dejó a mí y a Jason a cargo de arreglar todo. ¿El motivo?;  Ella es mujer, y necesita mínimo tres horas para poder quedar "perfecta", para una fiesta en su propia casa.

-Sabes que si no ponemos todo como a ella le gusta... Nos matará, ¿no?-dijo Jason tragando saliva, mientras sacaba algunas botellas de una caja.

-Ni que lo digas... A veces me da más miedo que mi propia madre; Y eso es demasiado.- dije de broma, para que ambos termináramos riendo.

Casi una hora después, alguien tocó a la puerta, y la princesita de la casa aún no estaba lista. Al abrir Jason la puerta, se encontró con las dos rubias amigas de Summer. Y aquí vienen los cinco minutos de lanzado de mi amigo.

-Señoritas... Pasen por favor. Están en su casa.- dijo Jason, dándoles una mano a cada una de las chicas.

-Iré a buscar a Summer.- dije, siendo ignorado por Jason.

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