30.Tan bajo y perturbador

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Alexander

El dilema que ronda por mi cabeza, es el mismo que lleva taladrándome por horas. Ya veo como comienzan a verse las estrellas, o al menos las pocas que hay, y sigo sentado en el tejado de mi casa, preguntándome una y otra vez lo que haré. Es fácil, no me gusta mentirle a nadie, y mucho menos a Summer. Tengo que decirle lo que vi.

A penas toco el piso, tomo velocidad hacia la casa de los Hathaway, esperando encontrarme a Summer de buen humor, y con ganas de escuchar una cosa demasiado grande, como lo que tengo que informarle. Antes de poder tocar a la puerta, mi amiga sale colocándose un par de auriculares, con vestimenta deportiva. Tal vez he llegado en mal momento, pues la única forma, en la que ella haga ejercicio, es cuando necesita desahogarse de alguna forma, que no sea derramando lágrimas saladas.

-Alex... No te esperaba.- ¿Cómo esperarme?, es obvio que casi nunca aviso cuando voy a venir.

-Si, eso es obvio.-Respiro con dificultad, intentando recuperar el aliento, y hablar bien.- Necesitamos hablar.

Por la cara de Summer, parece querer evadir una platica conmigo, y simplemente seguir haciendo sus cosas, pero al parecer, parece pensarlo dos veces, hasta que asiente con la cabeza, y me indica con su mano que pase. Ambos llegamos hasta su habitación, y me pregunto si sus padres no estarán en contra de que nos encontremos solos en un sitio así, pero le resto importancia, cuando Summer suspira y me pide que hable.

-Summer...-Ella parece fastidiada, cosa que me hace pensar que quiere que vaya al punto lo más rápido posible.-Ian te engaña.-Una carcajada, sale de su boca, inundando el silencio que recorre su casa.

-Bueno... Era obvio que dirías eso.-Me siento desconcertado.

-¿Qué?-Debería estar histérica, o al menos impaciente por tener una explicación ante lo que acabo de decir.

-Alex... Por favor, no estoy para esta clase de cosas, así que te voy a pedir que te vayas a casa y tomes un baño.-De acuerdo, no reconozco a mi amiga.- Debe ser difícil, venir hasta aquí, y rogar que te crea eso, para poder ...-Piensa que miento. No entiendo el motivo, pero siento que algo deduce a parte de eso.-Olvídalo, simplemente... Es tarde, ¿de acuerdo?, no tardan en llegar mis padres.

-Summer... No miento, y tus padres se encuentran en casa... He visto sus autos.

-Y yo he visto a tu hermana salir con la ropa mal puesta, pero igual, eso tampoco importa.-Bien, despiértenme de este maldito sueño. Mi mejor amiga cree que miento por alguna razón, y mi hermana no se que hacia aquí metida... Esperen un segundo... Si lo sé.

-¿Tu hermano?

-No tengo idea, Alex. Debes ir a casa.

Básicamente, me sentí rechazado por una persona a la que amo. Sí, a la que amo, y ahora parece que me está sacando de cierta forma de su vida, y es algo que efectivamente me duele en lo más profundo de mi herido corazón.

Summer

Ian tenía razón, Alex quería decirme algo sobre él. Lo único que me hace pensar esa actitud, es que Alexander realmente siente algo por mi, lo cual en verdad me confunde demasiado. Sobre todo porque antes sentía algo por él, que a mi parecer, se esfumó. Japón llega con cierto aire frustrado, y se acuesta sobre mi cama sin tomarle importancia a que le de permiso o no.

-Dime raro... ¿Qué hace tu terrible presencia, aquí?

-Cada vez te vuelves más amargada e insoportable, Summer. Ya lo sabias, ¿no?-Alzó una de mis cejas, y cruzo mis brazos como indicativo de que comienzo a perder la paciencia.-Estaba... Con... Jade, y mamá interrumpió.

Inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora