Capítulo 27: "¿Perdiste algo?"

1K 78 3
                                    

LIZBETH:

Era un día estupendo para que cualquier persona normal hiciera un picnic en algún parque de la ciudad con su familia, amigos o novio(a), pero claro, nosotros no somos personas normales por lo que en lugar de ir a algún parque, estamos en el jardín trasero de mi casa, con un mantel que robamos de la cocina de mamá y con mi platillo especial: sándwiches y refresco.

—Aún no entiendo qué hacemos aquí —murmuró Jakov, recostado a mi lado mientras observaba el cielo.

—Adoro a mis amigos con todo mi corazón pero fue mucho de ellos esta semana, necesitábamos normalidad por un momento —me encogí de hombros—. Además, Jerilyn y Daisy fueron de compras y prefiero ver parir una nutria antes que ir por horas de tienda en tienda en el centro comercial —Jakov rió y me abrazó, dejando su cabeza en el hueco de mi cuello, acaricié su cabello y seguí explicando—. William está perdido con Madison desde temprano y Alexandra fue secuestrada junto a Daniel por sus respectivas madres para ir a una tienda de bebés y organizar una boda como se debe.

—Creo que ya entendí —dijo, riendo—. En conclusión, necesitamos tiempo a solas.

—Sí, eso creo —concordé, sonriendo. Wolfi llegó meneando su pequeña cola y se metió en medio de los dos, Jakov lo tomó en brazos con dificultad, ya que ya había crecido mucho estas semanas, sentándose para empezar a jugar con él, lo imité, sentándome también. Observé a mi chico y mi cachorro por un rato, luego un pequeño escalofrío me recorrió, era extraño y preocupante, una sensación se instaló en mi estómago, cómo el presentimiento que algo malo sucede o está por ocurrir. Me abracé a mí misma, frotando mis brazos con fuerza. Jakov se dio cuenta y frunció el ceño, soltó a Wolfi, quien salió corriendo sin rumbo fijo.

— ¿Pasa algo? —preguntó, poniendo un mechón de cabello tras mi oreja. Negué, forzando una sonrisa.

—No, es sólo que... —sacudí mi cabeza y dejé salir lo primero que vino a mi mente—. Quiero que siempre recuerdes que pase lo que pase, te amo y te voy a amar sin importar qué suceda —susurré con un hilo de voz. Frunció más el ceño, preocupado.

— ¿Qué pasa, preciosa? Me estás asustando. 

—La verdad no lo sé, sólo que tengo como un mal presentimiento —apreté mis labios en una fina línea.

—Hey, mírame —lo miré aturdida, sus ojos marrones me transmitían seguridad y traté de aferrarme a eso con todas mis fuerzas—. No pasará nada malo ¿sí? Deja de pensar en eso y disfrutemos nuestro día juntos.

Le sonreí y lo besé con ternura, el beso se alargó más y de un momento a otro me encontraba a horcajadas sobre él mientras mis dedos ya se enredaban por instinto en las hebras de su cabello. Nos separamos agitados, respirando con dificultad.

— ¿Cómo llegué aquí? —pregunté, divertida. Él sonrió y mordisqueó mi labio inferior.

—No lo sé —se encogió de hombros, acarició mi nariz con el lateral de la suya y me apretó más contra su cuerpo—. Sólo sé que extraño dormir contigo a mi lado, abrazándote.

Me sonrojé inevitablemente y le di una sonrisa tímida. La verdad era que yo también me había acostumbrado, aunque hasta llegamos a dormir en el piso ebrios.

—Yo también —admití, él sonrió y nos besamos de nuevo.

Un chorro de agua nos hizo separarnos de golpe, reí fuertemente, agarrando mi estómago con ambos brazos al ver al cachorro asustado que tenía la manguera entre sus pequeños colmillos porque el muy tonto le sacó el seguro provocando que el agua saliera por doquier, de no ser porque Wolfi es un tragón y está un poco pasado de peso, estaría colgado de la manguera que se movía de un lado a otro.

Corazón de piedraWhere stories live. Discover now