Corazón de piedra

Capítulo 9: "Abusivas..."

JAKOV:

— ¡Me cago en Parker! ¡Hijo de snow! ¡Mundano! Bien, debo de dejar de leer tantos libros... ¡No! ¡Mentira! Jamás podría dejar de hacer eso, porque me daría un colapso nervioso ¡Los libros son mi vida! pero tengo que dejar de insultar como una maldita loca... —Lizbeth seguía moviéndose de un lado a otro desde que le dije lo del sábado con mamá y la verdad es que era gracioso verla tan nerviosa pero me aguanté las ganas de reír o me tiraría cualquier cosa que estuviera a su paso.

—Oye, tranquilízate, ¿quieres? —dije, tomándola de los hombros para que parara—. No es necesario que vayas si no quieres.

Ella asintió, aunque no entendía el porqué. Después de lo que pareció una eternidad en silencio, volvió a hablar.

— ¿Y si no les agrado? ¿Y si hago algo mal? No soy muy buena socializando, podría cagarla sin pensarlo y... —la interrumpí.

—Un momento, espera, espera —dije, haciendo movimientos con mis manos para que me mirara. La miré totalmente confundido—. ¿Me estás diciendo que vas a ir? Porque ya me perdí.

— ¿Porqué no? —ella sonrió—. ¿Acaso no es eso lo que quieres?

—Sí, pero... ¡whoa! Yo pensé que tendría que humillarme y suplicarte para que vinieras y evitar que a mi madre le diera un infarto porque odia ser rechazada y... ¿En serio vas a ir? —pregunté aún sin creérmelo.

—Sí, iré con una condición —dijo aun sonriendo.

— ¡La que quieras! —se rió de mí ante tanto entusiasmo.

—Que si las cosas se ponen demasiado incómodas me vas a sacar de ahí en seguida. Invéntate cualquier cosa, que mi perro tuvo gatitos o que padezco una extraña enfermedad contra las cenas familiares o no sé, lo que sea, sólo sácame de ahí —dijo, mordiéndose la uña del pulgar nerviosa.

—Te doy mi palabra —dije, aparentando toda la seriedad posible.

Suspiró y me miró con los ojos entrecerrados.

—Te odio tanto, ¡eres tan malditamente convincente!

—Y eso que prácticamente no hice nada —le guiñé un ojo. Ella rodó los ojos.

—Ahora, ¿ya puedes sacarnos de aquí? Me estoy asfixiando, te juro que no desquitaré mis nervios con nadie.

Reí. La había traído al salón de música para que no se descontrolara y se desquitara con medio instituto. Cuando solté la pregunta, se había puesto histérica y quiso salir corriendo pero no se lo permití, tapándole la salida. Prefería que se desquitara conmigo, aunque eso suene a suicidio.

—Yo sé que disfrutas estar encerrada aquí conmigo —bromeé.

—No lo creo, seguro el que lo está disfrutando eres tú —rebatió, alzando una ceja y una sonrisa ladeada.

—No me puedo quejar —le sonreí del mismo modo.

Me sobresalté al escuchar un fuerte golpe en la puerta.

—Necesitamos saber si Jakov sigue vivo o si voy a tener que ser cómplice de un asesinato y esconder un cuerpo para que nadie se entere que mi amiga es una asesina —habló Jerilyn al otro lado de la puerta.