Capítulo 16: "Complicado"

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DANIEL:

No tenía noticias de Alexandra y eso me estaba volviendo loco. Jakov dijo que la había visto pero que no sabía si le pasaba algo, aunque esta semana ha estado actuando raro, cada vez que le pregunto por ella me dice que es mejor que espere a que sea ella quien me busque, lo notaba nervioso, como si quisiera decirme algo pero al final se lo pensaba bien y me dejaba con la intriga.

No iba a fiestas ni salía con chicas, todos mis pensamientos estaban en Alexandra y ahora sabía con certeza lo que sentía por ella. Hoy, como cualquier otro día desde hace más de un mes, me encontraba viendo televisión en mi habitación, mis padres salieron y Jakov, como era de esperarse, salió con Lizbeth, pero esta vez dijo que había algo importante que hacer y si no se solucionaba vendría a decírmelo, le pregunté de qué hablaba y sólo me contestó que pronto lo sabría, dejándome totalmente confundido.

El timbre me sacó de todo el lío que estaba haciendo en mi cabeza, me levanté sin mucho ánimo y fui a ver quién era. Quizá mis padres habían olvidado las llaves de casa así que no podría simplemente ignorarlo.

Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver quién se encontraba del otro lado de la puerta, sentí como si una carga muy pesada desapareciera de mi cuerpo y la miré esperanzado. Al fin la tenía frente a mí y tenía tantas cosas que decirle pero mi cerebro no trabajaba correctamente.

—Hola —saludó con una sonrisa tímida. Le sonreí.

—Hola, ¿quieres pasar? —pregunté sin saber qué más hacer. Asintió y se adentró a la sala, cerré la puerta y la seguí, le hice un gesto para que se sentara en el sofá de en medio y yo me senté al frente, no quería hacer esto más incómodo.

—Lamento no haber llamado todo este tiempo —se disculpó después de unos segundos en silencio.

—Lo que importa es que ahora estás aquí y podemos hablar de todo lo que ha pasado, ¿no crees? —traté de que mi voz sonara convincente, pero había algo en su expresión que me ponía nervioso. Ella asintió en acuerdo.

—Hay... hay un motivo por el que me he mantenido alejada y ese es el porqué vine. 

Su mirada iba a todos lados sin detenerse, estaba nerviosa y evitaba mi mirada, lo que me ponía igualmente aún más nervioso. Mi mente empezó a trabajar pensando en las posibilidades de lo que diría y la idea de que ya estuviera con otro me llegó y me asustó, no podía ser eso, de sólo imaginármelo se me revolvía el estómago y sentía la necesidad de golpear algo. Me negaba a esa posibilidad con lo que acabo de descubrir sobre mis antes confusos sentimientos hacia ella.

— ¿De qué se trata? —pregunté, tragando saliva en seco. Ella se removió nerviosa en su lugar y me miró a los ojos, había duda en su mirada, nerviosismo y... ¿culpa?. Inspiró hondo y habló.

—Yo te juro que no quería que esto pasara, Daniel, yo... no lo planeé y... entenderé si no quieres ser parte de esto... —su voz se fue convirtiendo en un susurro y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Me levanté y me acerqué a ella aún sin entender de qué hablaba, tomé sus manos y observé su rostro, ese que tanto había extrañado, ahora la miraba preocupado, nunca la había visto tan vulnerable, debía tratarse de algo serio.

—Oye, está bien. Puedes decirme lo que sea —dije con la mejor sonrisa tranquilizadora que pude esbozar. Parpadeó, dejando caer una lágrima de su ojo izquierdo. Se tomó su tiempo en contestar. Y cuando lo hizo juro que sentí mi corazón detenerse en su sitio y mi sangre drenarse de mi rostro.

—Yo... estoy embarazada —dijo con un sollozo—. Estoy esperando un hijo tuyo.

*****

Corazón de piedraWhere stories live. Discover now