Corazón de piedra

Capítulo 12: "Positivo"

ESPECIAL DANIEL Y ALEXANDRA

DANIEL:

¿Han escuchado hablar del amor a primera vista? ¡Pues yo pienso que eso es una jodida mentira! Porque aunque soy un puto mujeriego cabrón. Pueden llamarme como quieran, aún así, este cabrón sexy tiene sentimientos y tengo la teoría de que el amor no llega con tan sólo una mirada.

El amor es un sentimiento que crece conforme vas conociendo a la persona de la cual puedes enamorarte, que su alma y la tuya se encuentran porque estaban destinadas a estar juntas, a hacer que el corazón se te acelere y te tiemblen las piernas cuando estás junto a ella, que quieras abrazarla y besarla todo el tiempo, que quieras darle todo de ti, lo que ella decida, protegerla y amarle con todas tus fuerzas, querer lo mejor para ella aún si lo mejor no eres tú.

Y eso es exactamente lo que me está pasando ahora, después de lo que pasó en aquella fiesta es seguro que mi mejor amigo querrá matarme y su nueva novia también. Lo que ellos no saben, es que Alexandra y yo ya nos conocíamos desde hace tiempo. Me gusta esa chica, pero no es sólo eso, cuando nos encontramos aquella vez con Jakov y Lizbeth, me sorprendí al igual que ella que coincidiéramos con nuestros amigos y por primera vez la vi como realmente era. Antes había estado comportándose fría e indiferente y eso era algo que me atraía y me intrigaba de ella.  Pero ese día se mostró tímida y seria, sin ese muro de por medio que había puesto entre nosotros. Salíamos más de lo común, íbamos a cenar, al cine, a fiestas, pero ahora una de esas fiestas traería consecuencias.

Flashback:

—Daniel... Bésame, bésame muuuchoo —canturreaba entre hipidos y risas. Reí con ella.

—Estamos ebrios... —dije, tratando de ser la voz de la razón. Ella sólo pasaba sus manos por mi cabello de la manera más sensual—. Alexandra, no creo que sea buena idea dejarnos llevar ahora y...

— ¡Oh! ¡Sólo cállate y haz lo que te digo, maldición! —exclamó, acercándose. La besé fuerte y de manera salvaje, haciendo que los dos suspiraramos de placer. ¡Santa mierda! Esta chica me ponía al cien con sólo una caricia, un roce, un beso. Yo ya no podía más con mi auto control, le había prometido a Jakov que mantendría mis asuntos en mis pantalones porque Alexandra era la mejor amiga de Lizbeth y no quería que eso afectara su relación, pero era muy difícil mantenerme cuando ella me ponía así.

—Alexandra, yo... —hablé, apartándome de ella para luego mirar confundido a todos lados, ni siquiera me había dado cuenta que caminamos a la pequeña habitación al lado de la barra. ¡No, no, no, esto no iba bien!

—Daniel —me llamó, haciendo que mirara en su dirección. Su mirada era penetrante y seria—. Te quiero, quiero todo de ti.

Mi auto control se perdió al escucharla decir aquello y pasé la mejor noche de mi vida.

Fin del flashback.

A la mañana siguiente, ya no estaba y me sentí decepcionado y a la vez preocupado. No quería que ella se alejara de mí, sólo que me dijera de nuevo que me quería estando sobria sin una gota de alcohol, pero ella simplemente desapareció sin ninguna explicación.

Llevaba dos semanas sin saber algo de ella y no quería preguntarle nada a Jakov pero esta incertidumbre me estaba matando, así que decidí ir a su casa a hablar con él de una vez por todas.

— ¡Hey! Hermano, ¿cómo estás? — preguntó nada más abrir la puerta.

—No tan bien que digamos —contesté con un suspiro. Él me miró con el ceño fruncido.