Capítulo 17 - El Regreso (Parte I)

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Avanzó desconfiado, la espada en posición de ataque hacia la cocina, pero se detuvo en seco a mitad de camino. Un ruido sordo provino de su habitación, estaba seguro. Lentamente se acercó a la puerta entre abierta y pudo ver una figura a los pies de la cama. Quien fuera, estaba absolutamente distraído con un portarretratos y no lo escuchó acercarse. No podía ver su rostro por que la persona estaba de espaldas y además llevaba la capucha de una campera cubriendo su cabeza. Se acercó sigilosamente y quedó solo a unos pasos de distancia. Quien estaba de espaldas no era sordo y al escuchar un rumor se dio vuelta de un salto. El portarretratos salió disparado y pasó a unos centímetros de la cien de Eldar que logró hacerse a un lado justo a tiempo. Extendió una mano sin darle tiempo de reacción a la persona y la tomó del cuello. Ambos cayeron en la cama por el impulso violento y la punta de su afilada espada se apretó contra el pecho del intruso. Los ojos celestes y fríos de Eldar se posaron en los de su contrincante. Su mirada cambió de expresión y disminuyó la presión de su mano, al tiempo que bajaba la espada y daba un respingo de sorpresa al reconocer a su oponente.

- ¡Por el diablo Alex! - dijo aflojando la tensión - Casi te mato. Por toda respuesta, la chica se abrazó a él con fuerza.

- ¡Gracias a Dios! - dijo Alex con voz entrecortada sin separarse de él - Todos piensan que has muerto en Argozz.

La posición era un poco comprometida, él estaba encima de ella y a ella no parecía importarle. Eldar se quedó un momento en silencio y luego se levantó sobre sus brazos para verla mejor. Sus miradas se cruzaron, la de ella era de sorpresa y emoción, la de él era intensa y cargada de dureza pero dulce a la vez.

La miró unos segundos detenidamente, llevaba el cabello un poco mas largo y estaba algo mas delgada. Se dio cuenta de que aún empuñaba su espada y la tiró sobre la cama. La mirada de Alex siguió la magnífica hoja y luego volvió a posarse en los ojos de Eldar.

- Han pasado dos semanas - dijo en un susurro - Todos te dábamos por muerto.

Alex respiraba agitadamente, mientras él seguía encima de ella observándola como si la viera por primera vez. Cuando se dio cuenta de que estaba encima de ella, se levantó de un salto y levantó las manos como si quisiera excusarse. Alex se levantó también y una lágrima rodó por su mejilla.

– Te creí muerto - dijo a media voz.

- ¿Y por eso quisiste atacarme recién?

- Vi tu ropa de combate y creí que eras otro demonio. Te creía muerto

- Lo estuve - dijo Eldar limpiando una lágrima que corría silenciosa por la mejilla de Alex - Pero ya estoy de regreso...

Alex suspiró profundamente y se sentó en la cama. Comenzó a pasar los dedos por la hoja de la espada.

- He venido aquí cada día desde que regresé tratando de encontrar algo que pudiera conectarme contigo - dijo Alex con pesar.

- ¿Qué ha pasado aquí? - dijo él mirando a su alrededor - Todo se ve extraño.

- Han pasado muchas cosas - dijo ella mirándolo casi con enojo - El consejo fue arrasado, hay un caos de crímenes en la ciudad provocados por un nuevo clan de vampiros, Wolfgann está como loco, Alma se ha mudado con Súmmum por que han atacado este departamento, entre otras cosas... mientras tu estabas de vacaciones...y yo sufría la pérdida de un compañero y...

- No estuve de vacaciones - dijo Eldar sonriendo con incredulidad - No fue fácil para mi tampoco. Solo deseaba regresar y tratar de volver a mi vida...

Eldar se despojó de su pechera de amas y se sacó la camisa que llevaba debajo, quedando al descubierto su torso. Una cicatriz estrellada y oscura ocupaba parte de su pecho a la altura de su corazón. Alex se levantó de un salto de la cama y sin poder evitarlo pasó la yema de los dedos por la abultada cicatriz.

Entre Ángeles y Demonios: La Daga de los Mundos (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora