ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]

𖤐 Anthony - Oc F 𖤐

Para esta historia tomé un poco de inspiración del fanfic: Love Dust, escrito por: @zuarley. Que de hecho, está muy bueno. 

Y disculpen si en esta historia hay algunos detalles del que todavía no existían en el año 1947, ya que esta historia se basa en ese año, en el que Anthony (AD) aún estaba vivo, pero fueron las ideas que se me ocurrieron para poner, y cuando me enteré que aún no existían en ese año, me quedé 🤡 porque significaría que tendría que volver a escribir y cambiar muchas cosas, pero los dejé a la final como estaba.  

Era un día como cualquier otro. Estaba bañándome mientras tarareaba suavemente la letra de una canción que siempre me gustaba cantarla cuando estaba en la ducha y quería distraerme, cuando de repente escuché un ruido del exterior y entré en modo alerta, mis ojos se abrieron de golpe y abrí un poco la cortina para asomarme, llevándome un susto que lo máximo que me sacó fue un brinco pequeño. Pensé que el ruido había venido de afuera, pero en realidad fue Anthony, que estaba sentado en la poceta con su típica cara de recién levantado después de pasar una noche consumiendo drogas y tomando por todos los agujeros que tuviera, y su cabello amarillento de raíces oscuras muy alborotado.

—¿Qué coño haces aquí? —lo regañé mientras que mi mirada no podía hacer más que asesinarlo.

—Te parecerá sorpresa, pero yo vivo aquí.

—¡Estoy bañándome, no puedes entrar así porque sí!

—Shh —puso una mueca, aún viendo el suelo—, estoy intentando cagar y tus gritos no hacen más que irritarme.

—¡Sal! —tomé el champú, dispuesta a reventárselo por la cabeza—. ¿Olvidas las reglas que nos colocamos entre nosotros mismos? No porque seamos esposos significa que puedes venir a irrumpir mi preciada hora del baño.

—¿En qué te afecta que venga a cagar mientras te estás bañando? —finalmente me dirigió la mirada, y en serio lucía cansado y con ganas de morirse—. Ni que tuviera ganas de verte desnuda.

—Anthony —sentencié con mucha seriedad—, hay muchos otros cuartos de baño en esta casa. Cuando me esté bañando no quiero que entres.

—Todos los demás baños están ocupados por los demás porque van a salir, y no podía esperar a que salieras porque me estaba haciendo literalmente encima. Te tardas mucho. Y te recuerdo que esta es MI casa.

—También es mía.

—Sí, pero tú no eres la heredera de esta casa.

—¡Tú tampoco! ¡Lo va a heredar tu hermano mayor!

—¡Los tres!

—¡¿Acaso importa?! ¡También vivo aquí y exijo tener privacidad! No puedo respirar cinco segundos lejos de ti porque ya apareces de nuevo. 

—Tienes una suerte del culo, entonces.

—Claro, porque tú eres la mala suerte.

—Ajá... —sacó un cigarrillo y un encendedor de su pantalón, para proceder a prenderlo e inhalar el humo de este.