ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]

𖤐 Angel Dust - Oc F 𖤐

Estaba hablando tranquilamente con Angel en el balcón del estudio, dónde se suponía que debíamos de estar haciendo nuestro trabajo, pero en vez de eso estábamos descansando un rato y vinimos a fumar acá arriba.

Trabajar con Angel era divertido, me sentía cómoda con él, algo con lo que no me sentía igual con los otros pecadores que se hacían llamar “mis compañeros“. Todos son hipócritas y se la pasan criticando hasta tu forma de respirar.

Pero de todos con los que tenía que convivir en el trabajo, Angel era la mejor opción para pasar el rato y hacer lo que sea.

Mientras conversabamos y disfrutabamos nuestro momento de tranquilidad mientras fumabamos, escuchamos la puerta del balcón abrirse de golpe, viendo que era Vox. Se veía enojado y agitado, algo que en seguida se nos hizo raro.

—¿Voxy? —le dijo Angel, enarcando una ceja—. ¿Qué pasa?

—Cállate y deja de llamarme así —se escuchó muy serio—. Llevo casi quince minutos buscandote como loco por todo el estudio. ¡¿Qué haces aquí en vez de estar con los clientes?! ¡Están esperando a que les muevas el culo encima de las mesas!

—¡Necesito un descanso, ¿okey?! —le respondió, algo molesto—. Son casi las nueve de la noche y llevo trabajando desde las ocho de la mañana y sin descansar. Que sus grasosos pitos impacientes esperen unos minutos más.

—No es todo. Val te quiere en su oficina... Ya.

Miré de reojo a Angel y este se quedó totalmente inmóvil y se puso pálido de golpe al escuchar el nombre de nuestro jefe. Inmediatamente se mostró muy preocupado y nervioso.

—¡Oh, Lucifer!.... —soltó. Dejó caer su cigarrillo al suelo y lo pisó rápidamente—. ¡¿Por qué mierda no empezaste por eso?!

No le dió tiempo a responder ya que Angel pasó por su lado rápidamente, saliendo del balcón y dejándonos solos.

El volteó a verme aún con su expresión de enojo.

—¿Y tú que haces aquí? ¿También necesitas un descanso? ¡Mueve el culo y ponte a trabajar! No llevas ni dos meses aquí y podemos despedirte.

—Agh, que fastidio.... —dije sin mucha importancia de que me escuchara.

También dejé caer mi cigarrillo al suelo y lo pisé, pasé por su lado y después bajé las escaleras, no escuché sus pasos detrás de mí, así que supuse que se había quedado arriba.

Pasé por uno de tantos pasillos, dirigiéndome hacia el escenario y empezar a atender a los clientes, pero antes de eso justamente cuando pasé al lado de la puerta de mi jefe escuché a través de la puerta un golpe fuerte.

Era como el sonido de una cachetada. Pero muy fuerte.

No pude evitar no sentir curiosidad por lo que escuché y pegué mi oreja a la puerta, tratando de escuchar mejor lo que pasaba adentro. Sabía que estaría en graves problemas si alguien me encontraba así, pero mi necesidad por el chisme era más grande que mi preocupación en este momento.