ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]

𖤐 Lucifer - Oc F 𖤐

"Hoy se cumplen ocho años trabajando como asistente personal del rey. Estoy emocionada, ya que el rey me dijo que me iba a dar un regalo como gratitud por mis años de servicio hacia él, en realidad, nunca me esperaba nada a cambio de él por sólo hacer mi trabajo, pero al parecer pasó. El rey sigue siendo alguien impredecible después de todo.

Y lo admito siempre. Estoy enamorada de él casi... profundamente, se podría decir. Lo estoy desde hace un año y medio, siempre trato de aniquilar esos sentimientos que cada vez que estoy con él empiezan a crecer y a volverse locos, pero es casi imposible, siempre trato de dejarlos de lado o trato de fijarme en alguien más, sólo con el fin de dejar de pensar tanto en el rey. Si tan sólo él no estuviera casado con una mujer tan hermosa y empoderada como su esposa, Lilith, sin duda sería menos difícil para mí tratar de dejar de tener sentimientos hacia él. Es mejor que me dé por vencida, lo e pensado muchas veces; él nunca se fijaría en alguien como yo. Una simple pecadora más".

Terminé de escribir y cerré mi pequeño libro que tenía como diario. Luego me acerqué a la estantería en donde tenía muchos libros y lo coloqué entre la multitud, sin preocuparme si alguien entraba y lo agarraba; después de todo, nadie a excepción de mí podía entrar a esta habitación, es mía, el rey lo declaró sólo mía.

Después me dí un baño relajante y me arreglé, poniéndome mi uniforme de siempre y casi estando lista para bajar a inspeccionar que el desayuno ya estuviera servido y listo para el rey.

Bajé las escaleras y mientras me arreglaba mi uniforme, pisé repentinamente uno de los juguetes de la princesa Charlotte que de vez en cuando dejaba esparcidos por el suelo, en este caso, en las escaleras. Me agaché y lo tomé, viendo que era una muñeca de plástico.

—¡Buenos días, Nana! —apareció detrás de mí la pequeña rubia, que luego se le iluminaron los ojos al ver su muñeca en mis manos—. ¡La econtraste! ¡Gracias! La estuve buscando por todas partes. A veces le gusta esconderse la traviesa esta...

Nana....
Siempre me ha llamado así la princesa desde que aparecí en su vida (justo cuando ella nació), supongo que me vé más como una madre que como una niñera, ya que la suya casi no la veía muy seguido; se la pasaba viajando a otros reinos ya sea para sus asuntos como reina o para otras cosas de la realeza.

—Princesa Charlotte, ¿cuántas veces le e dicho que no deje sus juguetes esparcidos por el suelo? No sabe si en cualquier momento alguien del personal se tropieza y se haga daño o cause un desastre. —dije apuntandola con mi dedo y viéndola seriamente, luego le dí la muñeca.

—Esta bien, Nana, tendré cuidado. No quiero que nadie salga herido por culpa mía. —mostró una cara de tristeza.

Siempre pensé que ella era muy buena niña para ser hija de Lucifer y vivir en este infierno. Sin duda alguna, tenía un gran y hermoso corazón que no muchos podían apreciar ni reconocer.