Especial Navideño

1K 39 3
                                    

Me acomodé mejor en mi cama para seguir durmiendo. Aún era temprano para levantarme, así que decidí dormir por otra media y sabrosa hora más en mi suave y tibia cama.

Justamente cuando sentí que me iba a volver a quedar dormida, escuché muchos golpes en la puerta siendo tocados repetitivamente.

—Coño de la madre... —murmuré, y tomé una de mis almohadas para ponermela encima de la cabeza, tapando mis oídos con ella.

—¡Despierta, bella durmiente! ¡Hoy es el día! —Charlie abrió de golpe la puerta y se adentró a la habitación, con una muy notable emoción.

—¡Largo! —tomé la almohada y se la lancé, pero ella lo esquivó a una velocidad impresionante.

—Mira. Ve lo hermoso que está el día. —abrió las cortinas y las puertas del balcón de mi habitación, apenas puso un pie afuera y a su lado cayó contra el piso violentamente un pecador que apenas había llegado al infierno.

Me reí silenciosamente, viendo cómo ella se quitaba con desagrado la sangre que había salpicado y manchado su traje.

—C-como sea... Es un lindo día y ya.

—No hay sol.

—Sin embargo, sabes que será un buen día porque como sabes, hoy es navidad —anunció con una gran sonrisa.

—.... No entiendo, ¿aplaudo? —mencioné sin nada de interés.

—Agh. Levanta ese ánimo, ¿puedes?

—Lo mencionas como si fuera lo más emocionante de la historia. Yo ya viví muchas navidades cuando estuve en vida, y llegó a un punto en el que ya no me emocionaba nada. Y además, ¿por qué quieres celebrarlo? Se supone que se festeja por el nacimiento del niño Jesús, ¿te olvidas que estamos en el infierno?

—Bueno, en realidad me emociona porque es la primera vez que lo voy a celebrar con ustedes. Pensé que... a ustedes les agradaría la idea, al igual que yo. Quiero retomar esa idea igual que en la tierra y lo festejemos a nuestro modo.

—..... Pues pensaste mal —solté, y sin más me arropé hasta la cabeza con mi sábana, dispuesta a dormirme esta vez.

—¡Vamos! ¡Levantate! Recuerda que tenemos que salir ahora a comprar la comida y la decoración —me ordenó, pero no le contesté, y mucho menos me moví—. Muy bien. Le diré a Angel que le diste permiso para que agarre tu tarjeta de crédito y que se pueda comprar lo que quiera con ella.

—¡Ya estoy despierta! —me quité la sábana de golpe y me senté en la cama—. Tú ganas. Ya salgo.

Ella puso una sonrisa triunfal y demoníaca y se dió la vuelta para irse.

(....)

Estábamos caminando hacia la tienda de comida que quedaba cerca del hotel, y no solo nosotras dos, también nos acompañaban Angel y Alastor para ayudarnos con las compras, en especial Angel por sus cuatro brazos.

Había notado que cada paso que dábamos, la gente se nos quedaba viendo por donde fuéramos, boquiabiertos y algunos con notable miedo por la presencia de Alastor.

Y no los juzgo, hasta yo me quedaría viendolos, ya que...

La princesa del infierno, la estrella de cine para adultos más popular y uno de los Overlords más poderosos, sí que era un trío que se robaban las miradas de la gente al estar los tres juntos.

Yo, por supuesto, me pasan desapercibida. No tengo nada de especial ni hago que el grupo resalte más (PARA NADA). Simplemente soy una pecadora más. Una simple y ordinaria pecadora... y no me molestaba.

ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora