𖤐 Velvette - Oc F 𖤐

911 49 13
                                    

Entré a la oficina de Velvette donde se suponía que estaría haciendo su trabajo y tal como me indicaron los otros Vees

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

Entré a la oficina de Velvette donde se suponía que estaría haciendo su trabajo y tal como me indicaron los otros Vees. Lo primero que vi fue a ella, muy concentrada en lo que estaba haciendo. Ni siquiera notó mi presencia.

Estaba usando su magia para hacer que aparecieran imágenes de diferentes atuendos en sus modelos, moviendo su dedo en el aire como lo haría con un teléfono, y mientras lo hace, los vestidos se quitan y otros nuevos ocupan su lugar.

—No. No. Espantoso. Me da cáncer visual. Ugh, que asco. ¡Ah, este! Este si me gusta —finalmente apareció una sonrisa en ella, calmando a sus modelos—. Ya pueden irse. Largo y háganme algo de dinero o serán historia.

De inmediato todas sus chicas se largaron de la habitación, hubieron algunas que hasta me empujaron con sus hombros para quitarme de su camino, y otras se me quedaron viendo con asombro por reconocerme, pero siguieron avanzando.

«Ridículas».

—¿Y tú qué? ¿Quién eres? —me habló Vel, enarcando una ceja mientras sostenía su libreta de dibujo e intentaba parecer ocupada.

Inhalé profundamente y caminé con detenimiento hacia ella, sonando con confianza y tranquilidad— Buenos días para ti también.

—Me importa un carajo los buenos días.

—Sí, y los modales también, al parecer.

—¿Ah? —despegó su vista de la libreta para aniquilarme con la mirada—. Disculpa, ¿quién eres?

—Me sorprende que no me conozcas, soy muy conocida en mi distrito y en este anillo. Soy tu compañera ahora. Bueno, me considero más como tu superior. Tranquila, es temporal —me quité mis lentes de sol y los coloqué sobre el escritorio, después hice lo mismo con mi chaqueta de cuero y se lo aventé a la chica—. ¿Puedes colgarla por mí?

—¡Y tú que- —mi chaqueta le cayó sobre la cara, callándola. Creo que eso la hizo enojar.

 —Si vamos a trabajar juntas a partir de ahora, tenemos que modificar la apariencia de este lugar —miré todo a mi alrededor, analizando cada cosa y cada color de papel tapiz en las paredes—. Los colores fuertes por todos lados hacen que me duela la vista...

—¡Hey, hey! —me tomó del hombro y me giró con fuerza para quedar frente a ella. Se dirigió a mí con molestia—. ¿Quién mierda eres, por qué entras a mi oficina así como si fueras la puta ama y dueña de todo YY cómo es esa mierda que acabas de decir que vamos a trabajar juntas? Yo no formo dúo con nadie cuando se trata de mi negocio de ropa.

—Tsk, entonces me siento mal por ti —me crucé de brazos, y no despegué mi mirada de ella por nada del mundo—. Primero que nada, soy T/N, un placer conocerte y saber que voy a trabajar con una buena diseñadora como tú, pero no me llegas ni a las uñas todavía. Lo siento por decirlo tan crudamente, pero es la verdad. Llevo mucho más tiempo que tú en el mundo de la moda desde que estaba viva, y hoy me solicitaron tus amigos Valentino y Vox en su oficina para contratarme.

ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant