Capítulo 44: El placer del omega

88 23 4
                                    

Boun nunca había sentido que el trayecto de vuelta a casa durase tanto. Tenía que concentrarse en la conducción y ser prudente pero la caricia de Prem había despertado a su miembro que ahora presionaba fuerte contra el revelador traje blanco. Cuando por fin llegaron, apenas pudo fijarse en cómo habían preparado la casa para su llegada. Un cartel de recién casados, globos... lo valoraba mucho, tenían ya una pequeña familia maravillosa en expansión, pero Prem empezó a besarle con exigencia y él tampoco opuso demasiada resistencia a su urgencia.

-Tenemos que subir al cuarto. No puedes en el sofá -logró decir.

-Estas semanas seguía teniendo ganas pero no sabía como pedírtelo con esta barriga -se rió.

-La verdad no se cómo pero encontraremos la manera.

Al fin en el cuarto, ayudó a Prem a quitarse el traje ceremonial. Logro tener la contención para colocarlo correctamente en una silla para enviar a la tintorería. Con su propia ropa tuvo bastante menos cuidado.

Si se rasgaba, podía reponerse. Solo era ropa.

Prem se desnudó por completo y se tumbó en la cama, mirándolo expectante sin saber bien cómo colocarse o cómo iban a hacerlo. Boun suspiró y se acostó a su lado.

-Si en cualquier momento te hago daño, dímelo.

Prem asintió. Estaba un poco preocupado. Le daba miedo tener algún tirón muscular o algún dolor.

Afortunadamente, la niña estaba quieta. Al fin dormía un poco. Había estado moviéndose y dándole patadas todo el día. Cuando estaban llegando con el coche a casa pareció calmarse, quizás por las feromonas de su padre alfa. Encontró lo que parecía una postura bien cómoda después de hacer una serie de movimientos bruscos y ahora mismo solo notaba movimientos leves.

Al fin, sus padres tenían cosas más importantes que hacer en ese momento.

Cosas de adultos.

Boun le besó el lóbulo de la oreja, la garganta, mientras le movía levemente de costado. Con los dedos exploró su entrada y comprobó que no necesitaba lubricación extra. Estaba más que listo. Incluso probó algo. Movió dos dedos dentro de su conducto, jugando con su líquido lubricante, como jugando a imitar el movimiento de una tijera.

Prem se estremeció. Trató de preguntarle qué estaba haciendo pero Boun metió los dedos más profundamente y tocó su punto más sensible. Prem gimió derramando el resultado de su orgasmo por todas las sábanas.

-No... demasiado rápido.

-No lo pude evitar.

-Pero quiero que hagamos el amor. Que nos juntemos por completo.

Boun se excitó aún más si era posible. Por mucho que las relaciones sexuales entre ambos fueran siempre tan satisfactorias, le agitaba más su interior la idea de estar tan mezclados que fueran uno solo. Hacer el amor, no follar.

-¿Estás cómodo?

Prem decidió ser sincero.

-No mucho. Me molesta en la espalda tener que colocarme así.

-Bien. Vamos a probar... ponte sobre mí -Prem obedeció pero Boun le detuvo para guiar su postura - no, lo siento pero no mirando mi cara. Ponte de espaldas. No te molestará la barriga.

-Pero... tus piernas.

A Boun le importaba lo que venía siendo una mierda no caminar en días.

-Hazlo, cariño.

Prem obedeció. Se colocó a horcajadas sobre su alfa. De espaldas. Se movió para lograr encajar su entrada con el pene de Boun y éste le sujetó la cadera.

Se encajó de a una. Se sentía tan bien. No podría volver a vivir sin eso, sin su alfa, y sabía que era mutuo.

Dejó de escuchar las palabras de Boun guiándole para tomar el control. Estaba cómodo, estaba lleno de placer. Pronto Boun dejó de hablar para gemir. Y era por el.

Aceleró sus movimientos y tuvo su segundo orgasmo casi a la vez que Boun tenía el primero.

Se detuvo unos minutos. Sonrió y cuando notó un movimiento brusco en su interior le susurró a la niña que dejase a su papi un rato más.

Jadeó. Se movió para quitarse de encima de Boun, con un poco de dificultad entre su volumen y que Boun aún estaba duro. Necesitaba unos minutos más.

-Prem...

-Dime -miró a su recién estrenado marido sonriendo con presunción.

-Es increíble lo excitado que estás. Me has dejado todo mojado y pegajoso entre el semen y tu lubricación.

Prem le miró y comenzó a sonreír hasta que fue consciente de algo. Las sábanas seguían mojándose.

-Boun, no es lubricación. No todo. He roto aguas.

39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||Where stories live. Discover now