Capítulo 26: Querer todo

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Boun odiaba todo ese tipo de cosas que implicaban la jerarquía, el honor, todo eso que era la parte más anticuada de su universo.

Una voz le dio una patada en el cerebro y le recordó que no pensaba lo mismo cuando estaba envuelto en la bruma de amor y placer con su omega.  Lo mucho que le gustaba esa sensación y todo lo que había traído.  Su instinto de proteger a su omega y hacer lo honorable.

La ignoró.  Abrió la puerta y gritó a la oscuridad.

-Ohm, joder.  Hace frío.  Y hay mosquitos.  Si estás en tu forma de lobo transfórmate porque voy a decirte que no me hagas tener que meterme más entre tú omega y tú.

Ohm salió de entre los arbustos del jardín unos minutos después.  Por la ropa vieja y ancha, si había ido como lobo pero tenía una muda de ropa lista.

-¿Puedo entrar?

-Sí, pero sabes que Fluke te ha puesto una barrera ahora mismo y no puedes hacer nada contra su voluntad.  Si no quiere ir contigo se queda.  No quiero problemas en mi casa.

-No habrá problemas.

Ohm inclinó la cabeza agradeciendo que le permitieran ver al menos a Fluke.

Entraron en la casa.  Boun movió las manos sin saber dónde ponerlas.

-Yo... vete a la sala.  Le diré a Fluke que vaya.

Prem apareció tras Boun.  Ohm se sorprendió.  Siempre había visto al mejor amigo de Fluke o con uniforme o vestido con la mejor ropa posible para impresionar.

Ahora no parecía preocuparle nada de eso.  Llevaba un pijama que le quedaba grande y una bata abierta.  Descalzo, se escondía levemente detrás del alfa.

Miró a Ohm como queriendo recordarle que no solo se trataba de su amigo, que sabía lo que había dicho sobre él y que su alfa también y que llegaría el momento de ajustar cuentas al respecto.

Fluke bajó los escalones.  Llevaba un pijama nuevo y ajeno, con un leve olor a otro alfa que casi lo desquicia.  Entró en la sala en silencio y el alfa le siguió, respetando las distancias.

-Cerraré la puerta.  -dijo.

Boun movió la cabeza mostrando una conformidad nacida de la educación.

Prem estaba tras su alfa e inconscientemente le abrazó con fuerza.  Boun notó lágrimas en su pijama.  Se dio la vuelta.  Los brazos reconfortantes envolvieron a Prem como tanto había aprendido a necesitar.

Como había aceptado necesitar.

-Vamos, controlaremos que todo vaya bien.  Probablemente salgan de ahí reconciliados.

-Me gusta la calma que he aprendido a valorar desde que nos encontramos.

Boun le abrazó más fuerte.  También a él.  Había jurado poder enamorar en 39 semanas a aquel hombre y no había necesitado ni doce para decidir qué no quería que estuviera lejos de él nunca más.

-Mañana voy a llamar a mis padres.  Saben que me estoy viendo con alguien, pero le pedí a Lala que no dijese nada de cómo está todo en realidad para no presionarte.

-¿Y las 39 semanas?

-No se tu, pero yo no necesité ni treinta y nueve horas.

Prem hundió su rostro aún más en Boun.  No quería moverse de ahí nunca.

-Vamos, amor.  Ahora mismo vamos a ver qué ocurre con estos dos.

Ohm sabía que en el juego que ahora jugaban, tenía que dejar que el omega hiciese el primer movimiento.  Haberle dejado pasar no era suficiente.

Y Fluke no se lo estaba poniendo fácil.  Le miraba fijamente mientras se cubría con una manta que había en el sofá.  Se veía vulnerable y su instinto era protegerlo.

Pero no podía porque esta vez el problema era él.

-¿Realmente soy para ti tu predestinado o para ti no he sido más que la opción lógica?

Había un tono de inseguridad en su voz.  Ohm odiaba eso.  Nunca se había planteado esas dudas.  Nunca había tenido ninguna. Fluke era para él y él para Fluke y no recordaba cuando había sido consciente de eso.

No, no recordaba las chispas y la pasión y la marca y el sentir que el mundo se caía y reconstruía.  Pero nunca lo echó de menos.  Simplemente había sido así, había ido creciendo lentamente, había sido fluido y no había tenido dudas. Y ahora que Fluke lo enfrentaba, se daba cuenta de que había errado en cierto modo en su comportamiento.

No porque Fluke no fuese su persona.  Era absolutamente su persona, su compañero.  Nunca, desde que formalizaron su relación, dudó de su amor mutuo.  Hizo las cosas como se debían, creyendo que con eso le daba su sitio y le demostraba su afecto y su compromiso.

-Sí.  Eres mi destino.  Simplemente me hiciste tan fácil amarte que confié en mi manera de hacer las cosas y creí que te daba todo lo que querías.  Pero no concibo la vida sin ti.

-¿Por qué nunca me has demostrado eso?

-Porque creía que no lo querías o que no lo necesitábamos.  Pero desde que hoy te vi llorar comprendí que no te lo hice comprender lo suficiente.

-Quiero sentir el mundo estallar y unirse.  Quiero que el lazo que siento hacia ti vibre.  Que la marca sea más que un trámite.

-Te amo.  Eres lo más importante en mi vida, y si te perdiera sería un alma solitaria para siempre.  Cuando tuviste esos problemas, cuando estabas en obstetricia sabía que la vida que se había perdido no podía recuperarse pero verte triste, sangrando, sufriendo, me retorcía por dentro.

-¿Por eso no hacemos el amor?

-No lo se.  Supongo que tal vez ha influido.  También es lo tradicional, pensaba que no tendrías ganas.  Ya sabes, todo eso del omega que está centrado en la vida que crea y no desea que nada moleste su... su intimidad.

-Si quieres arreglar esto deja de actuar como nuestros abuelos.  Porque incluso las almas gemelas pueden romper el vínculo.  Y yo quiero que lo reforcemos.  Quiero todo.  Quiero que me des lo que necesito, y es sentirme deseado, sentirme único para ti. 

-No... no quiero perderte.

-Quiero que mi marca palpite como la de Prem.

-¿Es por ellos? ¿Lo suyo te hizo sentirse así?

-Me hizo darme cuenta.  Yo sentía que algo no me llenaba pero creía que simplemente Prem era distinto a mi.  Pero cuando les vi...

-Te diste cuenta de lo que carecías.

-Sí, pero también que lo deseaba contigo.  Que te amaba, que eras mi alfa, el único para mi.  Pero mis intentos de seducción te eran indiferentes.

-No lo era.  Solo me controlaba.

-¿No te causa rechazo que mi abdomen no sea ya plano, que esté cambiado físicamente?

-Eso es una gilipollez.  Me vuelves loco.  Te deseo muchísimo.  Me cuesta mucho respetarte.

-Prem me explico algo interesante.

-¿Qué?

-Que cuando Boun quiso hacer lo correcto, él le dijo que no le respetara tanto.  Y hacen el amor como lo que son.  Una pareja en pleno enamoramiento.  Y nosotros somos una pareja recién casada.  Quiero menos mi sitio y más romper una cama.

Ohm se acercó.

Le sujetó la mandíbula y retrasó el beso por si quería retirarse.

Pero no lo hizo.

Y de repente ese beso provocó la catarata de sensaciones de la que había oído hablar.

Cuanto más besaba los labios y la lengua del omega más se deleitaba con esa sensación, que para él fue como un cuerda estirada al maximo y que los envolvía. Todo giraba y en su mente había imágenes de todo lo vivido juntos.

Sin dejar de besarlo, dejó al mundo girar alrededor a mil kilómetros por hora.

39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||Where stories live. Discover now