Capítulo 18: Incontenible

260 38 2
                                    

-Me pones  muy difícil ser un caballero -Boun no pensaba resistirse.  El cuerpo de Prem era un imán, un irresistible dulce colocado frente a un goloso, el lugar al que pertenecía.

-La caballerosidad del alfa murió con la liberación sexual de los omegas.

Boun sonrió ante las palabras del otro hombre.  Le había tirado con suavidad de la muñeca, pero con insistencia, hasta que el alfa dejó que su cuerpo cayera en la cama a su lado.  Ambos sabían que no debía caer encima.  Había algo muy valioso en el interior de Prem.

Los ojos iluminados de deseo del omega le sorprendieron brevemente pero luego dejó de pensar.  Prem le había abierto los labios con el dedo y entonces él había asumido el control.  Prem jadeó satisfecho.  Por mucho que le gustase presumir de su independencia, ahora que había llegado el adecuado y en la intimidad del lecho de la pareja, podía dejar que su instinto tomara el control y se derritiera como barro húmedo entre los dedos del alfa.  Nunca se había entregado hasta el punto de ceder todo ese control a su compañero de cama, pero con Boun eso no importaba.  Sabía que estaba seguro y que ya se sintiera atrevido o deseara ser como un muñeco en sus manos, él le seguiría el juego y le cuidaría incluso en esos momentos.

Y aunque resultase odioso admitirlo, le encantaba ese truco que la naturaleza había reservado a los omegas.  Eres sumiso pero el poder de la relación resiste siempre en la correspondencia de lo que él omega te ofrece.  Y ambas partes siempre lo habían sabido, desde que el mundo amaneció por primera vez.

-Justamente venía con la cabeza hecha un lío -dijo Boun, desabrochando el cinturón de la bata de Prem - no sabía si estaba haciendo las cosas bien.  El ritmo.

-Ahora me interesa otro ritmo.  El de tus caderas mientras me haces tuyo.

Boun dejó salir el aire en un jadeo mitad excitación mitad alivio.  Todo estaba bien.  Prem estaba bien con él.  Muy bien.  Ni siquiera había sido consciente de cuánto deseaba eso hasta que su omega comenzó a arrancarle la ropa.

-Llevo toda la tarde esperándote -Prem respiraba con dificultad - desde que me tocaste en el sofá del trabajo.  Desde entonces deseaba esto.

-Pudiste haberme pedido que me diera prisa. No me escribiste ni un mensaje.  Mi cerebro estaba a punto de explotar.

-Sabía que el premio sería mejor si esperaba y si te hacía desear verme.  Y mientras mi deseo aumentaba.  Ahora mismo me siento como si estuviera en celo.  Llevo toda la tarde consolando mi soledad con mis manos.

-Joder... Prem.

Él omega se rió.  Boun ni siquiera recordaba ya que la doctora le había hablado de eso y de que se contagiaba al alfa.  No podía pensar en nada.  Prem había expuesto su garganta al reírse y él le besó.  Le lamió el punto más delicado y palpitante del cuello.  Difería en cada omega y solo era plenamente sensible cuando encontraba a su compañero.  El de Prem estaba a un costado del lado derecho casi en la clavícula.

Le quitó los pantalones y comprobó que él omega estaba realmente impaciente.

-¿Quieres que te alivie y luego te haga el amor?

-Sí, por favor.

Boun metió dos dedos en el conducto húmedo de su amante.  Estaba muy listo, contrajo los músculos como intentando contenerlo y se deslizaba con mucha facilidad con su lubricación natural. 

Prem se mordió el puño al notar como Boun le acariciaba con los dedos.  Los movía sin parar mientras los jadeos y suspiros de Boun aumentaban.  Cuando se corrió, Boun sonrió al notar la humedad de su eyaculación cayendo sobre su vientre.  Se quedó quieto durante unos segundos y entonces se movió.  Se abrió camino dilatando el esfínter con su miembro húmedo.  Prem le atrapó, pasando las piernas por su espalda y ayudando a que entrara más profundo, mientras su propio miembro se iba poniendo duro otra vez.  Boun le besó impaciente el torso hasta que estuvo encajado del todo y comenzó a empujar, sintiéndose más excitado con cada grito que emitía Prem en cada embestida.

El orgasmo fue rápido, pero a ninguno le importó.  La satisfacción estaba por todo el cuerpo, vibrante.  Boun seguía dentro de Prem, semierecto.

-Perdón -dijo.

-¿Por qué? -dijo él omega.

-Porque esto no es lo correcto.

Entonces el mundo de Prem explotó.  El orgasmo súbito aumentado por un placer que solo se sentía una vez en la vida.  Los dientes de Boun, que tenía los ojos amarillos, perforando su garganta y marcándolo como suyo.

Había pasado un rato, con Boun abrazándolo y respirando pesadamente sobre su pecho cuando dijo.

-Me importa una mierda lo correcto.

39 semanas ||Completa||BounPrem||Omegaverse||OhmFluke||Where stories live. Discover now