Capítulo 24: Todo para tí

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Lala parecía la única de buen humor en la casa. Boun no estaba acostumbrado a tener invitados y estaba deseando quedarse a solas con Prem. Tenía que ayudarle con la marca, la saliva del alfa y sus feromonas eran la mejor forma de que cicatrizase rápido. También había pensado darle un masaje y poner el ambiente romántico.

Pensando en cómo había sido todo hasta entonces, no podía evitar pensar en que sería bueno eso de controlar la pasión para centrarse en el romanticismo.

Pero Fluke iba a ser acomodado en el cuarto de invitados. Prem se preocupaba por él mientras Boun informaba al alfa del invitado de que aún no era el momento de ir a reclamar a su omega.

Como alguien que había tardado mucho en encontrar al compañero de vida, sabía lo delicado que era la relación omega y alfa. Había acudido a bodas, a ceremonias de renovación de votos, a amores y desamores de muchos de sus amigos y conocidos y sabía que no siempre era fácil, sobre todo porque a veces confundían atracción con predestinación y acababan encontrando a su alma gemela cuando habían contraído compromisos con otra persona.

Sabía que incluso los vínculos fuertes podían pasar por crisis si ambas partes no ponían todo en mantener el equilibrio de sus naturalezas.

Se duchó y cuando bajo a cenar Lala ya se había ido y Prem estaba sentado en la cocina comiendo arroz con jengibre.

-¿Y Fluke?

-Se ha quedado dormido.

Boun sonrió. Se sentó frente a él.

-Por fin a solas.

-Exagerado. Solo han pasado unas horas...

-Y te echo de menos. Demasiada gente alrededor.

-Pienso igual.

La sonrisa no se borraba de la cara del alfa mientras iba a ver que había preparado Lala para la cena. Se sirvió un plato.

-Estás tomando solo arroz con jengibre.

-Aún es pronto para que se quiten las náuseas.

-¿Te sientes mal?

Prem disfrutó de la sensación de abrazo y calidez que le provocó el instinto de protección del alfa.

-Un poco. Ha sido un día de muchos nervios.

Boun dejó la comida, olvidando absolutamente todo en beneficio de su omega y su hijo. Se sentó junto a Prem y le besó en la base de la nuca, donde había un punto que provocaba bienestar. Empezó a emitir sus feromonas mientras le acariciaba el vientre. Prem dejó de comer y disfrutó de los cuidados. Su estómago se calmo y le inundó el bienestar.

-¿Mejor?

-Me está entrando sueño y no tengo ganas de vomitar.

-Entonces será mejor que descanses un poco y luego cenes.

Prem asintió, somnoliento. Las caricias de Boun habían ido a los lugares específicos para darle la sensación de protección, de sentirse seguro y mimado sin connotación erótica.

Y aunque le agradase mucho hacer el amor con Boun, en esos momentos era justo lo que necesitaba.

Boun le colocó sobre la cama y luego se tumbó a su lado. Continuó con las caricias en su vientre y le lamió la marca.

-Siempre sabes como hacerme sentirme mejor. Especial.

-Eres especial -Boun se arrodilló en la cama -no vuelvas a referirte a ti mismo como si no lo fueras.

Prem abrió los ojos con dificultad. Sonrió. Las feromonas del alfa le tenían inundado. Era agradable y quería que continuase pero esa reacción también le agradó.

-Siempre creí que era especial en el mal sentido.

-No me obligues a que deje de consentirte y te castigue. No puedo hacerlo como quisiera.

Prem le acarició el pómulo.

-No tengo miedo de ti. No me harías nada malo, nunca. Eres honorable y bueno. Y eres mi alfa. El de verdad. El destinado.

-Necesito que confíes en lo que vales. No solo en relación a mí, por ti mismo. En todo lo que eres.

Prem abrió los labios pero Boun le besó.

-Debemos parar ésto. La doctora dijo que no podemos.

-Que no puede haber penetración. No dijo nada de besos y caricias.

Boun le besó de nuevo. El ambiente del dormitorio era espeso, pesado. La respiración de Prem estaba acelerada y podía notar como su corazón bombeaba más rápido.

El alfa deslizó la mano bajo los pantalones y se encontró con que su amante tenía el miembro duro y caliente, listo para él. Notó como su pene saltaba impaciente en su entrepierna. "Hoy no, amigo. Hoy no podemos entrar".

Mientras lamía la marca , con una mano le acariciaba la nuca y con la otra le masturbó despacio. Movía la mano por toda la extensión del pene, acariciando la base, jugando con el glande. Cuando la respiración de Prem se hizo más rápida aumentó el ritmo, moviendo su mano arriba y abajo.

Se corrió en su mano. Prem le miró somnoliento.

-Tú...

-Yo estoy bien. Descansa.

-Ahora mismo me siento muy bien. Y tengo sueño.

Boun le besó en la frente.

-Descansa un poco. Luego cenas algo.

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