CAPITULO 51

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ALEX:
Se ha acabado. Esta vez de verdad.
Lo he visto en su cara. No iba a cambiar de opinión. Su miedo a ganado la batalla y ha acabado con nosotros. Me ha creído. Sabe que lo que le he dicho es la verdad pero no ha servido de nada.
Desaparezco debajo de la lluvia sin que las lágrimas cesen, mezclándose con ella. Estoy roto. Completamente roto. Tengo un vacío enorme en mi pecho. Mi corazón se ha quedado ahí, con ella, bajo la lluvia.
Saco el móvil del bolsillo al llegar a casa de Rafa y le mando un mensaje a Ruth.
YO: Me voy. No ha funcionado. Cuida de ellos y avisa a Rafa si pasa cualquier cosa. Gracias por ayudarme.
Apago el móvil y lo meto en el bolsillo. No quiero hablar con nadie. Mañana cogeré mis cosas y me iré a Londres.  No voy a volver. De camino lo he decidido. No puedo seguir aquí. Es demasiado. Necesito alejarme de ella todo lo posible. No soportaría cruzármela o ver que habla con Rafa, que se llevan bien mientras yo estoy al margen.
Entro en casa de Rafa y me lo encuentro en la puerta del salón,  esperándome.
-No te ha perdonado.- afirma al verme la cara.
-Me voy a dormir
Empiezo a subir las escaleras pero me retiene agarrándome del brazo.
-Que ha pasado? No ha querido escucharte? Cuéntame Alex.
-No quiere estar conmigo. No quiere verme mas. Ya esta. Me iré a Londres y arreglado- me suelto de un tirón- Le he dicho que cuente contigo.
Subo a la habitación sin esperar respuesta. No quiero oírla. No quiero que me diga nada, que me consuele o que insista en que no me rinda. Ya lo he hecho. Se acabo. No quiere estar conmigo. A lo mejor no me quiere, por eso no  quiere estar conmigo. O simplemente no me quiere lo suficiente. No voy a insistir ni a molestarla mas, mientras ella este bien, me vale, lo demás no importa.
Me desvisto y dejo la ropa tirada. Me meto en la cama, me tomo un par de calmantes para la mano y cierro los ojos. Necesito desconectar, dejar de pensar.
A la mañana siguiente, meto el móvil en la maleta, aun apagado y lo dejo ahí. No tengo intención de volver a usarlo. Para que? Ella no va a llamar.
Cojo las maletas y las llevo al coche. Rafa sale detrás de mi, mirándome, no le he hablado desde anoche. Nos montamos en el coche, Rafa conduce y empieza el camino hacia el aeropuerto.
Intenta darme conversación pero apenas le respondo.
Llegamos al aeropuerto, facturo las maletas y me dirijo a la puerta de embarque, quiero largarme.
-Alex, espera- me agarra del brazo antes de que cruce el detector de metales.
Me giro hacia él y veo que sonríe, una sonrisa triste.
-Por lo menos despídete no?
-Adiós Rafa- levanta una ceja- no te vale?
No responde. Me da un abrazo y me habla en el oído.
-Todo pasa Alex. Ves, desconecta, encuéntrate a ti mismo y vuelve con mas ganas- lo que él no sabe es que no voy a volver- no se que paso anoche, no te voy a preguntar, pero Alai te quiere. Cuando vuelvas puedes intentar hablar con ella otra vez. Dale tiempo para pensar.
-Cuida de ella. De ella y de Noah- trago para deshacer el nudo que aprieta mi garganta- no permitas que ese hijo de puta se acerque a ellos. Si pasa cualquier cosa, mi padre puede ayudaros. Búscalo.
Se separa de mi y asiente.
-La llamaré dentro de unos días e intentare quedar con ella.
-Gracias. Me voy ya. Cuídate mucho.
Me doy la vuelta y paso el detector de metales. Ya esta. Aquí se acaba mi vida y empieza otra cosa que no estoy seguro de lo que es.
El viaje dura dos horas y media. Cuando recojo las maletas salgo del aeropuerto y el aire me golpea. El cielo esta gris, no se ve el sol por ninguna parte. Me aparto a un lado de la puerta y cojo aire. Tengo que deshacerme de algo.
Abro la maleta y busco entre mis cosas. Doy con ella y la miro.
-Es lo único que me sigue atando a su recuerdo.
Me levanto del suelo y tiro la colonia a la basura. Esa colonia que tanto le gustaba ya no la necesito. Tengo que deshacerme de cualquier cosa. El dibujo y el cubo con la foto lo deje anoche metido en el armario de casa de Rafa. No quería que nada me la recordara.
Cierro la maleta, las recojo del suelo y llamo a un taxi. Se me hace extraño circular por el lado contrario. Londres es triste, como si el cielo estuviera enfadado con esta parte del mundo. Cae una llovizna fina, pero que te moja en un parpadeo.
Tardamos bastante en llegar al apartamento donde voy a quedarme. Esta a las afueras de Londres. El dueño me esta esperando cuando llego. Me pregunta por mi padre y me da las llaves. Noto el inglés bastante oxidado, pero por lo menos no tendré problemas para comunicarme.
El apartamento es pequeño. Cocina- comedor, un aseo y una habitación que parece una ratonera. Pero para mi solo, mas que suficiente.
Deshago las maletas y meto el móvil en el armario, entre la ropa.
He venido a desconectar, de todo. No lo necesito.

ALAI:
Que he hecho?
La he cagado! Dijo que me quería y no hice nada! Soy una estúpida.
No he dormido en toda la noche. No he podido. Pensando y pensando. Dándole vueltas a todo lo que me dijo.
Cojo el móvil y marco el número de Ruth. Me estuvo llamando durante dos horas pero no conteste. Supuse que había hablado con Alex y no me vi capaz de enfrentarla. Contesta al segundo tono.
-Por fin!- exclama- que coño ha pasado Alai?
-La he cagado- rompo a llorar con un sollozo.
-Alex me mando un mensaje ayer diciéndome que no había funcionado. No te lo creíste?  Te dijo la verdad no…
-Si lo creí- la corto
-Entonces?- dice extrañada- que paso?
-Le dije que no podía estar con él….
-Porque hiciste eso?! Estas loca!
-Tengo miedo Ruth, miedo de que me haga mas daño..
-Pero tu eres tonta?!  Se va! Se va dentro de 3 horas Alai! Se larga a Londres!
-Lo se- sorbo por la nariz
-Y a que coño esperas? Llámalo! No dejes que se vaya!
-No puedo…
-Claro que puedes! Espera- oigo ruido a otro lado – voy a llamar con el teléfono de Daniel y parar esto.
Espero en silencio hasta que la oigo maldecir.
-Mierda! Tiene el móvil apagado. Alai mueve el puto culo.
-Que hago Ruth? No quiero que se vaya…- suelto otro sollozo.
-Vas a levantarte, te vas a vestir, vas a coger a Noah y nos vamos al aeropuerto a buscarlo. No vas a perder al amor de tu vida por miedo.
-Pero..
-Ni se te ocurra decir un solo pero! Lo quieres?
-Si…
-Pues arriba. Voy a por ti. Espérame en la puerta.
Y cuelga la llamada. Tardo varios segundo en reaccionar. Cuando lo hago me visto lo mas rápido que puedo, despierto a Noah y lo visto corriendo.
-Donde vamos mami?- pregunta cuando cierro la puerta detrás de nosotros.
-A buscar a Alex.
-Vamos a buscarlo?- dice emocionado- para que vuelva con nosotros?
-Vamos a intentarlo.
Lo agarro de la mano y bajamos las escaleras deprisa. Cuando salimos por el portal Ruth aparece a toda pastilla y frena en seco delante de nosotros. Subo a Noah al coche, lo ato en la sillita y me monto en el asiento del copiloto. Ruth acelera de golpe y salimos disparados hacia adelante.
-Espero que lleguemos a tiempo- dice cambiando de marcha.
-Tenemos que llegar. Acelera.
Mi pierna sube y  baja sin parar, nerviosa. Tenemos que llegar, sea como sea.
-Acelera...
-Lo suyo es que lleguemos, no que nos matemos por el camino. Intenta llamarlo.
Cojo el móvil, desbloqueo su numero y lo llamo. Una, dos, tres veces, nada. Apagado. Sigo intentándolo pero no hay suerte.
-Ruth no vamos a llegar….- me falta el aire.
-Si llegaremos, cálmate, me estas poniendo nerviosa.
Mi pierna no para de moverse, he empezado a comerme las uñas, parece que vayamos muy despacio, Ruth va por encima del limite de velocidad, pero me da la sensación de que no avanzamos. Se me esta revolviendo el estomago, siento náusea y un dolor en la parte baja del vientre, punzante. Si no llegamos ya, voy a vomitar en el coche. No puede irse, tiene que quedarse conmigo, con nosotros. Fui una estúpida. Me dan ganas de darme cabezazos contra la pared. En que estaba pensando?
No pensabas, ese era el problema. Que no querías pensar.
Si se va, se que no va ha volver. Por mucho que Ruth me diga, no volverá.
-En cinco minutos llegamos. Cuando aparque sal corriendo y no mires a atrás. Yo me encargo de Noah.
Y eso hago. Cuando aparca, no espero a que se detenga del todo. Abro la puerta y salgo corriendo. Corro y corro. Entro por la puerta del aeropuerto y miro a mi alrededor. Donde coño es? Nunca he venido a este sitio. Me acerco a la primera persona con ropa del aeropuerto y le pregunto.
-Donde salen los vuelos a Londres?
-Por aquella puerta del fondo- señala con el dedo.
La puerta mas alejada de todas. Empiezo a correr de nuevo, los pulmones me arden, las piernas me tiemblan, esquivo a gente sin parar, me tropiezo con maletas pero no dejo de correr. Varias personas me gritan, pero las ignoro, tengo que llegar. En media hora sale su vuelo.
Llego al detector de metales pero un guardia de seguridad me detiene.
-No puede pasar sin billete.
-Por favor. Necesito pasar- le suplico- necesito hablar con alguien que sale en ese vuelo.
-Lo siento, pero no puedo.
-Por favor. Es urgente. No puede irse!
El de seguridad niega con la cabeza, muy serio. Intento esquivarlo pero no puedo. Empiezo a gritar Alex, por si logra oírme  aunque sea inútil. A lo mejor aun no ha entrado y esta por aquí, entre toda esta gente. Noto que alguien me coge del brazo y me hace girar.
-Que haces aquí?
-Rafa! Rafa, donde esta? Necesito verlo no puede irse- lagrimas descontroladas caen por mis mejillas.
-A entrado hace cinco minutos. He venido por que te he oído gritar.
-Tienes que ayudarme. No puede irse. No tenia que haber dejado que se fuera anoche. Fue un error- me falta el aire, me estoy ahogando.
-Vamos a llamarlo, aun no han despegado.
-Lo tiene apagado.
Saca el móvil y le da ha llamar. Nada, apagado.
-Es verdad, lo tiene apagado. No te preocupes, cuando aterrice podremos hablar con él y volverá.
-No, no ,no!- grito- no va ha volver! No te has dado cuenta!?
Me rodea con los brazos y me frota la espalda.
-Cálmate. Cuando hablemos con él volverá. Si lo llamas volverá sin pensárselo dos veces.
Me hundo entre sus brazos, llorando descontroladamente. No volverá. Se ha ido para no volver.
Un dolor agudo se instala en mis sienes, me pitan los oídos y siento un sudor frio. Mi cuerpo se afloja y los ojos se me cierran, estoy mareada, muy mareada. Las piernas me fallan pero Rafa impide que caiga al suelo. Siento un calor bajar por mis piernas. Mi mente se apaga.
-Oye, que te pasa? Alai!
Y todo se vuelve negro

HASTA QUE LLEGASTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora