CAPITULO 7

50 10 1
                                    

ALAI

Hoy es sábado. Han pasado 4 días desde que pille a Alex mirándome el pecho descaradamente.
Se te transparentaba todo. No se lo tengas en cuenta.
Es verdad. Al llegar a casa me di cuenta que el sujetador rosa, si, ROSA FUCSIA DE ENCAJE, se veía a través de la camiseta blanca. Ya he tomado nota mental en fijarme la próxima vez.
Estos días he intentado hablar con él lo menos posible. O mirarlo poco. Imposibles, cabe decir. Sigo poniéndome nerviosa cuando me mira, y si me sonríe me sonrojo. Es vergonzoso.
He notado que evita mirarme. Aunque claro, siendo el profesor de Noah, le es muy difícil. Y mas cuando mi hijo lo adora. Habla de él a todas horas. Es insoportable. Voy a odiarlo, si sigo así voy a terminar por odiarlo, y el pobre no tiene culpa.
Volviendo al tema. Ayer al recoger a Noah (tarde, como prácticamente siempre) estaba él solo. De golpe cogió la mochila que lleva siempre, ni siquiera se la puso en la espalda, la dejo delante. Y salió prácticamente corriendo.
Se te ha olvidado la parte de que se puso rojo. Como un tomate de untar.
Seria el calor. Total que fue hasta un poco seco al despedirse y eso fue raro. Me mire y no llevaba nada raro ni se me transparentaba nada. No se que le pasaría.
-Mami, nos vamos ya?- Noah interrumpe mis pensamientos.
Parpadeo un par de veces y asiento con la cabeza.
-Si, vamos. Ruth y Daniel nos están esperando.
Salimos de casa en dirección al bar donde hemos quedado con ellos.
Como ya sabéis Ruth es mi mejor amiga. La conocí en las clases de baile que hice hace 5 años, cuando la psicóloga me recomendó hacer algo para distraer la mente. Aprendí a bailar bachata y salsa. Ella estaba allí. Como su novio no quiso ir la pusieron de pareja conmigo y desde entonces parecemos Bob esponja  y Patricio. Siempre juntas. Luego la convencí para dar clases de defensa personal. Me costo, mucho, muchísimo que aceptara. Hasta que le conté mi historia… ahí ya no lo dudo. Y después de eso se convirtió en mi peluquera y la de Noah. Tiene una peluquería aquí en Valle. Se llama “Antes muerta que sencilla” ,si, el nombre tiene tela, pero la peluquería es preciosa. Toda en tono blanco y negro. Muy elegante. El nombre no va nada con la estética del sitio. Creo que ahí esta su atractivo.
Ruth es divina, ya os daréis cuenta. Y luego esta Daniel. Es DJ. Y con el no te aburres, os lo aseguro.
Llegamos al bar y los veo sentados en la última mesa del local.
-Tita Ruuuuuth!!- Noah sale corriendo y se le echa encima.
-Aaaaayyy!! Que guapo estas!! Que grande madre mía.- se ponen a dar saltitos juntos. Todo el mundo los mira- Aaaaahhhh!!! Alaaaaaii!!!!
LO DICHO. ESTA LOCA.
A gritado, en medio de un bar lleno de gente. Daniel se ríe sin levantar la cabeza.
Con Ruth tienes dos opciones: o te ríes con ella o te mueres de vergüenza.
-Oye no grites tanto, todo el mundo te mira.
-Que miren!
- Hola Daniel.- se levanta y me da dos besos.
Daniel lleva unos tejanos y una sudadera azul oscuro. Tiene una dilatación en la oreja izquierda, barba y el pelo rubio ceniza peinado hacia arriba
-Hola Alai, como va? Oye Noah a mi no me saludas?
Noah suelta a Ruth y sale corriendo hacia Daniel. Ya no hay niño. A partir de ahora solo le hará caso a él.
Ruth se acerca a mi con los brazos abiertos. Me da tal apretón que me castañean los dientes. Con sus labios pintados de rojo me deja un beso en la mejilla.
-Tenia muchas ganas de verte tía. Hace mucho que no te veía.
-Pero si me vistes el sábado pasado.
-Pues eso. 7 días! Una semana abandonada!- exagerada…
Ruth lleva el pelo rizado, castaño a la altura de los hombros. Sus gafas peculiares, hoy de color rojo ( si, tiene gafas de todos los colores, y contra mas grandes, mejor). Unos botines, unos pantalones con un poco de campana y una camisa blanca. Siempre va perfecta. Con su máscara de pestañas , su eyeline perfectamente echo, aunque discreto y colorete.
-Vas muy guapa Ruth. Te vas de fiesta?
-Nos vamos de fiesta. – A recalcado la palabra nos. Malo.- me refiero a ti y a mi, no a Daniel. El se queda con Noah.
-No,no,no. No me habías dicho nada, no me he arreglado.
-No te lo he dicho, por que si no, me hubieras puesto excusas.
Nos sentamos en las sillas y pedimos la bebida y unas cuantas tapas. Las bravas de este sitio están de muerte.
-Pero y ahora tengo que ir así? Voy con una sudadera Ruth.
-Tranquila esta todo pensado- sonríe  de oreja a oreja. Me ha hecho una encerrona.- Esta noche hay noche de bachata en Blue sea. Tengo ganas de bailar y pasar contigo un rato.
-En fin, no voy a tratar de negarme, no va servir de nada. Noah, te quedaras con Daniel esta noche. Te parece bien? – Ruth levanta los pulgares sonriendo, celebrando que ni siquiera me he negado.
Seria inútil negarse. Me apuesto mi dedo gordo a que ya me ha elegido hasta la ropa.
-Siiiii! Veremos una peli!! A que si tito Dani?
-Claro que si, y comeremos pizza.
-Pizzaaaaaa!!!- Noah aplaude como si fuera el mejor regalo del mundo.
-Como te va en el cole bichito?- así lo llama Ruth cariñosamente
-Muy bien. Tengo un profesor nuevo este año. Se llama Alex. Es  súper guay. Le gustan los dinosaurios como a mi.
-Alex? Mami no me ha dicho nada…- Ruth se gira con una mirada acusatoria.
-No lo he visto importante- encojo los hombros
-Si no me has hablado de él es por algo. Habla.-Sabe que si no se lo he dicho, justamente, es por algo. Se lo cuento todo, hasta los ligues de Katty.- Es guapo?- me mira levantando las cejas repetidamente, de forma sugerente.
-Ruth, es el profesor de mi hijo-puntualizo
Bebo un trago de coca cola Zero para hacer tiempo. Ella sigue mirándome, esperando la respuesta. Yo, pincho una patata.
-Es guapo.- lo afirma, no lo pregunta.- Amiga  recuerda: tu cara- me señala con el dedo- lo dice todo.
Se esta riendo descaradamente. Odio que me conozca tanto.
-No esta mal. Es muy majo. Se lleva genial con Noah- Daniel nos ignora, como de costumbre, se ha centrado en jugar al tres en raya con Noah en una servilleta.- Es bastante joven, la verdad. Me sorprendió mucho.
-Foto?
-No tengo fotos Ruth, es su profesor.- Se lo digo para que vea que es evidente, pero ella ya me esta mirando pidiendo una descripción mas gráfica. Suspiro.- Alto, de pelo castaño, sonrisa bonita y ojos verdes. Te vale?
-De momento, si.- pone sonrisa de pillina. Luego me va a interrogar como si lo viera.
Seguimos comiendo y bebiendo entre conversaciones tribales.
Daniel ha tenido un par de bolos esta semana y Ruth a tenido muchísima faena. Me ha contado que una clienta le a confesado que le pone los cuernos al marido desde hace 6 meses. Cabe decir que se caso hace 8…. El punto malo? El marido también es cliente de ella. No sabe como va ha hacer para mirarlo a la cara sabiendo lo que sabe.
Cuando terminamos vamos a su casa. Viven en un dúplex a las afueras de Valle. De obra nueva. Es muy amplio, con cocina americana y todo en tono blanco y gris. Muy su estilo. Lo decoro ella de pies a cabeza. Vamos hacia su habitación. Es amplia, con una cama enorme y un armario empotrado.
-Te he elegido el look.-como ya había supuesto- te voy a maquillar un poco a ver si disimulamos las ojeras. Como van las pesadillas?
-Mal. Últimamente son cada noche. He despertado a Noah varias veces esta semana. He dormido poco y el trabajo y el colegio me tienen agotada.
-Bueno, por estas fechas siempre te pasa. Has pensado lo de las pastillas? Por lo menos, el fin de semana.
-No. Si me las tomo parezco un zombi con medio cerebro, ya lo sabes. No puedo hacerme cargo de Noah así.
Me pasa un vestido rojo, de manga corta y escote cuadrado.
-Ponte este, con los tacones negros de allí- señala un par de tacones de  12 cm que hay en una esquina.- No pongas esa cara. Vamos a divertirnos y a despejarte vale?
Con mi cara se refiere a que ya iba a quejarme. Esos zapatos me van a dejar los pies molidos.
Mientras hablamos un poco de todo y de nada, me visto. El vestido es bonito. Sencillo pero sexy. Se pega al cuerpo y llega a mitad del muslo. Los tacones estilizan mucho, hay que ser sincera. Me queda de maravilla.
Ella se pone un vestido negro muy parecido al mío. El suyo tiene un cinturón debajo del pecho, lo que hace que le resalte mucho mas.
Me maquilla un poco. Un eyeline finito, un poco de rimmel, aunque no me hace falta, tengo las pestañas largas. Un pintalabios rojo oscuro y mucho, mucho corrector. A conseguido taparlas. Esta chica con el maquillaje es brillante. No me ha puesto base ni colorete por que sabe que lo odio. Me ha recogido el pelo en una cola de caballo que deja al descubierto mi cuello. La verdad me siento bien. Hoy es un día bueno. 
Os pasa que a veces os sentís diosas y otros ogros? A mi si. Depende del día ni me miro al espejo por que odio mi reflejo. Pero hoy no. Hoy me siento bien.
Que pensaría Alex de este look?
A que viene eso? Conciencia no metas cizaña.
Yo soy tu, no lo olvides nunca. Lo que yo digo, es lo que tu no te atreves a decir.
No le hagáis caso.
Cuando ya estamos listas nos despedimos de Noah y Daniel que ya están viendo una película. Como entrenar a tu Dragón. Creo que la han visto 500 veces.
Nos vamos ha Bule sea en su coche. Un Seat león  nuevo de color rojo. Es una pasada. Si yo pudiera, me compraba el mismo. Pero mi economía me obliga a tener el mío, un ford fiesta de no se que año, encerrado en un garaje por que no puedo pagarle el seguro.
Si mi madre me hubiera dejado estudiar peluquería como yo quería podría estar trabajando con Ruth ahora mismo. Siempre me dice que nunca es tarde. Pero no tengo tiempo, es imposible. Lo he mirado, no voy a negarlo, siempre a sido mi sueño, pero mi madre creyó que era una estupidez, que yo tenia que estudiar una carrera para tener un buen trabajo, como derecho. Como si ser peluquera fuera malo. Al final ni una cosa ni la otra. Si viera mi madre lo que gana Ruth, tendría que morderse la lengua, lo malo, que se envenenaría con su propio mordisco.
Blue sea es una discoteca en el polígono de Valle. Esta dirigida a gente joven, pero una noche al mes hacen día especial con bailes latinos. Es la mejor noche. Hoy Ruth y yo lo petamos.
Cuando entramos vemos que esta a petar. Las luces parpadean de colores, señalando la pista, que esta bastante vacía aun, aunque el resto del local esta hasta los topes. Nos dirigimos a la barra y la camarera, Lis, creo que se llama nos pregunta sonriente que queremos. La conocemos de las veces que hemos venido. Es la hija del dueño del loca, solo trabaja los sábado. Es una niña de 20 años monísima, tiene que quitarse a los tíos de encima como moscas.
Pedimos Vozka con Coca-Cola para las dos y nos ponemos a mirar alrededor. Hay mucha gente, demasiada…
Noto una sensación extraña, como si supiera que hay alguien alrededor. Una sensación que solo he tenido con…
Alex, dilo A-lex.
Uf, que pesadilla. Si con Alex. Solo la he notado teniendo a Alex cerca. Es una sensación de nerviosismo que noto en la piel como una vibración. Pero no lo he visto así que es imposible. Seria mucha casualidad que estuviera por aquí. No le pega nada la bachata. Si ya bailara bachata, me pego un tiro, o me mudo, no lo se.
-Vamos?- Ruth me mira emocionada. Ya nos hemos acabado las primeras copas.
-Vamos!
Dejamos las copas vacías en la barra y vamos hacia la pista.
Aquí empieza nuestro espectáculo. Nuestro terreno. Las dos juntas hacemos magia con la bachata. Nos compenetramos a la perfección. Que quien hace de hombre y de mujer? Pues las dos. Nos compenetramos tanto, que sabemos en que momento manda una o manda la otra.
Nos paramos en mitad de la pista, me alarga la mano sonriendo. Le sonrío como respuesta cogiéndole la mano.
-Vamos a dejarlos a todos con la boca abierta
Sonrío como toda respuesta. Por los altavoces empieza a sonar Romeo Santos. Nuestro favorito. Empezamos a bailar y se me olvida todo lo demás.
~”Qué bien te ves
Te adelanto, no me importa quién sea él
Dígame usted
Si ha hecho algo travieso alguna vez”

HASTA QUE LLEGASTE TÚWhere stories live. Discover now