🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)

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La venganza es un plato que se sirve frío, dicen.

Yo creo que no, creo que lo mejor es servirlo caliente, ardiendo y que queme. Que quien se lo tenga que comer sufra por dentro el calor que le genere, y que lo mate si hace falta.

Sonreí ante mi astucia y terminé de mirarme al espejo.

-Emilia, haces maravillas.- dije sonriendo mientras me atusaba el pelo sonriente.- ¿Desde cuándo se te da bien la peluquería?

Ella me sonrió a través del espejo acariciando mi nuevo look. Tenia el pelo rizado hasta la mitad de la espalda, y a eso le sumábamos que mi hermana había conseguido aclararme el pelo y teñirme de un rubio bastante discreto y bonito. Aquello resaltó mis ojos verdes y me encantó. El negro azabache era aburrido, ya todo el mundo me conocía así, necesitaba un cambio.

-Pues he practicado bastante con mi pelo, ¿te gusta?- preguntó sonriendo. Yo asentí mientras ella abría una piruleta y se la llevaba a la boca.- Por cierto, ya he vuelto a hablar con el contratista y dice que está dispuesto a hablar contigo.

-¿Ha tardado tres putas semanas en decidirse?- dije mirándola, ella fruncia ligeramente el ceño. Emilia iba vestida con una camiseta negra de manga larga, sobre ella llevaba una chaqueta de crop top vaquera y unos pantalones de cargo negros, con unas botas blancas demasiado exageradas para mi gusto. Pero así era ella, extravagante y amante de la moda.

-Creo que lo convencí en un principio gracias al dinero que me dijiste que había que darle, primero le dije que paralizara la carga de los Kunetsov y que después querías reunirte con él para hablar y negociar.- explicó sentándose a mi lado. Sabía que había notado un gran cambio en su hermana, pero no se atrevía a decir nada. Ella me miró unos instantes y lo noté por el rabillo del ojo.- La Luz que yo conozco no me habría dejado jamás tocarle el pelo, ¿estás bien? Sé que te lo he preguntado mucho estas semanas, pero simplemente no lo asimilo.

Sonreí divertida mientras negaba, era difícil de explicar osea que también era difícil de creer.

-¿Cuando quiere que hable con él? Me urge que nos movamos con el asunto de los Kunetsov. Mi negocio también espera.- expliqué mirándola, crucé mis piernas y le presté ni atención.

-Bueno, lo antes posible, a él ya le están metiendo presión porque la mercancía para ellos no avanza. Tres semanas sin armas, lo más probable es que busquen otro contratista sino mueves rápido tu ficha.- explicó haciendo que asintiera. Tenia mucha razón con aquello, conocía lo suficiente la manera de trabajar de Aleksander, pero recientemente había llegado un rumor de que era Fiodor el que iba auparse la mafia a los hombros. Incluso he oído que hay una futura celebración, a la que no me gustaría faltar...

-Contáctale, quiero hablar con él en un par de horas y llama a Adrián para pedirle pasaportes falsos para nosotras. Si llegamos con los nuestros a Rusia nos estarán esperando en el aeropuerto.- ella me miró asintiendo, pero frunciendo el ceño. Estaba tecleando cuando me miró enarcando una ceja.

-¿Rusia?

-Merecemos estar en la celebración de su nuevo jefe, hace tiempo que no voy a una fiesta.- comenté sonriendo divertida tras hacer un puchero.- Así que bonita, busca tus mejores galas porque estaremos en Rusia para esa fiesta. Y ahora llama al contratista.

Frunció el ceño unos segundos y reaccionó cuando le hice una seña para llamar,marcó un número de teléfono mientras yo me levantaba del asiento en el que había estado aproximadamente una hora entera y quizás media hora más. Emilia hizo una mueca mientras esperaba que la llamada comunicase, cuando pareció que ya había descogado puso el móvil en altavoz.

-¿Diga?- preguntó una voz en inglés, un inglés con un acento que delataba al dueño como ruso.

-Igor, soy Emilia, mi hermana quiere saber cuando quieres reunirte con ella.-especificó mirándome, el hombre se quedó unos minutos en silencio, tantos que creímos que la línea se había cortado, pero entonces escuché su respiración al otro lado del teléfono. Extendí la mano para que me entregase móvil.