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Era como si la luz del sol no pudiera calentar lo suficiente por la presencia del frío.

Me arrepentí profundamente de estar ahí en el jardín y no dije nada por orgullo, porque cuando Bosco dijo que no era buena idea, repliqué y ahora me mataría decirle que tenía razón. Aunque daba igual porque estaba sentado dentro mientras fumaba de nuevo, sentado en una silla mientras me vigilaba desde allí. Estaba segura de que estaba disfrutando profundamente el verme tiritar del frío aunque tratará de controlar los espasmos.

Por suerte estábamos cara a cara y no veía lo que tecleaba en el portátil.

El jardín era bastante bonito, lleno de flores que sobrevivían al invierno y decoraban vívidamente el jardín, pero el frío era mortal. Traté de centrarme por tercera vez e ignorar el frío cuando un cuerpo grande, peludo y de color negro se me abalanzó dispuesto a morderme, me caí de la silla y reparé en que era un Dobberman. Un perro guardián de unos 90 kilos en masa y con unos dientes afilados que seguro que me hubieran rebanado el cuello.

Habría apreciado su belleza de no ser por que el miedo fue lo primero en aparecer, luego me controlé e interpuse la escayola entre sus dientes y yo, supe reaccionar antes de perder la cabeza.

-¡Chico!-gritó una voz imponente en ruso. El perro se tranquilizó y tras gruñir salió corriendo en dirección al dueño de la voz e imaginaba quién era su dueño. Me incorporé frunciendo el ceño y con Bosco detrás mía.

-¿Estás bien, CJ?- preguntó él, pero yo estaba enfadada, estaba cabreada y de mal hhumor mirando al dueño del perro. Siendo la segunda vez que lo veía en ese día y por su bien que fuera la última por hoy,

-¿Pero a ti qué coño te pasa?- pregunté levantándome y gesticulando con la mano que no estaba escayolada.- Eso lo has hecho a propósito.

Él soltó una risa arrogante que demostraba que aquello le divertía, me miró con frialdad a pesar de la sonrisa que había en su cara.

-Claro, por que no tengo nada mejor que hacer.-replicó sarcástico silbando para llamar al perro.-Zeus, a casa.

Él perro pasó por mi lado, esta vez sin atacarme, y se adentró rápidamente en la casa. Rodé los ojos mirando a su dueño y resoplé mirando a Bosco.

-Tenías razón, la idea de venir al jardín ha sido horrible.-admití enfadada y tragándome un orgullo que me estaba ahogando. Bosco sonrió mientras recogía mis cosas y le dediqué una última mirada a Ilya, que me miraba con algo que no supe identificar (curiosidad, desprecio o algo más molesto). Yo lo miré con desprecio, el mismo que él me estaba mostrando.- Ni siquiera esperaba unas disculpas de tu parte, ¿sabes? Porque como tienes cara de mal educado, no me sorprende para nada.

-Y tú tienes cara de borde, bocazas y cabezota. No tengo la culpa de que no escuches.-replicó con una mano en el bolsillo. Enarqué las cejas por lo que acababa de decir.

¿Borde? ¿Bocazas? ¿Cabezota? ¿CABEZOTA? ¿Quién se cree que es?

-Que te den, gilipollas.-sentencié dándome la vuelta, el perro me miraba con los ojos ligeramente aguados y me dió pena, me agaché sonriendo y lo acaricié, casi me mordió, pero se dejó acariciar.

-¿CJ?- preguntó una voz que me sonó al instante, Fiodor caminó directamente hacia mí con las muletas y sonreí ligeramente cuando dejó un beso en mis labios y llevó sus manos a mi cintura. Aún estaba enfadada por un gilipollas y asustada por que un perro me había atacado.-¿Cómo has convencido a Bosco para salir?

-Porque no soy una prisionera, genio.- le recordé sonriendo y mirando detrás suya, Bosco ladeó la cabeza divertido y se alejó. Yo, aunque no lo supiera él, estaba enfadada con Fiodor por creer que Bosco podía vigilarme, en cuanto me librase de la escayola eso ya no iba a ser un problema.- Quiero que dejes de darle órdenes para que me siga, ya tengo una edad, ¿sabes?

-¿Qué?- preguntó divertido mientras fruncía el ceño.- Ni hablar, es por tu seguridad, en cuánto estés mejor le diré que deje de seguirte.-explicó haciendo que frunciera el ceño, parecía más risueño y estaba sospechosamente contento. Miré sus ojos un momento y con ello me bastó para saber que algo había cambiado de cuando se fue esa mañana.-Te he echado de menos.

-¿Ah sí? Yo he tenido una mañana ajetreada y no he tenido tiempo para darme cuenta de que no estabas.- dije sonriendo, aquello descubrió la ofensa en su cara.-¿Qué tal ha ido esa reunión?-mi pregunta le iluminó la cara, tanto que enarqué una ceja.

-No quiero hablar de la reunión, basta con que sepas que han recibido bastante bien la noticia de que yo sea el nuevo jefe.- explicó haciendo que asintese para no rizar más el rizo.- En unas semanas cuando me recupere de la pierna, mi padre lo hará oficial en Rusia.

Aquella noticia no me gustó, pero sí que tuviera tiempo para recuperarse. Tanto él como yo necesitábamos tiempo para nuestras heridas y en ese tiempo trataría de de contactar con Charles.

-¿Y sobre Emilia?- pregunté haciendo que resoplase.

-Silencio total por su parte, desde que vinimos no he sabido nada de ellas. Lo único que sabemos de ellas está en el dossier que te di.- no habia leído ese dossier aún y creo que ya iba siendo hora de hacerlo para saber más de ella, sobre todo porque aún no me cuadraba porqué conocían a Alex y a mí misma.- ¿Has comido?

-No, lo cierto es que no tengo hambre y me gustaría ver a un médico de nuevo.- sentencié haciendo que enarcara una ceja. Suponía que sabía lo que iba hacer, pero me miró esperando que me explicase.- Quiero ver cuando pueden quitarme la escayola, a lo mejor me la pueden quitar antes de lo previsto. Sino no puedo teclear.

Asintió aceptando mi explicación y murmuró que se encargaría cuanto antes de eso. Me abrazó de lado dejando un beso en mi cabeza y lo ayudé a subir las escaleras despacio hasta nuestra habitación. 

Una vez dentro se sentó cerca del minibar y yo me senté en la cama mirándolo a él, se estaba sirviendo algo de beber cuando comencé a quitarme las zapatillas.

-He conocido a Ilya.-mi confesión lo sorprendió y dejó de verter el líquido en el vaso para mirarme curioso.

-¿Cuando?- preguntó haciendo que me encogiera de hombros, y soltase la mochila que llevaba a la espalda.-CJ.

-Su perro me ha atacado.-dije sonriendo mientras entrecerraba los ojos para ver su reacción, si le decía que lo había visto semi desnudo saliendo de su habitación igual la reacción era mucho más obvia que con aquello. Abrió ligeramente los ojos y dejó la botella a un lado.

-Zeus está adiestrado para matar y él no tiene cuidado alguno, otra de las razones por las que no quería que salieras.-advirtió haciendo que yo me levantase lentamente para ir donde él.

-Pues no me habías dicho nada sobre él, ni su perro, así que no podía saberlo.-repliqué quitándole la copa, la imprudente era yo por mis decisiones, pero no él por tomar alcohol bajo medicación.

-CJ, tengo la sensación de que quieres recriminarme algo.-dijo apoyando la espalda en el respaldo de la silla. Me agaché sonriendo y él bajó la mirada, curioso, suspicaz y astuto.

¿No te parece el momento de preguntarle porque no se fía de ti? ¿o el de decirle que tiene razón en no fiarse de ti?

Igual no debería seguirle la corriente por ahí, si hacía lo que él quería respondiendo esa pregunta ponía en riesgo bastante, así que dejé el tema ahí.

-Tienes razón, quiero que dejes de tomar alcohol mientras te medicas.- dije virtiendo el contenido de la copa en uno de lo cubos de hielo. Me miró con cierto desagrado cuando hice aquello, pero se le pasó rápido al apoyar su mano en mi barbilla, atrayendo mis labios a los suyos.

-Me gustaría ir a cenar con mi esposa esta noche.-susurró cerca de mis labios mientras yo alzaba la mirada a sus ojos, unos ojos que me observaban con un brillo divertido.

Igual tenía que venir de familia.

-Y yo, pero creo que antes de pensar en cenar, deberíamos comer con tus padres.-dije esbozando una sonrisa. Él sonrió asintiendo mientras se separaba y volvía a tirar de la botella que le había quitado junto a la copa, solo rodé los ojos cuando lo vi ignorar de lleno mi mirada de advertencia respecto a esa copa.

🆆︎🅰︎🅽︎🆃︎🅴︎🅳︎ (𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄 𝙮 𝙄𝙄)Where stories live. Discover now