26. Quédate

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Aiden tenía media hora en el asiento mirando el atardecer analizando las cosas, ni quería salir de ahí, ya que todavía no creía que Lana estuviera soltera y más, la había traído a otro lugar más alejado donde el poseía una mansión alrededor de árboles y césped, alejado de la ciudad, donde muy pocas veces se quedaba, suspira y se levanta para, sale y la busca en los asientos, la ve dormir y se acerca, ni quería despertarla pero, era necesario.

-Lana..- la mueve por el brazo y ella se espanta- tranquila, soy Aiden.

Lana siente su corazón bajar el nivel de sus latidos, mira a su alrededor y nota que seguía en el avión. Tampoco estaba Franco, eso la hizo relajar un poco.

-¿Donde me haz traído?

-A una mansión alejada de todo, la compré hace tiempo y..

Recuerda y entrecierra los ojos ofendido, tose y se dirige a la puerta, la abre, la escalera estaba frente a él. Estaba indignado ya que quería la verdad, pero, no quería presionarla.

-Te he traído donde haz querido, lejos de Franco.

Aiden baja las escaleras y Lana le sigue, cuando llega al césped puede sentirse mejor. Aiden se encamina hacia la mansión, caminan durante un par de minutos en silencio y llegan, Lana se sorprende al ver lo gigante que era pero, el color se le estaba llendo, Aiden saca la llave y abre la puerta, la voltea a mirar y Lana estaba observando a su alrededor con los brazos cruzados.

-Te quedarás aquí, hasta que tú quieras.. veré qué mentira le digo a tu esposo.

Lo mira con las cejas arqueadas y se acerca a él, que la miraba intenso.

-No es mi esposo, solo es..

-¿Es que? ¿Por qué te cuesta decirme las cosas?

Desvía la mirada a otro lugar, tenía miedo de que cuando le contara todo el retrocediera y la dejara abandonada como todos, pero, el quería la verdad.

-¿Podemos entrar?

-Claro.

Espera que entre y el entra luego, cierra la puerta con seguro. Y se Lana inspecciona toda la sala y lo espacioso que era, se sienta en el mueble frente a un gran ventanal que daba hacia un gran césped, Aiden se sienta en otro mueble y la mira fijamente.

-Di todo lo que me querías decir, eres una mujer.. bastante silenciosa.

A Lana le costaba decir las cosas, pero, ya estaba cansada de todo. Suspira y mira hacia el ventanal, para no mirarlo a los ojos.

-Desde que nací siempre anduve en la basura, en realidad yo era una pordiosera, todavia me da cosas recordar la ropa que utilizaba- hace una mueca de desagrado- Mis padres son drogadictos, ni sé si son mis padres ya que desde mis 15 no los vuelto a ver- Hace pausa incómoda y ni lo mira a los ojos- conocí a Franco y, pensé que era mi Salvador y termino todo siendo una farsa, me siento tan culpable de alguna forma, ya que, el tenía una esposa y desde que llegue todo se destruyó.

Aiden no sabe que pensar y solo está en silencio, se desconcertó al escuchar la palabra "Pordiosera" y "Padres drogadictos" siempre evito a ese tipos de personas, que tuvieran unos de esos requisitos, siempre los trato distante, pero, se había acostado con una chica que tenía todo lo que no quería, sin embargo, notaba miedo en las palabras de ella y como sus manos temblaban, lloraba en silencio. Aiden no quería acercarse, tenía tantas cosas que pensar, lo que algún día se hizo promesa a si mismo, lo termino rompiendo en una noche de pasión con unas de las mujeres que sus padres no aceptarían en su vida nunca y el Tampoco. El silencio de el, respondía a todo. Ya que ni el mismo quería esforzarse a hablar, y más recibió, una decepción hace unas horas y otra, que es peor en esos momentos.

Lana se limpia las lágrimas, por qué sabe que el no hablará, sabe que le pasará lo mismo de siempre, rechazos y solo le quedaba aceptar.

-No es tan necesario, que analices tanto.. Yo me iré.

Lana se levanta del mueble con ganas de irse de esa mansión, no sabe a dónde ir, pero, tenía que alejarse de Aiden, que la observa de una manera que la incomodaba es como si su mirada, le advertía que se fuera, por que sus palabras serían peor que un golpe. Cuando se dirige decidida a la puerta y perderse entre los árboles, la voz de Aiden le devuelven las esperanzas.

-Quedate- Aiden se levanta del mueble y agarra la llave, se acerca a ella- ¿Quieres quedarte sola por siempre?

Pregunta directo, con una farsa tranquilidad, sabe de lo que tiene que evitar, pero, no la evitaría, no le importaba lo que ella paso, podía ver qué era una chica huérfana, sin nadie que la refugie, no se imaginaba tantas cosas que habrá pasado y el, creyendo que solo era una chica de un mundo alto, cuando en realidad era al contrario.

-Siempre estuve sola, los que llegan a mi solo, sirven para hacerme daño.

-En realidad, me siento decepcionado- confiesa tranquilo y, la mira fijamente como si quisiera enviarle sus pensamientos- pero, ahora.. estoy más decepcionado, no pensé que todo era una mentira.

-No pude decirle nada, siento que ese día todo paso tan rápido que ni pude preguntarle nada.

El asiente, reviviendo el recuerdo. Suspira y le tiende la llave, ya que tenía que irse a cumplir con las demás cosas.

-No te vayas.

Lana asiente y, Aiden sale de la mansión, sube las escaleras del avión y Luisa estaba sentada con las piernas cruzadas. Aiden cierra la puerta, preparando su mente para poder volar hacia donde se encontraría Franco.

-¿Que hacías en esa mansión, que abandonaste hace dos años?

-Buscaba algo importante, tienes un sueño bastante largo ¿Eh?

-No dormí durante dos días- le sonríe y se levanta con las cejas arqueadas- ¿Llevaste a los dos..?

-Si- la evita- por cierto, deberías estar más despierta.

Entra y cierra la puerta, se sienta y pone a funcionar el avión mirando por última vez la mansión, tenía un montón de respuestas que darle a Franco, no tenía miedo ya que, no sé a descubierto que el se acostó con Lana, y esperaba que esa noticia no saliera a la Luz.

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⏰ Terakhir diperbarui: Feb 25 ⏰

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