Capítulo 6 Temporada 2

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No podía creer lo que estaba viendo, era un cajón lleno de cartas, podía jurar que más de veinte, y la que estaba sobre encima de todas, tenía el nombre de Enola.

Sentí algún escalofrío recorrer mi cuerpo, trayendo a mi memoria recuerdos cuando tenia dieciséis. Mis ojos se inundaron de lágrimas que querían salir, sentía una punzada dolorosa en el estomago y otra en el pecho, algún dolor inexplicable, como si no supiera qué hacer, qué es lo que se suponía que tendría que hacer, era traición, tristeza, pena, y demás cosas que sentía al mismo tiempo. Algo golpeaba mi pecho de solo imaginar lo peor, como si algo golpeara constantemente el centro mi pecho, mientras mis ojos derramaban lágrimas y mi cabeza se imaginaba mil situaciones diferentes.

Tome la carta que estaba encima de todas, con lágrimas en mis ojos y dolor, salí de la oficina, buscando a Tewkesbury. Caminé por el balcón, viéndolo a él, a mi madre y a Maddy en el piso de abajo.

En la escena que observaba, mamá pasaba a Maddy a los brazos de Tewkesbury, quien le hablaba a ella.

— Te voy a proteger siempre — dijo Tewkesbury a Maddy, mientras acariciaba su pequeña mano, Maddy solo balbuceaba — ¿Estás intentando hablar? — preguntó él con una gran sonrisa

— Tewkesbury — llamé, haciendo que él y mamá giren a verme — sube

— ¿Pasó algo? — preguntó confundido

— Sube — repetí.

Tewkesbury pasó a Maddy nuevamente a los brazos de mamá — La lleva a la habitación por favor.

Ella se fue y él subió las escaleras. Cuando llegó, caminamos juntos a su despacho. Y cuando entramos, únicamente cerré la puerta y antes que él hablará, lo hice yo.

— ¿Me explicas qué es esto? — levanté la carta en mi mano

— ¡Ah! Era eso — suspiró aliviado —, era justamente de eso que te quería hablar

— ¿¡Y lo dices como si no fuera nada!? — pregunté sin poder creer lo que había escuchado y mis ojos volvieron a humedecerse

— Pero no hay nada malo... — respondió confundido — ¿Has leído lo que dice?

— ¿Para qué quieres que lea? ¿Para sentirme peor? — estaba colapsando, no podía creer que se lo este tomando como si no fuera nada importante

— Es para que veas que el problema no es esa carta, son las demás — explicó

— ¿¡En serio piensas que no hay ningún problema con que intercambies cartas con alguien más!? — pregunté incrédula.

Empezamos una discusión entre intercambios de palabras que no perdían el hilo, mientras él seguía diciendo que no había ningún problema con las cartas y que las podía leer pero yo no quería hacerlo, sentía que podían destrozarme más.

Pero él insistió tanto que acepté, saqué una de las cartas y empecé a leerlas. Mientras leía, quedaba impactada, que no podía creer lo que estaba leyendo. Y cuando estuve a punto de decir algo se escuchó un fuerte grito.

— Esa fue mi mamá.

Fue lo único que dije cuando ambos salimos de la oficina y lo primero que vimos fue a montones de guardias subiendo por las escaleras, que nos pedían que nos mantengamos en la oficina hasta que nos digan que podíamos salir y aunque yo quería salir a ver que ocurría, Tewkesbury sí fue de la idea que nos quedemos ahí. 

Pero pasó menos de dos minutos cuando tocaron la puerta, suponíamos que eran los guardias, así que él se acerco a abrir la puerta, pero solo entraron dos hombres con armas apuntando a Tewkesbury. 

Al verlos solo solté un grito y escuchar un fuerte sonido de bala dispararse.

La flor más bella // Lord TewkesburyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora