ONE-SHOTS [Hazbin Hotel]

𖤐 Lute - Oc M 𖤐 | Historia aparte

La chica de cabello corto y ojos dorados que adornaban perfectamente con la téz pálida de su piel, llegó esta vez cansada a su hogar debido a su trabajo, pues acababan de bajar ella y su grupo de hermanas exorcistas a depurar en el infierno como era costumbre de cada año, y esta vez tuvo unos enfrentamientos y peleas más fuertes que antes con algunos pecadores que se le intentaron revelar. Obviamente los ángeles terminaron ganando y les hicieron entender a la mala que ellos no podían hacer nada para detenerlos, eran seres inferiores a los ángeles exorcistas.

—¿Y esto qué? —comentó para sí misma, luego de ver una carta encima de la mesa de la cocina.

La tomó y se le quedó viendo extrañada. ¿Era otra confesión de amor de algún muchacho? Rodó los ojos debido a que le molestara que pasaran estas cosas con frecuencia, simplemente arrugó la carta y la tiró en el bote de basura, ni siquiera tomándose la molestia de haberla leído para saber si valía la pena.

—¿Por qué tiras mi carta de admiración? 

—¡Ah! —se le escapó un grito de susto al escuchar la voz de alguien más. Miró por todas partes, pero no había nadie más en la casa, y la voz al parecer había provenido de la ventana en la parte de afuera. 

Había un muchacho afuera asomando su cabeza por la ventana, con una expresión afligida debido a lo que acababa de ver.

—Acabas de romperme el corazón.

—¿Quién mierda eres tú y qué haces afuera de mi casa a esta hora? —abrió la ventana y sacó su cabeza para hablar mejor con él—. Asustas.

—Lo sabía, de cerca eres aún más hermosa —comentó aquello con una cara tonta, admirandola de cerca.

—¿Ah? —la mayor contestó a eso con una mueca de disgusto—. Disculpa, ¿ahora me puedes decir qué haces aquí? No tengo todo el día, te lo aseguro.

—Discúlpame por mis terribles modales. ¿Puedo pasar?

—No.

—.... Ah, bueno, no tengo más remedio que hacerlo aquí —se levantó del suelo y se acomodó su cabello—. Soy T/N, líder de tu club de fans.

—¿Tengo fans?

—Bueno, más bien somos fans de ustedes las exorcistas. Nos encanta su trabajo de depurar a esos asquerosos demonios, y la-

Lute le tapó la boca con su mano, y luego en un movimiento rápido y de agilo lo metió a la casa, cerrando la ventana.

—¿Cómo es que tú y tu grupito de raros saben a lo que nos dedicamos? ¡Es información clasificada! 

—Tenemos nuestras fuentes de contactos —sacó una libreta de su suéter y un lápiz, empezando a escribir en ella—. Número veintiséis de la lista, ser tocado por Lute, tachada.

—¿Tú eres como... rarito, no? 

—Si me consideras así tú, no me molesta. 

—Mira, no sé quién eres, tampoco es que me importe... y tampoco sé si me estás acosando específicamente a mí o a todas mis hermanas, pero me parece realmente espeluznante que hayas dejado una carta DENTRO de mi casa y quedarte a esperar quien sabe cuánto tiempo afuera de la ventana a que regresara para ver mi reacción. Entraste a mi casa, no sé cómo y espero que no hayas hecho otra cosa que sólo dejarme una estúpida carta. Tienes diez segundos para decirme algo que suene totalmente convincente de la razón por la cual allanaste mi propiedad o te pateo el culo hasta sacarte de aquí.