Los 71° juegos del hambre están por comenzar, los tributos están listos para luchar. Alice Moon en una de ellos, una niña de tan sólo 12 años de edad con ninguna habilidad aparente y mucho mas débil que los demas tributos. Pero de lo que está segura...
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Alice se removió del agarré intentando liberarse.
—Quieta.
La voz de Finnick llegó a sus oídos y fue lo suficiente para que ella dejara de moverse. La llevo a un lugar vacío y apartado de la multitud, tenía una perfecta vista de los elevadores.
Se detuvieron, Alice lo miro con la ceja alzada.
—No me mires así. Tengo asuntos pendientes contigo.
—No tengo ningún asunto pendiente —nego Alice.
—Segura —pregunto en voz burlona mientras la atraía hacia él tomándola por la cintura.
Alice no respondió.
—Tenia tantas ganas de arruinar ese labial perfecto.
—Zenda te habría asesinado.
—¿Si? Al menos habría valido la pena.
—Estas loco, Oddair.
—Por ti, Moon.
Alice sintió como sus mejillas se calentaban. No podía acostumbrarse al coqueteo de Finnick, se ponía roja siempre. Los ojos del chico bajaron hacia sus labios y sin previo aviso sus labios se unieron. Alice cerró los ojos disfrutando de la sensacion de sus labios sobre los de ella, fue un beso suave y lento al principio hasta que Finnick subió un poco la intensidad, Alice paso sus manos por el cuello de Finnick mientras el chico daba pequeñas caricias en su cintura.
Al separarse sintieron sus respiraciones pesadas. Finnick no la soltó en ningún momento y volvió a acercarse a ella, la rubia pensó que la besaría de nuevo, pero en vez de eso sus labios descendieron hasta su cuello dando suaves besos. Alice suspiro.
—Tengo que agradecerle a tu estilista por haber escogido este vestido —murmuro Finnick sin dejar de atender el cuello de Alice.
La rubia sentía como su respiración se hacía más agitada y como su corazón se aceleraba. Finnick pareció darse cuenta de eso y bajo un poco hasta la parte de la clavícula y el inicio de sus pechos donde empezaba el escote del vestido.
Alice acarició el cabello de Finnick mientras dejaba salir pequeños jadeos animándole a continuar
—Veo que lo estás disfrutando —Se detuvo por completo.
—Finnick...
—Quieres que continúe ¿Verdad?. Te dije que no me provocaras, mi niña —susurro en su oído.
Alice se quedó sin palabras, se sentía frustrada. Se había exitado tando con esos besos.
—Deberias irte, Katniss y Peeta deben estar buscándote.
Alice se soltó del agarré de Finnick y se fue enojada. Definitivamente tenía que vengarse de alguna manera. El chico tenía razón, tan solo salió de dónde estaba pudo visualizar a Katniss y Peeta buscando entre la multitud. Ella simplemente se paró junto a ellos sin decir nada. Ambos chicos la siguieron sin decir nada, ambos chicos comenzaban a acostumbrarse al humor de la chica.
