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l agua caía por el cuerpo de Alice, llevaba un buen rato perdida en sus pensamientos que ni siquiera se dió cuenta que el agua se había enfriado hasta que su cuerpo comenzó a temblar y se dió cuenta que tenía que salirse. El invierno cayó en el distrito doce, las calles estaban cubiertas de nieve y la aldea de los vencedores seguía igual de vacía que siempre, con la excepción que dos casas fueron ocupadas y una desocupada.

Alice no volvió a poner un pie en su casa desde el dia que volvió al distrito doce, en un principio estaba dispuesta a dormir a fuera de su casa o regresar a la casa en la que una vez había vivido con su madre, pero Haymitch no se lo permitió y ahora vivía con el.

La muerte de su familia solo la había hecho caer más en el alcohol, no había un solo día en el que no se emborrachara hasta perderse por completo, según ella con eso olvidaba lo que había pasado, pero era una completa mentira, el alcohol solo la hacía revivir el suceso y recordarlas.

Ante el inició de la gira de la victoria de Katniss y Peeta, Alice y Haymitch estaban prácticamente obligados a estar lo más sobrios posible, tenían que asegurarse de que no metieran más la pata. Así que el humor de Alice era terrible esos días.

Salió del baño y se puso su ropa más abrigadora, bajo a la sala por un trago de alcohol y lo único que encontró fue a Haymitch hablando por teléfono. En la casa de Haymitch no había un teléfono, el mismo se había encargado de eso, pero desde la repentina mudanza de Alice, Effie insistió en que pusieran uno y ahora Haymitch lo ocupaba todos los días.

Alice rodó los ojos y se sentó en el sofá con los brazos cruzados, esperando a que Haymitch terminara su llamada y la dejara hablar con Finnick-que le había estado hablando todos los dias-.

—Saludame a Effie. —dijo Alice repentinamente sin alguna emoción alguna. Había estado escuchando gran parte de la conversación y cuando escucho que empezaba a discutir llegó a la conclusión de que era Effie quien estaba en la otra línea.

Haymitch siguió hablando por teléfono ignorando por completo el comentario de Alice, pasaron varios minutos y por fin dió por terminada la llamada.

—Ya puedes hablar con tu novio.

—No es mi novio —dijo Alice de mal humor.

—No es tu novio pero te gusta. Es obvio.

Eso hizo que Alice escupiera lo que estaba tomando. No le gustaba, de eso estaba segura.

O quizá si le gustaba pero no quería admitirlo.

—No me gusta —nego después de un rato.

—O por favor no te atrevas a negarlo, los ví abrazados el día de la victoria y esas miradas que tenían. No intentes ocultar algo que tus ojos delatan. Por cierto Effie quiere que vayas con Katniss y la ayudes a descubrir su talento como vencedora, iria yo, pero no podemos estar en la misma habitación sin querernos matar.

Alice frunció el ceño y se levantó del sofá caminando directamente hacia la puerta.

—No se como Effie te tolera —dijo solo para molestarlo. Salió de la casa antes de que Haymitch dijera algo.

Dió unos cuantos pasos y llegó a la residencia de los Eveerden. Tocó la puerta y para su suerte fue Katniss quien abrió, Alice no estaba de humor para hablar.

—Effie me mandó a ayudarte con tu talento.

Katniss la dejo pasar, notando las evidentes ojeras que Alice tenía, era obvio que no ha estado durmiendo bien. La guío hasta su estudio ya habían llegado las cajas con las Cosas aue Katniss tendría que probar para saber en qué es buena.

Pasaron varias horas probando cada cosa, pintura, escultura, diseño, etc; y Katniss pareciera no ser buena en nada de eso.

—No creo ser buena en nada de esto. Acaso ¿Haymitch y tu tienen algún talento o algo a que dedicarse en el Capitolio?

—Haymitch es catador de bebidas. Yo me dedico a la cerámica y la pintura.

—¿Cerámica?

—Aja, hago figuritas y en algunas ocasiones tazas y jarrones. Después de tu gira tengo que entregar un pedido.

—¿Podrías enseñarme a hacer eso?

Alice accedió, pero al momento en el que comenzó se arrepintió. Definitivamente Katniss no era buena para las cosas manuales y Alice no tenía mucha paciencia que digamos.

—Me rindo —dijo Alice después de pasar varias horas intentando enseñarle —. Creo que le pediré a Effie que te inventé un talento.

—Te lo dije, no soy buena en esas cosas. Yo soy buena cazadora.

—Pero no podemos presentarte como cazadora, además eso lo saben todos.

—¿Peeta ya...

—Pintura —responde simplemente Alice —. Tengo otras cosas que hacer, nos vemos Katniss.

Se despidió y salió de la casa de Katniss. Se quedó un buen rato a fuera observando su casa, siendo invadida por los recuerdos. Una lágrima escapó pos sus ojos y regreso con Haymitch, no quería seguir llorando, aunque eso era algo que hacía noche tras noche. Haymitch estaba sentado en el sofá con una botella en manos, la botella seguía llena, estaba siguiendo su propia regla de estar lo suficientemente sobrios.

—¿Cómo te fue, cielito?

Alice se dejó caer en el sofá.

—Esa chica no es buena en nada.

—Es buena cazando y mirando feo a todo el mundo. Da igual, Effie lo arreglará ella es buena en esas cosas.

Se quedaron en silencio por un gran rato, mismo en el que Alice se perdió en sus pensamientos. Saco la daga de plata causante de la muerte de su familia y la observó por un gran rato, hasta que Haymitch le hablo.

—Alice, es Oddair otra vez.

A Alice se le iluminaron los ojos. Haymitch le entrego el teléfono y no dejo de mirarla en ningún momento. Al menos Alice tenía unos minutos de tranquilidad y felicidad cuando hablaba con Finnick. Haymitch se dió cuenta de eso durante los primeros días en los que Alice estuvo en su casa, de hecho se dió cuenta mucho antes, peso sabía que Alice jamás lo admitiría.

Alice paso un largo rato hablando Finnick, tando que incluso el sol ya se había escondido. Cuando colgó, Alice tenía en su rostro una enorme sonrisa, Haymitch la miro con una ceja alzada.

—¿Que?

—No nada. Recuerda que Effie llega en unos días.

La gira de la victoria era su última oportunidad para calmar la furia del Capitolio. Aunque si no lo lograban, Alice no estaba muy segura de cuáles serían las consecuencias, ¿Habrá algo peor que lo que ya vivía? Alice pensaba que no, su vida ya era por si sola un infierno y no creía que el Capitolio pudiera empeorar su vida.

Y comenzamos con el tercer libro de My hunger games. Aviso que en la cuenta de tiktok ya está publicado el vídeo que le corresponde a esta parte de la historia.

My hungers games Där berättelser lever. Upptäck nu