Los 71° juegos del hambre están por comenzar, los tributos están listos para luchar. Alice Moon en una de ellos, una niña de tan sólo 12 años de edad con ninguna habilidad aparente y mucho mas débil que los demas tributos. Pero de lo que está segura...
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El estómago de Alice estaba revuelto, aún se encontraba en frente al cuerpo sin vida de Myra, nunca pensó que fuera capaz de matar a alguien, que por su culpa ahora ella estuviera en otro lugar lejos de lo terrenal. Tuvo que aguantar las ganas de volver el estómago no quería sacar los únicos alimentos que había consumido en todo este tiempo, supo que era hora de irse, cuando se estaba alejando de Myra una garra metálica se la llevo.
Continuo su camino intentando hacer a un lado el recuerdo de ella misma matando a alguien era algo de lo que no quería acordarse.
Si sus cálculos eran correctos llevaba aquí uno o dos días más o menos incluso podrían ser tres días, la arena aún seguía cambiando amanecía demasiado pronto y anochecia por igual. Su agua se estaba agotando, el líquido era lo que utilizaba para poder llenarse un poco más y aguantar mejor el hambre, tuvo que buscar de nuevo el río para llenar las botellas de nuevo. Lo encontró tras unos minutos de búsqueda, las lleno hasta el tope y les hecho las gotas de yodo, las guardo en su mochila, las botellas hacían que pesará un poco más de lo que debería. Unos pasos la distrajeron de lo que está hacíendo, rápidamente tomo un cuchillo y una daga para después girarse rápidamente. Era Eder quien estaba frente a ella empuñando un hacha que parecía bastante peligrosa.
ㅡNo serías capaz de matarme ㅡ dijo un poco burlón.
ㅡEso ve y díselo a Myra. ㅡ su expresión cambio, dejo de mirarla burlón.
ㅡNo vas a matarme ¿o si? ㅡ pregunto el sin quitar la vista de los cuchillos.
ㅡBaja el arma ㅡ dice intentando que su voz suene firme ㅡ Y después veré.
Eder obedeció y bajo el hacha dejándola en el suelo.
ㅡMe alegra verte ㅡ dice Alice bajando igualmente sus armas.
ㅡSi, yo también te extrañe ㅡ dijo Eder ocultandolo con un carraspeo.
Se quedaron viendo un rato más sin pronunciar alguna palabra.
ㅡPodemos ser aliados ㅡ soltó Eder.
ㅡ¿Aliados? ㅡ repitió ㅡ¿Que gano yo?
ㅡMas provisiones y protección.
Alice lo penso un momento, pero aún no estaba convencida.
ㅡ¿Cómo se que no me mataras?
ㅡ¿Y yo como se que tu no me mataras? ㅡ contraataco. ㅡ Nunca te mataría, me recuerdas a mi hermanita.
Eder le ofreció su mano para cerrar el trato.
ㅡCuendo quedemos pocos nos separaremos y cada quien podra ir de su lado.
ㅡBien ㅡ accedió Alice ㅡ. Pero si intentas hacer cualquier cosa en mi contra, no dudare en usar mis cuchillos ㅡ advirtió Alice.
Ambos comenzaron a sacar sus cosas de sus respectivas mochilas, el plan era dividir el contenido, en una meterían la comida y en otra las demas cosas. La comida se multiplicó al doble, tenían comida para varios dias y Eder tenia carne fresca de un animal que habia casado.
ㅡCocinare la carne ㅡ dijo Eder sacando los fosforos y juntando un monton de ramas que tenía.
ㅡPodrian ver el humo.
ㅡSi vienen entonces sera mejor que lo piensen dos veces o terminaran muertos.
Eder resulto ser buen cocinero, el animal quedo bien cocida, Alice y Eder ya se encontraban comiendo. Alice todavía tenía hambre pero le daba pena pedir otro pedazo de carne.
ㅡMe recuerdas a mi hermanita. ㅡ dijo Eder agachando la cabeza.
ㅡSupongo que te esta esperando.
Eder rio, rio con tristeza.
ㅡEn el cielo tal vez. Ella esta muerta, murio en los juegos ㅡ murmuró. ㅡ Fue tributo el años pasado y yo fui tan cobarde que no fui capaz de ofrecerme tributo e intentar salvarla.
ㅡAún asi, alguien te estara esperando ¿Cierto?
ㅡNo tengo razones para volver a casa. Nadie me estara esperando.
Dejaron la conversación y decidieron vagar un rato por el bosque. No se encontraron con ningun otro tributo, Alice pensaba que la suerte si estaba de su lado.
ㅡTodos estan buscandome ㅡ dijo Alice rompiendo el silencio.
ㅡ¿No estas asustada?
ㅡNo. La presa puede convertirse en el cazador.
ㅡMereces ganar los juegos ㅡ murmuró Eder.
Alice lo miro confundida, ¿Por que alguien como ella merecía ganar?
ㅡEres una niña muy lista, tienes una gran vida, eres muy joven para morir y alguien te estara esperando.
ㅡCreo que todos merecen vivir ㅡ dijo Alice cuando estaban escalando un árbol.
ㅡSi, pero tu más, todos se han convertido en unos asesinos. Saldrán de aquí cargando con la muerte de una persona.
ㅡYo también he matado ㅡ le recordó.
ㅡEs diferente. Te lo pidió, estaba agonizando, lo único que hiciste fue acabar con su dolor.
Alice agachó la cabeza.
ㅡQuiero que ganes. Hare lo posible para que lo logres ㅡ le prometió Eder.
Terminaron de amarrarse a la rama del árbol. La noche cayó y con eso sonaron los cañosasos del dia. Uno.. dos... tres... seis. Seis tributos murieron ese día. Solo quedaban ocho personas en la arena, lo que significaba que pronto tendrían que separarse.
