Los 71° juegos del hambre están por comenzar, los tributos están listos para luchar. Alice Moon en una de ellos, una niña de tan sólo 12 años de edad con ninguna habilidad aparente y mucho mas débil que los demas tributos. Pero de lo que está segura...
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La muerte de Tresh los tomo por sorpresa, él, junto con Cato; era uno de los tributos que más posibilidades tenía de salir de la arena. Su rostro apareció en el cielo aquella noche, el cielo nublado y la lluvia crearon el ambiente perfecto para una batalla entre los dos tributos más fuertes de la arena. Ahora solo quedaban cuatro en la competencia.
La mañana llegó y la lluvia por fin paro. Katniss y Peeta salieron de la cueva para recolectar algo de comida, Katniss le enseño a Peeta la melodía que Rue le había enseñado. Se separaron, Katniss fue directamente a cazar, mientras que Peeta se dedicó a la recolección de frutos. La comadreja, cómo solían llamarla, estaba muy cerca de donde Katniss y Peeta estaban.
—No creo que sea capaz de atacarlos —dijo Alice sacando de sus pensamientos a Haymitch.
—¡Maldita sea, Alice! —exclamo, haciendo que Alice riera.
—Tan vez deberías dejar de pensar...
El sonido del cañón sonó. Haymitch y Alice posaron toda su atención a las pantallas, la comadreja había muerto a causa de unas bayas que Peeta estaba recolectando. Las jaulas de noche, unas bayas que al comerlas causan la muerte instantánea. Alice recordó sus juegos, aprendió todo de frutos comestibles para no morir envenada, sin embargo no recordaba que esas bayas estuvieran en el catálogo de frutos que el Capitolio les proporcionaran.
Ahora solo quedaban tres en la arena. Haymitch y Alice compartieron miradas y entendieron lo que tenían que hacer. Sus tributos ya no necesitaban más su ayuda y si lo hacían apartir de ese momento todas las ayudas estarían más restringidas y costarían una suma exagerada de dinero. Prepararon sus cosas, ambos estaban seguros que los juegos culminarían esa misma noche. Terminarían de ver los juegos a través de las pantallas en el salón principal del edificio.
Bajaron hasta el salón principal, donde patrocinadores y mentores no despegaban la vista de las pantallas, agradecieron a los patrocinadores que donaron dinero para sus tributos. Katniss y Peeta decidieron comerce todas sus provisiones para tener fuerza, ellos también pensaban que esa noche tendrían la batalla final. En Panem eran las 5 de la mañana y en la arena era media tarde.
—¡Princesa! —Antony apareció —.Creo que hice una buena inversión -comento refiriéndose a los juegos.
—Siempre pensé que mi tributos llegarían lejos —dijo Alice con una sonrisa arrogante. Aunque en un principio pensó que sus tributos morirían a penas comenzarán los juegos.
—Aposte mucho por esos chicos, más les vale ganar. O tendré que cobrar mi apuesta de otra forma.
—Ganaran, ya lo veras —visualizo a Finnick del otro lado del piso —. Ahora sí me permites tengo que hacer algunas cosas.
Sonrió e hizo una reverencia con la cabeza en modo de despido.
—¿Irás con Oddair? -pregunto Antony con la ceja alzada.
Alice no respondió y simplemente se alejo de el. Llego con Finnick, el la recibió con una gran sonrisa. En silencio observaron los juegos.
Cato camina en dirección a la cornucopia, dónde Katniss y Peeta ya lo estan esperando, pronto comienza a hacerse de noche y la luz ya es prácticamente escasa. Si caminata es interrumpida por un par de gruñidos provenientes del bosque, Cato se queda quieto intentando descifrar lo que es. Una enorme bestia salta sobre el haciéndolo caer, utilizando su fuerza logra quitárselo de encima. Era un muto enviado por los vigilantes para hacer el final mas interesante.
Aquellas bestias son una combinación de lobo con humano, son enormes y fuertes, causan miedo apenas los vez. Pero había algo en sus ojos, algo que los hacía mucho más escalofriantes.
—Sus ojos, son...
—Iguales a los tributos muertos -termina Finnick. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
—Son unos malditos —murmura Alice —. Siguen usandolos después de muertos.
Cato corre en dirección a la cornucopia, dónde no se molesta en ver qué Katniss y Peeta también estaban ahí. Katniss sube a toda velocidad a la cornucopia, Peeta lo hace más lento debido a su pierna lastimada.
Todos en el salón están tensos, mirando solamente lo que pasa en la arena. Muchos como Antony, apostaron porque Katniss ganaría, era la favorita de los Capitolinos mucho antes de que los juegos iniciarán y con sus acciones en la arena solo consiguió que más apostarán a qué ella saldría de la arena con vida.
Ambos tributos se dieron cuenta del pare ido de los mitos con los tributos muertos. Katniss dispara flechas en dirección a los mutos, Cato está del otro lado de la cornucopia tumbado recuperándose de la persecución. Peeta logra subir, un muto logra tomarlo de la pantorrilla y está a punto de llevárselo, Katniss logro quitarle de encima al muto, sin embargo la herida de la pierna de Peeta vuelve a abrirse y comienza a sangrar. Lo siguiente que sucede es tan rápido que Katniss a penas pudo reaccionar.
Cato tomo a Peeta por el cuello, Katniss lo apunto con su arco y estuvo a punto de disparar si no fuera por las palabras de Cato.
—Dispara y el cae conmigo.
Katniss en ningún momento baja el arco pero tampoco disparo. Estubieron un buen rato de la misma forma, hasta que Peeta hizo una equis en la mano de Cato. Katniss entendió inmediatamente entendió y le disparó justo donde Peeta le indico. Cato soltó a Peeta y perdió el equilibrio.
Cayó directamente donde los mutos. Los gritos de dolor de Cato se escucharon en toda la sala. Alice no quería escuchar más eso, esos gritos solo la hacían recordar sus juegos. Su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos se cristalizaron, Finnick que estaba a su lado, se dió cuenta inmediatamente y puso su brazo sobre su hombro dándole pequeñas caricias buscando tranquilizarla.
—Tranquila, todo está bien.
—Esos gritos...
—Son solo recuerdos Alice, no pueden lastimarte.
Pasaron varias horas en los que Cato seguía sufriendo, Katniss le disparó una flecha acabando con su sufrimiento. Los mutos se fueron, pero no anunciaron a los ganadores, Katniss y Peeta bajaron de la cornucopia y se alejaron del cuerpo de Cato. Se notaba sus rostros alegres, volverían juntos al distrito doce.
Esperaron a que los anunciarán como ganadores, pero eso nunca pasó.
—Estimamos finalistas, la regla que permitía dos vencedores del mismo distrito ha sido revocada...
Y estamos más cerca de terminar el segundo libro de My hunger games. Estoy emocionada por empezar "En llamas", aunque he de admitir que escribirlo va a acabar con mi poca estabilidad emocional. Empezando con el final de este.
