26 🍃 Jealousy

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—Me gustaba más tu vestido de ayer

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—Me gustaba más tu vestido de ayer.

Alice lo miro mal, llevaba un buen rato hablando con Finnick. La fiesta de ese día parecía estar más relajada tanto para Finnick cómo para Alice. Desde el momento en que llegaron Haymitch se negó a dejarla sola, hasta que apareció Finnick y decidió darles algo de privacidad.

—Pues a mí no —contesto.

Ese día estaba usando un vestido igual de corto que el anterior, negro con manga larga. No dejaba ver los moretones del otro día.

—Pues te veías hermosa —agrego Finnick.

—¿Es que hoy me veo horrorosa?

Finnick negó divertido.

—De hecho hoy te ves más hermosa que ayer.

Las mejillas de Alice se sonrojaron, sintió como su corazón latía más rápido de lo normal y una punzada en el estómago, seguramente algo le había caído mal. Finnick reprimió una sonrisa cuando la vio sonrojarse.

—¿Cómo vas consiguiendo patrocinadores?

—Mal, nadie parece estar interesado en los del 12. Todos quieren a los profesionales. Solo hemos conseguido un maldito arco.

—¿Tienes un arquero?

—Eso es información confidencial, Oddair. ¿Haz hablado con Johana?

—No. La última vez que hablamos fue el día del desfile. No le gustan estás fiestas.

—La entiendo. La mayoría solo está aquí por nosotros. Sabes a qué me refiero.

Alice sabía bien que Johana odiaba todo lo que estuviera relacionado con el Capitolio, bueno en realidad Alice y Finnick también, pero intentaban ocultar ese odio en público. Al finalizar los juegos de Johana, se supondría que tendría el mismo destino que Finnick, pero hizo algo que nadie se había atrevido a hacer, desafío al Capitolio y se negó a realizar ese tipo de trabajos, cómo castigo mataron a toda su familia y a cualquier persona que tuviera contacto con ella.

—Neil también se negó a venir —Alice frunció el entrecejo.

—No has ido a visitarme —comento Finnick intentando cambiar el tema.

—No he tenido oportunidad. Pero en cuanto pueda iré.

—Exelente, Mags sé muere por verte. Y podríamos caminar a la orilla del mar viendo el atardecer.

—Eso suena muy...

Fue cortada por la figura de un hombre acercándose a ellos, Alice lo reconoció inmediatamente, era Antony. El mismo chico con el que llevaba acostándose tres años, el que siempre parecía tener el dinero suficiente para pagar sus servicios. A Alice le hubiera gustado darse la vuelta e irse del lugar fingiendo no haberlo visto, pero era tarde, Antony ya los había visto y estaba a punto de llegar.

Cuando llegó, tomo a Alice por la cintura acercándola a él, posteriormente le dió un beso en las comisuras de los labios. ¿A qué venía esa actitud?

—Ire por algo de tomar —dice Finnick incómodo. Se aleja hacía el bar.

Antony mira por un momento a Alice de pies a cabeza.

—Necesito hablar contigo. —se acerco a susurrarle en el oído.

—Pues haz...

—A solas. Sin nadie mirando ni escuchando.

—No puedo irme, sabes que necesito estar aquí y conseguir patrocinadores. —miente Alice, en realidad solo quiere estar en compañía de Finnick.

—Si claro, supongo que Oddair está interesado en patrocinar al distrito doce —contesta el de mal humor.

Antony toma el brazo de Alice y la jala hasta las habitaciones, sin importarle las miradas de los demás invitados.

—¡Suéltame! —grita de Alice, pero Antony no le hace caso, los demás invitados no hacen nada para ayudarla —. Me estás lastimando —. Esto ultimo sale como un murmuró, pero basta para que Antony afloje su agarre.

Antony paga la tarifa y hace que Alice entre, cerrando la puerta a sus espaldas. Alice tiene miedo de lo que le vaya hacer por la manera en que se comportó afuera. Indefensa da algunos pasos hacia atrás, alejándose de él.

—No te voy a hacer daño, lo siento no quería reaccionar así —dice Antony, al darse cuenta de la actitud de la chica —. Ven siéntate.

Antony se sienta al borde de la cama, señala el espacio que sobra a un lado de el, dudosa Alice se sienta, manteniendo la distancia.

—Bien seré directo. Verte con Oddair me está matando.

—¿Que?

—Es que es complicado. Nunca pensé que diría esto, pero creo que me enamore de ti.

—¡¿Estás demente?! —exclamo Alice.

—Si, creo que si. Estoy consiente de todo el daño que te he hecho y quisiera compensarlo, pero se que es imposible. Pero te aseguro que hare lo que sea necesario para ganarme tu corazón y tu confianza.

Alice abrió la boca para decir algo, pero no salio ningún sonido. Nunca había estado en una situación así. Antony no espero respuesta, tomo a Alice entre sus brazos y le dió un beso, uno que fue diferente a todos los que le había dado alguna vez, era dulce y lleno de ternura.

—Puedes quedarte aquí hasta que acabe la fiesta, princesa.

Se levantó de la cama y antes de irse le dió un pequeño beso en la frente. Alice lo vio salir y una vez más le entró la idea de que ese chico carecía de sus facultades mentales, entrar a una habitación de estás con un vencedor era muy caro y el solo pago para hablar con ella unos cuantos minutos. Se quedó en la habitación hasta que intuyo que era hora de irse, Haymitch la estaba buscando por todo el piso, se tranquilizó cuando la vio salir de uno de los cuartos.

—¿Estás bien?, ¿Te hicieron algo?

Alice negó. Ambos fueron al elevador y posteriormente al centro de entrenamiento. Alice le contó todo a Haymitch.

—Jovenes enamorados. —dijo Haymitch cuando iban entrando al penthouse.

—¡No estamos enamorados! —chillo Alice —. Ni siquiera se que es el amor.

—No soy el indicado para hablarte de esos temas, pero eres joven y tienes una vida por delante, date la oportunidad de amar.

—No puedo, cada vez que pienso en eso, me entra la idea de que cualquier error que cometa hará que mis seres queridos mueran. No podría soportar ver a la persona que amo morir por mi culpa.

—Te entiendo, lindura. Y dudo que con esa actitud de mierda alguien pueda fijarse en ti.

¿Que les está pareciendo la historia?

¿Que creen que pasará más adelante?

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