Capítulo 33

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¿Cuánto tiempo ha pasado desde que abandoné mi reino? El trayecto en mar se tardó 20 días, luego pasé 2 días en el castillo donde fui secuestrado.

En este lugar llevo nueve días, donde 3 de ellos, ese sucio y pervertido capitán se ha aprovechado de mi cuerpo cuando no hay nadie cerca, ¡Es denigrante! Cada que le hago un comentario despectivo o respondo con sarcasmo, él sonríe y espera a que sus hombres se vayan para poder "enseñarme a responder"

Estoy harto de estar aquí, supongo que enviaron un barco de regreso a mi castillo para informarle a mi padre sobre la situación y de ese modo conseguir refuerzos, aunque para cuando los refuerzos lleguen yo estaré muy lejos de aquí.

Dentro de 20 días estos sujetos planean iniciar su viaje, iremos de regreso a lo que ellos llaman "Casa" y por lo visto, piensan utilizarme con un propósito diferente al que en un principio planeaban.

Yo solo deseaba divertirme, estar lejos de mi castillo implicaba estar lejos de mi molesta prometida y de paso, podía conseguir alargar la boda un par de semanas más.

Quería conocer nuevos lugares, disfrutar de nuevas personas, ¡divertirme! Añoraba un descanso, pero ahora estoy aburrido de tener la obligación de estar sobre la cama sin nada qué hacer.

Sólo puedo salir para ir al baño y bañarme, lo que me obliga a pasar máximo 30 minutos fuera y más de 23 horas aquí dentro.

¡Ya no quiero seguir descansando! Los guardias de este reino seguramente me están buscando, oí a uno de ellos mencionar que los soldados habían cerrado las puertas de la ciudad y que había cientos de ellos en las calles, buscándome por todos lados.

Ellos han tenido que ser más cuidadosos, ahora es fundamental que nadie sea visto delinquiendo, algo que seguramente les cuesta muchísimo.

Yo estaba tratando de escuchar lo que hablaban, miraba a través de los barrotes agudizando mi oído, sobre todo cuando aquel pervertido hablaba, ya que siempre lo hacía para dar su veredicto final.

—¡Deberíamos irnos mañana mismo! —chilló uno de ellos con evidente miedo.

—El barco está prácticamente listo— mencionó otro.

—Si seguimos aquí, nos atraparán y seremos ejecutados como pasó con Fred.

—Nadie irá a ningún lado— habló el pervertido— haremos lo que ya teníamos planeado.

—El llevar a ese príncipe no era parte del plan, ¡se supone que íbamos a intercambiar su vida por dinero!

—No, nos servirá mejor de este modo— le aseguraba el pervertido.

Yo reí, lo hice con burla, apoyando mis brazos por entremedio de los barrotes.

—¿Ya tienen miedo? —pregunté con burla, ganando la atención de todos— cuando los atrapen, voy a estar en primera fila esperando que su castigo sea agonizante, merecen una muerte lenta, dolorosa y espero que pueda alargarla por días.

Aquellos sujetos se miraron entre ellos con temor, mientras su líder miró en mi dirección con una sonrisa.

—¿No te enseñaron a no escuchar las conversaciones de otros? —me preguntó acercándose a mí.

—¿No te enseñaron a no secuestrar a inocentes? —pregunté en respuesta.

—¿Inocente? Los de tu especie son peores que nosotros, ¿o acaso olvidas las muertes ordenadas por los tuyos?

—Esa es la diferencia entre tú y yo— comenté viéndolo de pies a cabeza— tú robas, secuestras, matas a cualquier persona que se entrometa en tu camino, mientras que yo, con un simple gesto podría hacer que te maten, ya sea cuando lleguen barcos repletos de soldados, o bien, cuando te atrapen y te lleven a la plaza del pueblo donde serás ejecutado.

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