Mi segundo primer amor ☆ Haobin

「48」

11 de Noviembre de 2023

Hoy era 11 del mes 11, Hao, ahora todo un experto en el tema de los números angelicales lo usó para poder manifestar todo el día.

Deseó que a Hanbin le fuera muy bien en su actuación de fin de año, fue lo primero que pensó, siempre pensaba en él en cada momento. Se volvió costumbre.

Y lo segundo que deseó fue su amistad dure para siempre, además de lograr viajar alguna vez a algún país, aunque ese deseo estaba mucho más alejado de la actual realidad, pero soñar no cuesta nada.

—¡Hola! —saludó al verlo en la sala de práctica deteniendo el paso al ver que estaba conversando con otro chico, ellos se le quedaron viendo y Hanbin le dijo que ya podía irse, este le hizo caso y se levantó también despidiendo a Hao

—¿Y eso? —sonrió con sorpresa —ahora vienes muy seguido a verme

—¿No debería? —respondió con ironía cerrando la puerta y caminando hacia él —parecías ocupado...

—Estaba perfeccionando algunos detalles con Gyuvin, le cuesta un poco concentrarse así que me quedé con él más tiempo

—Oh... —bajó la mirada, el pelinegro se dio cuenta al instante de su incomodidad

—¿Estás celoso?

—¿Qué?, no... no —rió nervioso —claro que no... tú... puedes hacer lo que quieras, con quien quieras

—Hao, él es mi alumno, no me voy a meter con mi alumno

—Tienen casi la misma edad

—¿Y?

—Eres guapo, joven y le gustas a varios de esta universidad

—Tu también le puedes gustar a varios

—Bueno... es diferente —se cruzó de brazos con cierta tristeza en su rostro

—Hao —se acercó tratando de tomarle las manos y este desató su cruce de brazos para dejar que se las tome —no me voy a enamorar de mis alumnos, ahora no estoy pensando en una relación, quizás cuando termine de hacer el baile de fin de año me lo cuestione

—Qué bueno, porque tu próximo novio tiene que pasar por mis preguntas antes de estar contigo

—¿Preguntas? —frunció el ceño

—Sí, hice una lista de preguntas, y si responde al menos una mal está descalificado y no podrá ser tu novio

—¿Es en serio? —reía por la ocurrencia del castaño

—Sí, todo esto es por tu bien, no puedes estar con cualquiera, tu necesitas a alguien que esté a tu altura

—¿Y quién está a mi altura?

—No lo he descubierto aún, pero pronto —el pelinegro volvió a carcajear —¿no quieres ir a comer?, abrieron un restaurante de sushi cerca

—Está bien, vamos —sonrió tomándole del brazo caminando a su lado —te perdono por intentar serme infiel

—¿Infiel? —sonrió —¿con mi alumno?

—Uno nunca sabe

—¡Hao...! —le llamó la atención haciendo un puchero

...

Ya en el restaurante, estuvieron un buen rato pensando en qué ordenar, al final pidieron lo mismo de siempre. El castaño se quedó observando al pelinegro por un largo rato mientras comía, en su cabeza se formulaba muchas preguntas.