Mi segundo primer amor ☆ Haobin

「43」

13 de octubre de 2023

Salieron temprano de la casa dirigiéndose hacia el parque de diversiones el cual quería ir Hao junto a Hanbin, al llegar al lugar y ver todos los juegos, el castaño se arrepintió al instante, todo daba miedo, sin embargo, al contrario le pareció increíble.

Parecía niño pequeño mirando cada juego, un gesto que le pareció muy tierno al chino.

—Vamos a subirnos ahí, siempre quise subirme a la más grande —señalaba la montaña rusa

—¿Ahí? —preguntó un poco intimidado —¿no es muy alto?

—¿Te da miedo? —alzó una ceja enfrentándolo

—¿Qué? —rió —no, claro que no... vamos ahora, ¿o te arrepentiste?

—Jamás

Lo único que quería el castaño era no verse tan cobarde ante Hanbin, pero su plan no había salido tan bien. Antes de iniciar el juego comenzó a temblar y a abrazar a Hanbin.

—Está bien, quizás... tenga un poco... de miedo... —titubeó —pero uno tiene que enfrentar sus mied... AAAHHHHH

Soltó un enorme grito apenas el vehículo se empezó a moverse, trataba de tranquilizarse pero al momento de la bajaba agarraba fuertemente la mano de Hanbin, no podía si quiera mirar, sólo se la pasó gritando todo el recorrido, mientras el contrario gritaba de emoción.

—Eso fue divertido —mencionó apenas bajó

—S-sí lo fue... —repitió junto a él al borde de caerse

—¿Te sientes bien?, ven, descansa aquí —lo hizo sentarse en la banca más cerca que vio —¿estás mareado?

—Un poco...

—Te voy a traer una gaseosa —sin más que decir, se levantó corriendo hacia el kiosko más cercano

Hao trató de tranquilizarse, sentía que iba a vomitar, por suerte sólo había tomado agua, eso sí se podía escupir sin que se vea tan mal.

Su dolor de cabeza había disminuido gradualmente, pero sabía que no se iría por completo si seguía ahí sentado, así que se levantó de inmediato en busca de Hanbin.

Casualmente lo encontró cerca del kiosko rodeado de algunas chicas, se acercó un poco desconcertado por aquello, pensó que quizás serían algunas de sus alumnas que se habían encontrado a su profesor por dar un paseo. Pero en realidad, le estaban pidiendo el número.

Mientras más se acercaba, más escuchaba, trataba de pasar desapercibido y fingir que era un cliente más, evitando la mirada de Hanbin.

—Vamos, dí que sí —insistía una

—Ahh...

—Además dijiste que no tenías novia

—Lo siento señoritas, creo que soy mucho mayor que ustedes

—¿Cuántos años tienes? —preguntó una

—Ah.... yo...

—Amor, ya compraste las bebidas —apareció Hao atravesandolas y dejándolas perplejas, incluso el mismo pelinegro se había quedado igual

—Ustedes... son...

—Novios —respondió Hao rápidamente —¿necesitan algo en la que mi novio les pueda ayudar?

—Oh, no, no gracias, ya nos íbamos de rodas formas, sólo estábamos perdidas, vámonos chicas

Hanbin volteó a ver a Hao confundido con lo que hizo, este se sintió avergonzado por lo que hizo pero no se arrepentía.