Era el último día de vacaciones, desde el lunes iban a iniciar con sus clases otra vez, aunque todo aquel mes en la playa había sido increíble, pudieron profundizar mejor con sus sentimientos y conocerse más a sí mismos.
—Vamos a la piscina —mencionó repentinamente el pelinegro
—¿Piscina?
—Ya hemos ido a la playa muchas veces, vamos a la piscina para despedirnos bien de este lugar
Hao dudó un poco pero finalmente aceptó. Ambos llegaron al lugar, era bonito y había poca gente. Perfecto. Llevaron todo lo necesario para quedarse varias horas ahí.
Ambos se descambiaron dejando visible solamente sus shorts de baño, el castaño observó fijamente a Hanbin mientras este se quitaba su camiseta dejando a la vista su torso y su tatuaje en las clavículas que se hizo hace poco.
Siempre se descambiaban uno al frente del otro y nunca hubo problema con eso, pero justo en ese instante, el castaño se sintió raro, al ver a Hanbin quitarse la ropa delante de él, pareció que el tiempo comenzó a andar en cámara lenta, sabía que Hanbin era guapo, pero nunca se había fijado qué tanto. Sintió un cosquilleo en el estómago pero trató de ignorarlo.
—¿Me pones bloqueador en la espalda? —le entregó el objeto
—¿Ah? —sacudió la cabeza levemente volviendo a la realidad —ah... sí, claro
Vació un poco en su mano y frotó para después esparcir el bloqueador por toda la espalda del pelinegro. No puedo evitar pensar que tenía una espalda lo suficientemente ancha y bonita.
—Ya está
—Volteate, te voy echar también
Hao tragó saliva, no entendía porqué repentinamente se estaba sintiendo así, quiso pensar que se estaba confundiendo como la otra vez, ellos eran amigos, nada más, no tenía porqué malinterpretar simples acciones.
Cuando sintió las manos de Hanbin recorrer su piel, se estremeció sin querer, pero trató de disimular aquello, no quería que él pensara mal. Sin embargo, no podía, Hao había descubierto que era muy sensible en la espalda. De repente se comenzó a reír por los escalofríos que sintió.
—¿Qué te pasa? —preguntó Hanbin confundido, le parecía gracioso que Hao se moviera así
—Es que... me haces cosquillas... —dijo tímidamente
—Tu sientes cosquillas en todos lados —respondió sarcástico —ya terminé —se levantó y cargó al castaño de la nada
—¿Qué haces?
—Vamos al agua —estaba dispuesto a tirarse a la piscina con el contrario entre sus brazos
—No, no, no, espera, ¡¡Ha-Hanbin!!
Un gran chorro de agua salpicó en diferentes direcciones cuando los dos chicos cayeron en esta. El pelinegro salió del agua limpiándose los ojos y arreglandose el cabello percatándose que Hao no estaba.
—¿Hao? —se asustó, al voltear la mirada vio a este tratando de salir del agua —¡HAO! —se volvió a meter para sacarlo, al salir, el castaño comenzó a toser tratando de botar el agua que tragó
—Perdóname, perdóname, perdóname —le sacudió el cabello de la cara —no tenía idea de que no sabías nadar
—Es que... —tosía —yo no... te lo dije... no te preocupes
—No, no, yo debí ser más consciente, perdóname —lo abrazó —como siempre mencionas que amas la playa pensé que sabías nadar
—Nunca nadé más allá de la orilla —rió volviendo a toser —no pasa nada, Bin
—¿Te encuentras mejor?
—S-sí —sonrió, pero notó la expresión preocupada de Hanbin, para que se tranquilice le tiró un poco de agua, este río y le siguió el juego, de esa manera, terminaron jugando a salpicarse agua mutuamente
Se veían totalmente adorables, una pareja de dos chicas se les quedaron viendo con orgullo y felicidad creyendo que eran novios.
...
Al regresar de su estadía en la piscina, recorrieron la playa observando el sol ocultarse, el pelinegro corrió hacia la orilla comenzando a escribir algo en la arena con el pie, Hao se extrañó por aquello y lo siguió hasta llegar a leer lo que decía sintiendo un deja vu.
H + H
Había visto esas dos letras antes escritas en la arena... pero con otra persona...
Hanbin las terminó por encerrar en un corazón, muy feliz por lo que hizo corrió hacia el castaño.
—¿Te gusta? —Hao se quedó callado unos segundos tratando saliva antes de responder
—S-sí... —sus ojos se llenaron de lágrimas repentinamente dejando desconcertado al contrario
—¿Porqué lloras? —lo abrazó burlándose un poco por su acción tan inesperada
—Te quiero mucho —soltó en llanto —te quiero demasiado —cerraba sus ojos con fuerza aferrándose al pelinegro
—Yo también —le acariciaba el cabello —espero algún día regresemos y... —sintió un beso en su mejilla dado por Hao, este se sorprendió y lo volteó a ver, se encontraba con los ojos llenos de lágrimas pero con una leve sonrisa en la comisura de sus labios
Le devolvió el beso en la mejilla, dándole otro, y otro, y otro más haciendo sonreír al castaño.
La luna ya estaba saliendo poco a poco, el sol había desaparecido por completo.
—Mira que linda la luna —señaló —, ese eres tu apoderándote de mí —dijo dándole otro beso y salió corriendo esperando ser perseguido
—¿Qué?, hey, espera —empezó a correr detrás de él
Los dos sonreían mutuamente dejando sus huellas en la arena que era empapada suavemente por la marea mientras la luna llena reflejaba su luz en el agua.
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