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Tobio tenía algo en mente, algo era el término incorrecto, tenía a alguien en mente, está persona ocupaba el ochenta porciento de su cabeza todo el día, lo cual era bastante malo porque ahora solo quedaba veinte porciento para el voleibol, eso nunca había ocurrido.

Pero Tobio no encontraba la manera de sacar a la persona de su mente, tampoco ayudaba mucho que lo veía todos los días, menos ayudaba que fuera parte del equipo de voleibol y mucho menos le ayudaba que fuera el rubio alto de lentes que se encargaba de burlarse de él todos los días.

Tobio no tendría ningún porblema con tener a Tsukishima en su mente, lo había tenido antes recordando sus burlas y tratando de idear una respuesta tan ingeniosa como las suyas, pero ahora no pensaba en respuestas o insultos, ahora pensaba en lo bien que se veía haciendo sus saques y bloqueos, la forma en que se veía aún con la sonrisa que lo sacaba de quicio y ahora hacia que sus rodillas temblaran.

La cosa era que la mente de Tobio trabajaba día y noche halagando al rubio y cada pequeña parte de él y lo que hacía, esto tenía mortificado al peli negro, no se suponía que le gustara Tsukishima, había miles de razones por las que no debería y la primera era que el rubio lo odiaba.

Lo que más molestaba a Tobio es que también, inflando un poco su ego, tenía miles de opciones para escoger, muchas chicas e incluso chicos que le  habían confesado, pero su estúpido corazón fue y escogió a la única persona que nunca le correspondería, era un nuevo nivel de estupidez, incluso para él, quería gritar, quería romper algo, quería llorar, no se entendía a si mismo, lo que lo frustraba más.

Ni siquiera tenía planeado contarle a alguien, no tenía planeado confesar, la sola idea de Tsukishima riéndose de su confesión y luego rechazandolo, lo hacía sentir mal y no había ocurrido.

Tobio había decidido que simplemente trataría de ignorar al otro, que no tendría más de las interacciones estrictamente necesarias, pero las cosas nunca le salían como querían.

Había fracasado en su último examen de literatura, no solo  había obtenido la nota más baja, incluso su nombre había estado mal escrito en el desastroso examen, así que como típico cliché terminó con Tsukishima como su tutor para evitar que reprobara la clase y lo sacaran del equipo.

Todo debería de ser manejable para él, había tenido tutorías con Tsukishima y nada había sido muy diferente, pero ahora el rubio tenía una extraña tendencia a recargar su peso en el cuerpo de Tobio, mientras le explicaba algo inconscientemente se recargaba en él, enviando ondas de calor por todo el cuerpo de Tobio, cada parte que se tocaba era un punto de distracción para él.

Mientras más avanzaba el tiempo de la tutoría más partes de Tsukishima parecían empezar a pegarse a Tobio, su rodilla, sus pies, sus piernas, sus manos, sus brazos, sus codos y ahora incluso sus cabezas se estaban tocando, Tobio era débil y hambriento de contacto por lo que no encontraba en si mismo la fuerza y las ganas de alejarse el otro, pero estaba perdiendo muchos puntos importantes de la tutoría, lo que le aseguraría otra calificación mala si no detenía un poco al contrario.

-Tsukishima- detuvo Kageyama al otro mientras seguía dando una explicación que hace mucho tiempo el peli negro había dejado de escuchar.-Podrias... ¿podrías repetir eso?

-Rey estoy aquí desgastando mi garganta  y tú simplemente me ignoras- empezó a quejarse Tsukishima con algo de fastidio mientras empezaba a buscar la página donde había comenzado la explicación- deberías de enfocarte, eres tú el que quiere pasar.

-¡Yo trato de enfocarme!- renegó Tobio haciendo pucheron y cruzando los brazos- Simplemente... es más complicado para mí.

Tsukishima se quedó en silencio un momento viendo a Tobio y volvió a buscar la página.

-Te explicare esto una vez más sólo para que dejes de hacer esos pucheros- dijo Tsukishima divertido mientras empezaba a señalar el inicio de la lección.

-No hago puchero- se quejo Tobio y volvió a enfocarse en la lección.

Mientras la lección continuo Tobio llegó a una resolución, tal vez Tsukishima no lo odiaba, tal vez podría hacer que le gustara, y mientras veía como el rubio le explicaba con términos simples la lección más complicada que había visto en su vida, pensó que no sería complicado.

Mientras la lección continuo Tobio llegó a una resolución, tal vez Tsukishima no lo odiaba, tal vez podría hacer que le gustara, y mientras veía como el rubio le explicaba con términos simples la lección más complicada que había visto en su vida, ...

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Morí, pero sobreviví. Le gané a los dos semestres más horribles de mi carrera y pude volver a escribir. Es un capítulo corto pero lo tenía y quería publicarlo, espero lo disfruten. 💖

Oneshots tsukikageOnde histórias criam vida. Descubra agora