35- Izuna

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Gemelo suertudo, estaba encerrado en su ducha con Saku. Y por los gemidos que escuche cuando fui a ver porque tardaban, lo estaba pasando muy bien.

—Dejalo en paz, ya van a salir. — soltó Madara.

—¿Y si necesita ayuda? Voto por ir a ver qué pasa.— Dijo Itachi divertido.

—Voto por darles a ambos una patada en el trasero.— La voz risueña de Sasu me llegó de sorpresa. Había estado controlando su puerta y me distraje con Itachi por dos segundos.

—Solo están celosos.— esa era la pelirosa, que lucia fresca y relajada como si acabará de tocar el cielo con las manos.

Sonreí de lado.

—Creí que estarías afónica de tanto gritar Saku. ¿Te preparó un tesito de jengibre?

Alzó el dedo corazón, se lo llevó a los labios y me soplo un beso.

Las carcajadas del grupo rompieron a coro.

—Se está juntando mucho contigo.— señale a Obito y él solo se sonrió y encogio de hombros.

—¿Todo bien?— consulto Mad.

Saku camino hasta él, desenredando su mano de la de mí hermano, quién la libero sin problemas, y se sentó junto a Mad en el sofá.
Tomó una porción de pizza y apoyo su cabeza en el hombro de nuestro hermano mayor.
Sasu se sentó juntó a mí y me dio un codazo.

—Podrías haberte unido, Sakura no tenía problemas con eso.— mascullo.

—Ella estaba preocupada por tu trasero, y quería atenderte. Puede preocuparse por mí trasero en otro momento.— solté.

Estábamos felices. No habia celos, solo sana competencia.

—Asi que el cabrón ya te tuvo para él solo.— Reclamó Itachi.

—Que puedo decir, es mí favorito y él padre de mí hija.— se burló Saku.— A propósito, ¿dónde está ella?

—Se durmió luego de comer su puré. Seguro fue entre el primer y el segundo polvo que se echaron. — dijo Obito entre risas.

—¿Cómo sabes eso?— reclamó ella también entre risas. Me encantaba que no se alarmara con nuestros comentarios.

—Es Sasuke. Dos al hilo, o seguidos.— gruñó Shisui.

—Si. Así es.— dijo Mad. Confirmando.

—Ustedes dan miedo. Se conocen demasiado.

—Vivimos juntos toda la vida, y compartimos más que cualquiera. Uno se acostumbra a los hábitos y cosas de los demás.
Si quieres puedo decirte como son el resto.— resoplo Shisui.

—No. Gracias. Prefiero averiguarlo por mis misma. — le soltó con un guiño muy sexy.

Obito silbo.
Madara alzo su cerveza y le dio un trago largo.

Habíamos encontrado la mujer perfecta para nosotros.
Y estábamos muy felices. Aún con toda la mierda que teníamos que manejar, con respecto a Sarada y el imbécil que trabajaba en las fórmulas para salvarla.

—¿Y con quién se supone que duermes esta noche muñeca?— cuestionó Itachi.

—¿Me estás invitando a dormir? — respondió coqueta.

—Joder nena, ya estoy duro solo de verte morder esa porción de pizza.— escupió mí primo sin reparos.— ¿Puedes dormir conmigo está noche y ocuparte de mis bolas azules? Están así por tu culpa.

—Solo por eso, serás el último.— le soltó y mí primo gimió como un cachorro regañado.

—Ella es tan sádica. Dejaré de consumir lácteos, no quiero una sobredosis.— gruñó Itachi.

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Where stories live. Discover now