CAPITULO 14: Las cenas siempre van bien

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   _¿Esté es a quien elegiste como tu pareja?_ Pregunta Sesshomaru, Sus ojos revolotean hacia Satoru y luego regresan para encontrarse con su mirada

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   _¿Esté es a quien elegiste como tu pareja?_ Pregunta Sesshomaru, Sus ojos revolotean hacia Satoru y luego regresan para encontrarse con su mirada. Satoru se tensa junto a ella, no acostumbrado a ser ignorado.  _Podrías haber elegido a otro.

    Sesshomaru no lo dice, pero el juicio subyacente de que ella esté con otro humano en lugar de un demonio es más que aceptable. No se le escapa que él no dice el nombre de InuYasha.

   _Satoru es a quien quiero_ dice entrelazando sus dedos con los de Satoru. Su mano está más caliente de lo habitual, Ella le da un pequeño apretón.

  _¿Y cómo conoces a Kagome?_ Interviene Satoru, recostándose en la silla. Está agitado, piensa, notando cómo sus dedos se flexionan de vez en cuando y lo rápido que adopta su fachada de calma. La única emocionada es Yakeru, cuyos hombros cayeron aliviados cuando saludó a Sesshomaru _No debe ser tan importante si ella nunca te ha mencionado antes.

   Sesshomaru sonríe. Yakeru inclina su cuerpo lo más cerca que puede de la pared, Kagome gime. ¿Por qué Satoru tiene que pelear con cada demonio que encuentra? Ella simplemente no lo entiende.   _Deberíamos dar nuestras órdenes_ dice en voz alta.

   La comida hace que todo sea mejor, al menos ella espera que así sea.

   El camarero camina hacia ellos, apretando su libreta contra el pecho como si fuera un escudo. Kagome frunce el ceño, sintiéndose un poco mal por cómo deben sentirse los trabajadores, teniendo no sólo a Sesshomaru cerca, sino también a Satoru.

  _Ella es la hembra alfa de mi manada_ dice Sesshomaru, justo cuando el camarero llega a la mesa. El camarero deja caer el bloc de notas al suelo y se tambalea hacia atrás, tropezando y cayendo. El rosa decora sus mejillas como una pancarta que grita lo avergonzados que están.

   El sonido de los platos cayendo en la cocina y el correr de los pies no ayudan a disipar la tensa atmósfera.

  _¿Estás bien?_ Pregunta Kagome, aunque su preocupación pasa desapercibida cuando Satoru se sonroja. Yakeru deja escapar un grito que suena más como un grito agudo, y Sesshomaru se sienta ahí, con la cara inexpresiva como siempre. Si hubiera sabido que el demonio que no será nombrado era Sesshomaru, simplemente habría organizado la reunión en casa. Los trabajadores pobres no necesitaban ser sometidos a esto.

_Discúlpame, pero_ dice Satoru, inclinándose hacia adelante _Kagome no es tuya_ Él desenreda su mano de la de ella. Su voz es lo suficientemente baja y amenazadora como para que se le erice el vello de los brazos. Hay un fuerte pico de energía maldita de Satoru y un pico demoníaco de Sesshomaru.

   La presión de ambas energías le hace querer tener arcadas mientras contiene su propia energía. Sesshomaru no tenía que decirlo así. Cuando todo esto termine, tendrá que recordarle la etiqueta adecuada para conversar con humanos que saben poco o nada sobre los demonios.

   Sesshomaru gira su cabeza hacia el servidor _¿Vas a tomar nuestras órdenes?_ Desliza su mirada nuevamente hacia Satoru, evaluando. _Este Sesshomaru te reconoce como el compañero de la sacerdotisa_ Sus energías bajan a fuego lento, no son del todo amigables entre sí, pero ya no son tan hostiles como antes. Kagome está sinceramente sorprendida por lo rápido que se recompuso el servidor.

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