Después de tanto tiempo el pozo se vuelve a abrir y Kagome no duda en saltar de nuevo dentro de el . pero en ves de volver a ver a Inuyasha, termina callendo en el regazo del hechicero más fuerte
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El sol apenas brilla a través de las cortinas cuando Gojo se despierta, desorientado por lo bien que durmió. No es propio de él dormir por mucho tiempo, y la cantidad de sueño que ha recibido es sospechosa incluso para sus propias extremidades. Hay una sensación de ingravidez que no recuerda haber tenido nunca, al menos no en su memoria adulta, que lo agarra con fuerza.
_Deja de moverte tanto_ retumba la voz atontada de Kagome. Se congela a mitad del estiramiento. ¿Cómo pudo haber olvidado cómo se quedó dormido?
_Lo siento_ susurra, mirándola. La vista que lo recibe es una que recordará durante los muchos días en los que no podrá permitirse el lujo de relajarse como lo está ahora. Con el cabello desplegado alrededor de las almohadas y los ojos entrecerrados, hay una inocencia en ella que despierta sus deseos.
Kagome gime a cambio y lo aparta de ella. Intenta alcanzar su mano, pero ella ya se está saliendo de la cama. Sólo la luz del baño principal le hace saber que ella no ha ido demasiado lejos.
_Vuelve a la cama_ grita, con los brazos extendidos mientras se tumba sobre la cama _Puedo simplemente no ir a trabajar.
_Absolutamente no_Ella vuelve a salir, vestida con su bata azul claro. Prácticamente se queda fuera de ella por lo pequeña que es en comparación con él _Yo voy a hacer panqueques y tú vas a trabajar. Esos estudiantes cuentan contigo, para que algo así no vuelva a ocurrir.
_Me encanta cuando me mandas_ Él se ríe, golpeando la almohada y agarrando sus brazos en su lugar. _Estás seguro de que no quieres quedarte en la cama_ Él la pone encima de él, por lo que sus piernas lo enjaulan. Su agarre sobre ella es lo suficientemente flojo como para que ella pueda escapar si realmente quisiera, aunque el ensanchamiento de sus ojos y el rubor que se extiende por su cuello le dice que ella está más que cómoda donde está.
_¿Rechazarías los panqueques con chispas de chocolate?_ Su voz se eleva con incredulidad.
Él finge pensarlo bien, con los labios hacia abajo en un puchero. Tararea y abre y cierra la boca repetidamente como si la respuesta se le escapara de la mente _Los panqueques son dulces y podría comer algo que tú hayas hecho para mí. Pero prefiero tenerte a ti en su lugar.
_Eres un pervertido_ dice, poniendo los ojos en blanco _¿Olvidaste que no estamos sólo nosotros aquí?_ Ella se inclina y sus labios están a un centímetro de los de él. En realidad, se olvidó de que Yuji estaba allí, lo que hace que su sangre hierva una vez más ante la razón por la cual Yuji se queda con ellos. Tal vez sea necesario otro viaje, un viaje más largo; aunque si volviera con otro estudiante muerto, entonces podría tener que matar a los mayores por su audacia.
_Entonces, ¿no vas a ayudarme?_ Lo intenta una vez más sin éxito.
_Desayuna y luego tienes que trabajar_ Ella mueve la pierna y sus manos se estabilizan en su pecho.
