26 | Es mi turno de esperar

530 60 15
                                    

26 | Es mi turno de esperar

—Dame tu mochila—me insiste por cuarta vez, Lía.

Ha pasado una semana desde mi accidente, no fue nada grave en sí. Solo el doctor recomendó que no me esforzará tanto y Lía es una exagerada. Dentro de poco comenzare la terapia para mi hombro así que tengo que tener los mayores cuidados con él.

—Puedo con ella, Lía.

—No me importa, trae acá —logra quitarme la mochila y se la cuelga en su hombro izquierdo.

—Gracias.

Todo mundo se estaba comportando así. Y para sorpresa mía hasta papá me ha llamado con frecuencia, creo que tenía que pasarme algo para que me prestara un poco de atención.

—¿Cómo te sientes? —se centra en mi sin parar de caminar.

Me agarro el codo izquierdo con la mano derecha.

——Bien, todo ha ido bien solo me he sentido como agotada por el medicamento que tengo que tomar.

—Lo bueno es que estás bien y que solo es por unos días tomar la medicina —le doy un breve asentimiento—. Y, ¿Qué tal todo con Chris?

—Todo perfecto—le doy una sonrisa y ella me la devuelve.

—No sabes cuanto me gusta verte feliz.

Y Lía tiene mucho que ver para que lo sea.

—Por cierto, ¿dónde está?

—Dijo que su entrenador quería hablar con él, no sé para qué—me encojo de hombros—. Pero supongo que lo veré hasta mañana.

—Entonces, que esta tarde sea tarde chicas, si, vamos—camina más rápido y yo voy detrás de ella, intentado seguir su paso.

○○○

—¿Cómo te sientes? —la pregunta de Chris se escucha en todo mi cuarto.

Lía tenía como media hora que se fue de mi casa. Me acomodo de lado en mi cama y me llevo la mano derecha bajo la cabeza.

—Bien, solo un poco agotada, Lía quiso hacer de todo hoy—respondo, mirando a la pantalla. Justo donde un Chris sentado en su ordenador se percibe—. ¿Tú cómo estás? ¿Todo bien?

—Si, todo bien—lo veo darme una pequeña sonrisa.

—¿Seguro? —y como respuesta me da un si con su cabeza—. Ok, ¿Qué hacías?

Me muestra un libro.

—Estaba leyendo—se mueve hacia un lado, acomodando el libro en alguna parte—. Cuando estoy estresado o cuando no sé qué hacer, suelo leer—vuelve a centrarse en mi—. Eso me ayuda a olvidarme un poco de ello.

—Mmm y ¿Qué es lo que te preocupa?

—Nada, solo era un dato que quería decirte.

Le doy un sonido de comprensión, apretando mis labios.

Él suelta un suspiro y toma el celular para ir a su cama.

—Te extrañe—confieso.

—Yo igual, pero para recompensar el día, quiero que tengas un día increíble el domingo—dice.

—¿El domingo?

—Si, sé que aún falta dos días, pero quiero pasar el mayor tiempo que tengo, contigo.

—Ok, yo también quiero pasar tiempo contigo—siento que mis ojos se van a cerrar en cualquier momento y no quiero, quiero seguir platicando con él.

Una carta por errorWhere stories live. Discover now