17 | Bum, de explosión

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17 | Bum, de explosión

Llegamos a la universidad, la entrenadora nos felicita de forma grupal y se despide, no sin antes recordarnos que tenemos que entregar un papel que nos dieron.

Observo que el carro también llega y Chris y Lía bajan de él. Tomo mis mochilas y voy hacia ellos. Meto las mochilas en la cajuela y una vez termino, voy hacia donde esta Lía.

Busco a Chris con la mirada, pero no lo veo, ¿Dónde se habrá metido?

—¿Segura que no quieres que te acerque a la parada del autobús, Lía?—le pregunta mamá.

—No se preocupe, señora, sirve que me voy con Lili para no irnos sola.

—De acuerdo, cuídense y avíseme cualquier cosa, nos vemos en casa.

Nos despedimos y el auto se pone en marcha.

Había llamado a mamá del hospital y tenía que ir rápido.

Me giro hacia Lía.

—¿Y, Chris?

—Se despidió de tu madre y dijo que iba al baño.

—Bueno, voy a entregar esto—alzo el papel—. Y regreso.

—Ok, me sentare aquí en las escaleras.

Asiento y entro a la universidad.

Ya todos habían venido.

Observo como salen de la dirección.

—Adiós, Lili.

—Adiós, Leila.

Ella había obtenido el sexto lugar, estuvo a nada del quinto.

Llego a la dirección y me piden que pase a la oficina del director. Toco la puerta de la oficina de este.

—Adelante—escucho la voz masculina del director.

Abro y entro.

—Buenas tardes—digo, observo a mi entrenadora a lado del escritorio.

—Buenas tardes, señorita.

Le ofrezco mi papel.

—Felicidades por el logro tanto en equipo como individual—me dice el director.

—Gracias.

—Felicidades, Lili—me dice mi entrenadora con una sonrisa.

—Muchas gracias.

—Este papel se quedará aquí, resguardado en caso de que lo llegues a necesitar para alguna otra competencia en el futuro, que la verdad no creo, pero por si las dudas, aquí estará—explica y asiento—. Seria todo.

—Con permiso.

—Propio—responden, ambos.

Salgo y camino otra vez por los pasillos.

A estas horas ya no hay casi alumnos, talvez uno que otro salón están en su última clase y seria todo.

Salgo de la universidad y observo a Chris parado mirando hacia la calle con sus manos en los bolsillos y Lía ya no está sentada en las escaleras sino está a su lado, moviendo su cabeza arriba abajo, estaban platicando.

Camino hasta ellos y toco el hombro de él y gira su cabeza a mí, me regala una sonrisa.

—Hola.

—Hola, creí que ya te habías ido ¿Qué haces aquí? —pregunto.

—Fui al baño y estaba esperándolas.

—¿A nosotras?

Miro a Lía.

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