25 | Cuestiones de la vida

563 56 11
                                    

25 | Cuestiones de la vida

No puedo sentir más feliz de lo que me siento. Dos semanas desde que Chris y yo formalizamos. No es como la rutina cambiara radicalmente a cuando no éramos pareja, nada de eso.

Lía también está feliz por mí, por nosotros. Dice que ha esperado tanto para poder vernos siendo novios sin fingir.

Sonrío mientras miro a Chris aventar el balón a la canasta.

Llevo aquí sentada los últimos cincuenta minutos y no me canso de verlo.

Su entrenador silva dándole fin al entrenamiento. Me levanto y bajo los asientos, hasta llegar a abajo donde Chris toma de su botella de agua.

—¿Cansado? —le cuestiono deteniéndome a su lado.

—Agotadísimo —se pasa el torso de su mano por sus labios, limpiándose el agua.

—Han terminado tus clases ¿no?

Asiente, guardando sus cosas.

—Si, y tú todavía tienes una más —espeta, poniéndose recto y ofreciéndome su mano para irnos—. Así que mientras tú terminas tus clases, yo me daré un baño y después te veré a la salida.

—De acuerdo.

—Tendremos una cita y quiero que no sea tan común.

Levanto una ceja, curiosa por saber.

Sin embargo, seguimos caminando hacia mi salón.

○○○

La campana de salida se escucha. Todos comenzamos a guardar nuestras cosas.

—Ok, antes de que se vayan —habla el maestro—. El reporte que les pedí, lo quiero en dos semanas sobre me escritorio, será de un gran valor para su calificación para que se la piensen en si lo van a entregar o no.

Me choca hace reportes o en si hacer tarea.

—Ahora si pueden irse —señala la puerta.

Todos se levantan apresurados. Tomo mi mochila y camino a la puerta.

En los próximos días se vienen evaluaciones y con ellas mucho estrés.
Le contesto el último mensaje de Lía que dice que al parecer ya no es tan mala en el Vóley.

Me siento feliz por ella porque cuanto le acostado a la pobre chica.

Salgo nuestro chat y enseguida me llega otro mensaje. Y lo abro.

Me detengo al leerlo.

Erick: ¿Podemos hablar?

Alzo mi mirada y lo veo parado a unos dos metros de mí. Me da media sonrisa y yo guardo mi celular en mi bolsillo trasero del pantalón.

○○○

Me recargo en la pared del pasillo y cruzo mis brazos.

—Bien, ¿de qué querías hablar? —lo ataco enseguida.

Quiero irme lo más rápido posible.

—¿Cómo has estado?

Tsss, ahora le importa.

—Bien.

Cortante y seria.

¿Como no se puede ser diferente con alguien como él? No puedo fingir y ser amable y linda a como lo era antes.

—¿No vas a preguntarme como estoy? —mete sus manos a sus bolsillos.

Muevo mi cabeza a un lado.

—No tengo curiosidad, no me interesa.

Una carta por errorWhere stories live. Discover now